Dualismo Cartesiano: Sustancia Infinita, Pensante y Extensa en el Ser Humano

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Dualismo Cartesiano: Sustancia Infinita, Pensante y Extensa

Dios: La Sustancia Infinita

Descartes distingue tres ámbitos de la realidad:

  • Dios o sustancia infinita.
  • El yo o sustancia pensante.
  • Los cuerpos o sustancia extensa.

Define sustancia como aquello que existe de tal modo que no necesita de otra cosa para existir. A partir de las ideas innatas, Descartes descubre la idea de infinito. La existencia de la idea de Dios demuestra Su existencia, ya que la idea de finito proviene de la de infinito. La causa de la idea de sustancia infinita solo puede ser una sustancia infinita: Dios.

Descartes formula el argumento de la objetividad de las ideas: la idea, como realidad objetiva, requiere una causa real proporcionada. También presenta una prueba basada en el argumento ontológico de San Anselmo, partiendo de la idea de perfección. Dios contiene todas las perfecciones, y la existencia es una perfección; por lo tanto, Dios existe.

El principio de evidencia queda garantizado porque Dios, infinitamente bueno, no permitiría el error al percibir una idea con claridad y distinción. La existencia del mundo se demuestra a partir de la existencia de Dios; Él, siendo bueno y veraz, no permitiría el engaño al creer que el mundo existe.

La figura de Dios es crucial como garantía de toda verdad. La veracidad de Dios, la fe en que Dios es la veracidad misma, fundamenta el criterio de verdad, relegando a un segundo plano el principio de evidencia inicialmente propuesto.

El Ser Humano: Unión de Sustancia Pensante y Extensa

En el ser humano coinciden dos de las tres sustancias:

  • La sustancia pensante (alma).
  • La sustancia extensa (cuerpo).

Ambas son creadas por la sustancia infinita (Dios). Esta unión es problemática para Descartes. El término "yo" expresa la naturaleza más íntima y propia del hombre, de la cual poseemos un conocimiento directo, intuitivo, claro y distinto, que se manifiesta en el cogito.

Descartes plantea un dualismo: el alma (res cogitans) y el cuerpo (res extensa) son dos sustancias diferentes en lucha permanente. La relación entre ellas se da a través de la glándula pineal, permitiendo al alma gobernar el cuerpo.

El ser humano es la sustancia pensante, independiente de la sustancia extensa. El cuerpo actúa como una máquina de forma no libre; el alma (inmortal), en cambio, actúa libremente y debe gobernar esa máquina.

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