El manuscrito de piedra

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Fernando de Rojas, un joven estudiante de la Universidad de Salamanca, es el investigador de un crimen ocurrido en esta misma ciudad. La víctima es un fraile del convento de San Esteban, Fray Tomás de Santo domingo, teólogo en el convento tras arrebatarle la plaza a Fernando de Roa. El Obispo le pide a Rojas que averigüe quién lo mató, a pesar de su poca experiencia, por la deuda contraída con el Santo Oficio por salvar a su padre. Fue a investigar al convento, donde conoció a Fray Antonio de Zamora, el encargado del huerto y del herbolario, que conocía mucho sobre plantas y sobre todo de las novedades venidas de América, para él las Indias, la patata y el tabaco.Examinó el cadáver, vio que en la boca tenía una moneda de vellón, en la cara un pequeño arañazo y doce cuchilladas profundas en el torso. Hablando con el criado del asesinado descubre que tenía relaciones con un estudiante que sustituyó al criado en los favores del fraile, y al que culpa del crimen, pero no puede identificarle. También encontró en la habitación del muerto una nota amenazante, publicarían su secreto si no dejaba la cátedra.Salamanca pertenecía al señorío del Príncipe Juan, hombre enfermizo y de vida disoluta que decidió pasar una temporada en la ciudad. Tras su llegada decide visitar la Casa de la Mancebía, prostíbulo que él había mandado construir para agrupar a todas las prostitutas, cerrando el resto que estuvieran dentro de la muralla. El príncipe salió gravemente enfermo del lugar. Esa enfermedad le mato y aunque el Obispo quería pensar que fue de la enfermedad que tenía antes de llegar a la ciudad, Rojas estaba convencido de que le habían envenenado en la Mancebía. El príncipe fue enterrado en la ciudad y le dejaron como guardián a su perro. A los tres días la tumba estaba abierta y el príncipe tenía en la boca una monda de vellón y un arañazo en la cara, el perro tenía en la boca parte de la capa del que realizó esa hazaña. Los Reyes mandan trasladar sus restos a Ávila. Rojas convencido de que lo mataron, inicia una investigación. Acude a su amigo el herbolario, que le habla de un veneno con el que se impregna la piel, parecido a lo que el príncipe tenía. Cuando volvió a la mancebía para hablar con las prostitutas que habían estado con el príncipe descubrió que una se había marchado. Al volver a su casa la desaparecida había sido encontrada ahogada en un pozo, con una moneda de vellón en la boca y un arañazo en la cara.Tras algunas gestiones más y con la ayuda de sus amigos, Fray Antonio y fray Germán, se dirige a un Iglesia en la que encuentra una entrada secreta a una cueva. Allí descubre todo un inframundo en Salamanca, un sanedrín que aprovecha para circuncidarle, la Academia de Fernando Roa, el Manuscrito de Piedra que realmente son las paredes y la cúpula de cueva en la parte que ocupa la Academia., donde profesores y alumnos escriben sus teorías. Asombrado ante todo esto,decide unirse a ellos, pero antes tiene que salir para resolver los crímenes. Ayudado por Fernando inicia la salida pero se encuentra con Celestina y su cueva, y allí descubre realmente al asesino y al inductor de los asesinatos. Celestina se lo cuenta todo, ella indujo a Hilario, amigo gallego de Rojas, a cometer los asesinatos, para vengarse: del príncipe Juan por construir la Mancebía y cerrar su próspero prostíbulo, de Fray Tomás por denunciarla a la Inquisición por bruja, de Alicia la prostituta por el riesgo de que contara lo que le hizo al príncipe.Hilario que ha escuchado que Celestina se atribuye toda la gloria de los crímenes cometidos dejándole a él como un pobre ser manipulado,muy enfadado la mata e intenta matar a Rojas. Providencialmente aparecen dos inquisidores y Fray Antonio con sabela y matan a Hilario.Rojas fue recibido como un héroe,se caso con Sabela, Fray Antonio pudo seguir cultivando tabaco pero en América,y Celestina e Hilario fueron condenados por el Santo Oficio post-mortem./Fernando de Rojas: Joven estudiante de Leyes del Colegio salmantino de San Bartolomé y futuro autor de La Celestina. Es de origen converso. Inquieto, curioso, con gran poder deductivo y amante de variados saberes, recibe de Diego de Deza, obispo de la ciudad, el encargo de investigar el asesinato de fray Tomás de Santo Domingo a las puertas de la Iglesia Mayor.Fray Tomás de Santo Domingo: Catedrático de Prima de Teología en la Universidad.Apuñalado a las puertas de la Iglesia Mayor cuando acudía a buscar urgente confesión con el Obispo Diego de Deza. Su cadáver aparece con una moneda de vellón en la boca y una marca en la mejilla izquierda.Diego de Deza: Obispo de Salamanca, influyente personaje en el entorno de los Reyes Católicos, que lo eligieron como preceptor de su hijo, el príncipe don Juan. Gran defensor de las tesis de Cristóbal Colón. Encarga a Fernando de Rojas resolver el crimen sucedido en la ciudad y averiguar quién hay detrás.Fray Antonio de Zamora: Herbolario del convento de San Esteban, de donde era hermano Fray Tomás. Versado en plantas, semillas, remedios, venenos y todo tipo de ciencias naturales, enseguida simpatiza con el joven Rojas cuando acude al convento a comenzar sus investigaciones.Hilario: Fámulo del Colegio de San Bartolomé. Compagina sus estudios con labores de criado. Amigo de Fernando de Rojas desde su llegada al ColegioEl príncipe don Juan: Hijo de los Reyes Católicos y Príncipe de Asturias. Muere, durante su estancia en Salamanca, en extrañas circunstancias. Tenía sólo 19 años y acababa de casarse.Sabela: Joven y hermosa prostituta de la Casa de la Mancebía. Buena amiga de Fernando de Rojas.Celestina: Vieja alcahueta de Salamanca, reparadora de virgos, procuradora de jovencitas para los señores principales y otros oscuros oficios.Alicia: Una de las prostitutas con las que se acostó el príncipe don Juan en Salamanca. Aparecerá muerta en el pilón de una fuente.Fernando de Roa: Adversario teórico de los dominicos en la Universidad de Salamanca y heredero intelectual de Pedro de Osma.    Gran rival de Diego de Deza y maestro heterodoxo, se presenta a la cátedra que ha quedado vacante tras el asesinato, pero es derrotado por el candidato del Obispo.Fray Germán de Benavente: Fraile franciscano, jubilado y retirado de su cátedra, profundo conocedor de la brujería y de las ciencias ocultas. Rojas acude a él buscando consejo para interpretar un enigmático mapa.

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