Ecosistemas Fluviales: Importancia, Componentes y Conservación

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Introducción a los Ecosistemas Fluviales

Tradicionalmente, los ríos se definían como corrientes de agua que fluyen por un lecho. Sin embargo, esta visión ha evolucionado. Ahora se entienden como ecosistemas complejos que involucran elementos geológicos, biológicos y sociales. El Plan de Vigilancia Ambiental 2014-2020 del Gobierno de Extremadura busca promover una nueva cultura del agua basada en esta perspectiva ecosistémica. Este capítulo abordará las características de los ecosistemas fluviales, su relación con sistemas sociales, su papel en el ciclo del agua, así como los impactos y amenazas que enfrentan.

Relaciones entre Ecosistemas Fluviales y Sistemas Sociales

El agua es esencial para la vida, y los ríos, como ecosistemas de agua dulce, son productivos y ricos en biodiversidad. Estos ecosistemas albergan vegetación y fauna que proporcionan hábitats y recursos vitales para los humanos, como agua, alimentos y materiales. La historia muestra que la civilización ha estado estrechamente vinculada a los ríos, que han sido cruciales para el desarrollo de comunidades.

Las comunidades históricamente se han establecido junto a ríos por los beneficios que ofrecen, como agua para abastecimiento, suelos fértiles para la agricultura, energía para industrias y vías de comunicación. Además de estos beneficios directos, los ríos y sus márgenes proporcionan servicios menos visibles, como espacios de ocio, regulación climática, control de inundaciones, depuración de contaminantes y recarga de acuíferos.

Los ríos se pueden entender como:

  • Proveedores de agua, esenciales para la biodiversidad y el equilibrio socioeconómico.
  • Agentes geodinámicos, que remodelan paisajes y fertilizan tierras.
  • Agentes hidrogeológicos, que mantienen el ciclo del agua.
  • Ecosistemas que sostienen la biodiversidad y recursos económicos.
  • Fuentes de energía a partir de su caudal.
  • Corredores ecológicos que facilitan la migración de especies.
  • Fuentes de inspiración para el arte y la recreación.

Importancia Hidrológica y Patrimonial de los Ríos

Los ríos son patrimonio etnológico, albergando restos arqueológicos y arquitectónicos vinculados a su uso en la industria y agricultura. En el ciclo integral del agua, el ecosistema fluvial está relacionado con el clima, la topografía, suelos, vegetación y otros sistemas húmedos. El río es solo una etapa en el recorrido del agua, que puede terminar en el mar, cultivos, personas o acuíferos.

Una molécula de agua en un río puede filtrarse en el suelo y recargar acuíferos, o viceversa, afectando la cantidad y calidad del agua en todo el sistema. Por lo tanto, el manejo del agua debe considerarse de forma global, ya que acciones en un río pueden impactar fuentes distantes y la salud de los ecosistemas interconectados.

Los Dominios del Río

Los ríos han interactuado con su entorno durante millones de años, configurando perfiles longitudinales y transversales a través de erosión, transporte y sedimentación. El perfil longitudinal representa el recorrido del río y varía según el terreno. Se distingue en tres zonas:

  • Curso alto: Cerca de la cabecera, con alta pendiente y predominancia de erosión.
  • Curso medio: Zona de transporte, con sedimentación y erosión variable según el caudal.
  • Curso bajo: Próximo a la desembocadura, con menor pendiente y mayor caudal, donde se acumulan sedimentos.

Estos perfiles son clave para una gestión adecuada del río.

El cauce incluye el terreno donde se asienta la vegetación y el lecho del río.

  • Cauce habitual: Es el recorrido normal del río, que varía con las lluvias y sequías.
  • Cauce de crecida: Marca hasta dónde han llegado las crecidas en años normales, determinado por signos de erosión o vegetación riparia.
  • Llanura de inundación: Zona que el río alcanza durante avenidas, cuando se desborda.
  • Terrazas fluviales: Restos de depósitos fluviales erosionados, ideales para la agricultura.
  • Valle fluvial: Sección formada por el río a lo largo del tiempo.

Conocer estos niveles es crucial para definir usos del territorio, regulados por el Dominio Público Hidráulico.

El Dominio Público Hidráulico (D.P.H.)

El Dominio Público Hidráulico (D.P.H.) incluye todas las aguas superficiales y subterráneas, cauces de ríos y sus riberas, ribera de lagos y embalses, y acuíferos. Está subordinado al interés general y su delimitación es compleja, ya que los cauces son variables.

El D.P.H. abarca el terreno inundable, definido por el cauce (área cubierta en máximas crecidas ordinarias) y la máxima crecida ordinaria (mediana de los máximos caudales anuales en 10 años). Para deslindar el D.P.H., se pueden observar las orillas en busca de vegetación riparia, cañaverales o signos de erosión.

La regulación se establece en el Real Decreto Legislativo 1/2001 y otras normativas, que también definen franjas de protección alrededor del cauce para restringir usos, dada su vulnerabilidad a crecidas.

