Emancipación y Transformación Social: De la Ilustración a la Era Digital
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La Minoría de Edad y el Mito de la Caverna: Un Paralelismo Iluminador
La definición de “minoría de edad”, en cuanto incapacidad para ser y actuar como un humano, nos retrae al “prisionero” del mito de la caverna, pues a eso apunta: la responsable incapacidad de servirse del propio entendimiento. Con la diferencia de que el prisionero de Platón era liberado, y el menor de edad de Kant tiene que romper las cadenas, liberarse. La divisa de la Ilustración: el “atrévete a pensar”, es una invitación expresa a romper las cadenas, a liberarte tú mismo; es la tarea imperativa que nos permitiría salir de ese estado de incapacidad y que nos transformará en ciudadanos de la sociedad cosmopolita.
Libertad e Ilustración: Un Vínculo Indisoluble
No cabe, en consecuencia, hablar de Ilustración sin hablar de libertad. Luego, procede preguntarse por la relación entre la divisa kantiana y ese grito a favor de la libertad, que ha estado y estará presente en las revoluciones de todo signo y condición. Para ello, repasaremos el uso de la expresión “libérate” en el último siglo y en algunas manifestaciones revolucionarias actuales.
El Concepto “Libérate” a Través del Tiempo
- Música y Expresión Personal: Por ejemplo, la consigna “libérate” ha formado parte de múltiples canciones[1], que hacen referencias al pasado, a la búsqueda de la identidad perdida o no encontrada, al seguimiento de los dictados del corazón (las pasiones y sentimientos de los que abomina Kant) y a vivir con arrebato el momento presente (Carpe diem). Parece obvio que tales contenidos nada tienen que ver con Kant; incluso, este los consideraría impropios de una personalidad independiente y que piensa por sí misma.
- Desapego y Autonomía: Otro uso de la expresión “libérate” estaría ligado a desprenderse de todo aquello que nos hace dependientes, desde las drogas y las modas hasta las convenciones sociales. Tampoco cabe pensar a Kant en esa línea de actuación. Amen de que siempre habrá quien considere que el uso de determinadas drogas no solo no recorta la experiencia, sino que la amplía, lo que a su vez potencia, al menos, la “sensación” de libertad. No en vano, las drogas han formado parte de las divisas de múltiples movimientos sociales[2].
- Movimientos Sociales y Contracultura: Otro uso del término “libérate” lo encontramos en los movimientos sociales de los 60[3], desde el movimiento hippie[4], pasando por el movimiento feminista[5], los negros norteamericanos[6], o los movimientos de descolonización, hasta llegar a opciones de resistencia política variopintas, donde debemos señalar al “mayo francés del 68” y algunos de sus “herederos”, como el terrorismo europeo de los años 70 y 80. En el movimiento punk[7], cristalizan muchas de esas tendencias. La llamada contracultura pareció que apostó por un denominador común: el intento de materializar ese “libérate” en acciones contra la cultura dominante y en el fomento de una actitud divergente, que trataba de permanecer al margen del mercado y de los medios de comunicación de masas. Tales iniciativas, locales y pasajeras, se las suele categorizar como iniciativas underground, en su acepción de resistencia a la cultura dominante, y una cierta vocación de clandestinidad o, mejor, de “automarginalidad”.
De la Sensación a la Reflexión: El Legado de la Postmodernidad
Pareciera que aquí sí encontramos reflexión sobre y desde la libertad, pero cuando escarbamos un poco en ese variopinto escenario, encontramos básicamente sensaciones –más que reflexiones– de hastío, de descontento, de aburrimiento, de injusticia, de desconfianza y, sobre todo, la necesidad de explorar y abrir espacios y caminos alternativos. Pareciera que, más que una invitación a pensar, hay una invitación a sentir, una autoafirmación del yo frente a la autoridad del otro, una invitación a la muerte del padre que no se ocupa del hijo. Es la postmodernidad, es decir, un intento de ir más allá de la divisa kantiana, la aparente certificación de la muerte de la modernidad.
El Debate Actual: Kantianos vs. Postkantianos en la Era Digital
La pregunta con la que cabe terminar este breve ensayo sería el planteamiento del debate entre kantianos –modernos[8]– y postkantianos –postmodernos[9]– sobre la crisis del mundo actual, que pareciera repetir una situación muy parecida al mayo del 68, con una diferencia notable: los problemas son más profundos. Sabemos que las alternativas ensayadas han fracasado (desde los propios movimientos underground, pasando por el comunismo, el terrorismo, los movimientos de liberación y el propio capitalismo, etc.). ¿Qué queda? Estamos instalados en una suerte de vacío acomodaticio, acompañado de algo de ecologismo y otro poco de pacifismo más simbólico que real, y eso en un mundo de redes sociales, una especie de cosmopolitismo tecnológico, que cuestiona los modelos tradicionales de la participación política y ciudadana. Demasiada tarea para los intelectuales del 15M, pero tarea esencial si queremos sobrevivir con las mejoras introducidas por la propia modernidad.
Conclusión: Un Llamado a la Acción en el Siglo XXI
La tarea de la década de los veinte pasa por “atreverse a dar forma y contenido a ese vacío”, atreverse a superar el dualismo entre sentimiento y razón.