La zona de servidumbre es una franja de 5 metros junto al cauce, y la zona de policía se extiende 100 metros. Según el Reglamento del Dominio Público Hidráulico, el cauce es el área cubierta por agua en las máximas crecidas ordinarias, comenzando desde ahí los 5 metros de la servidumbre. Esta zona está reservada para usos públicos como vigilancia, pesca y salvamento, permitiendo la plantación de especies no arbóreas con autorización, pero prohibiendo edificaciones, salvo excepciones.

Paisaje y Ecología de los Ríos

Los ríos presentan diversas formas influenciadas por múltiples factores, y no todos desembocan en cuerpos de agua permanentes. La vegetación de ribera incluye comunidades vegetales asociadas a los cauces de agua, tanto permanentes como temporales.

El ambiente de ribera está influenciado por factores geomorfológicos, condiciones del régimen fluvial, calidad del agua y usos del río, lo que da lugar a diversas composiciones y paisajes en los ecosistemas fluviales. A pesar de esta diversidad, estos ecosistemas se destacan como cinturas verdes, doradas o grises en el paisaje, a menudo formando un "bosque en galería" alrededor del cauce.

Los ecosistemas riparios tienen un trazado lineal y formaciones vegetales estrechas a lo largo del río. Su anchura varía según el grado de conservación y la naturaleza del terreno. Combinan ambientes acuáticos y terrestres, lo que favorece una alta biodiversidad y condiciones únicas para especies específicas.

La vegetación de ribera no es homogénea; se compone de varias comunidades que se distribuyen según la proximidad al cauce y el gradiente de humedad del suelo.

En los ríos mediterráneos, se distinguen varios subsistemas de vegetación:

  • Herbácea sumergida y flotante: incluye macrófitos como algas y helechos.
  • Herbácea en contacto agua/tierra: compuesta por grandes hierbas y carrizales.
  • Herbácea resistente a cambios de caudal: incluye cañaverales y juncales.
  • Arbórea y arbustiva: con especies como sauces y alisos en franjas dependiendo de la humedad.

Fauna

La fauna es diversa, aprovechando el hábitat acuático y terrestre. Los invertebrados, especialmente los macroinvertebrados, son indicadores de la calidad del agua, viviendo en suelos ricos en materia orgánica y variados nichos ecológicos.

Los ríos y zonas húmedas albergan todos los grupos de vertebrados:

  • Peces: Más del 50% de la biodiversidad de vertebrados, clave para los ecosistemas acuáticos, especialmente en aguas continentales.
  • Anfibios: Habitan en la zona tierra-agua y son indicadores del estado del ecosistema; son resilientes a cambios estacionales.
  • Reptiles: Algunas especies son exclusivas de estos ambientes, y muchos buscan refugio en ríos debido a la transformación humana de su hábitat.
  • Mamíferos: Incluyen especies como nutrias y ratas de agua, además de carnívoros y herbívoros que visitan riberas para alimentarse y refugiarse.
  • Aves: Gran diversidad, con un 25% de la avifauna peninsular relacionada con ecosistemas fluviales, donde se alimentan y reproducen.

Impactos y Amenazas de los Ecosistemas Fluviales

Los ríos, ecosistemas diversos y valiosos, están gravemente degradados y fragmentados, con baja calidad del agua y pérdida de bosques en galería. Las relaciones históricas entre humanos y ríos han cambiado, y hoy los ríos sufren por urbanización e industrialización, perdiendo su función natural y convirtiéndose en receptores de residuos.

Alteraciones que Afectan a los Ríos

  • Modificación de caudales: Construcción de embalses y canales ha cambiado la dinámica fluvial, disminuyendo la biodiversidad y afectando a otros sistemas hídricos.
  • Vertidos: Desperdicios domésticos, industriales y agroganaderos han alterado la calidad del agua, afectando su función ecológica y capacidad para satisfacer necesidades humanas.
  • Extracción de áridos: Afecta la forma del cauce, reduce ecosistemas vegetales y favorece la erosión, simplificando el hábitat fluvial.

Amenazas a los Ecosistemas Fluviales

  • Ocupación de márgenes y ribera: La urbanización y actividades agrícolas o ganaderas han alterado los márgenes de los ríos, reduciendo la capacidad de recarga de acuíferos y aumentando el riesgo de inundaciones.
  • Eliminación de bosques de ribera: Estos bosques son desforestados para la agricultura y urbanización, siendo reemplazados por cultivos o plantaciones de especies no nativas.
  • Incendios forestales: Prácticas agrícolas y ganaderas generan incendios que amenazan los bosques riparios.
  • Introducción de especies exóticas: Estas especies causan desequilibrios en los ecosistemas fluviales y amenazan a las especies autóctonas.

En resumen, la presión humana y la pérdida de equilibrios ecológicos han llevado a los ríos a un estado crítico. Los proyectos de conservación deben redescubrir y mejorar las funciones y valores de los ecosistemas fluviales.

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