Dionisio vs. Apolo: Dos Caras del Alma Humana en la Filosofía de Nietzsche
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Dionisio y Apolo: Dos Visiones Contrapuestas
En la filosofía de Nietzsche, los conceptos de lo apolíneo y lo dionisíaco representan dos aspectos contradictorios del alma humana. El espíritu dionisíaco se abandona pasionalmente a sus arrebatos e impulsos, mientras que el espíritu apolíneo los canaliza dentro del pensamiento ordenado, equilibrado y armonioso. En resumen, el espíritu dionisíaco impulsa a gozar de la vida, de la sensualidad, del placer carnal.
La Dualidad entre Orden y Caos
Frente a lo apolíneo, los griegos opusieron lo dionisíaco, representado con la figura del dios Dionisio, dios del vino y las cosechas, de las fiestas báquicas presididas por el exceso, la embriaguez, la música y la pasión. Según Nietzsche, con este dios representaban también el mundo de la confusión, la deformidad, el caos, la noche, el mundo instintivo, la disolución de la individualidad y, en definitiva, la irracionalidad.
La auténtica grandeza del mundo griego arcaico estribaba en no ocultar esta dimensión de la realidad, en considerar incluso que lo dionisíaco era la auténtica verdad.
Sócrates y el Triunfo de la Razón
Sócrates es el modelo del hombre teórico. Frente a lo dionisíaco, triunfa el orden, lo apolíneo, la racionalidad, la mesura, el equilibrio, ese término medio que Aristóteles convertirá en la clave de una vida virtuosa. Sócrates inaugura el desprecio al mundo de lo corporal y la fe en la razón, identificando lo dionisíaco con el no ser, con la irrealidad.
Nietzsche y la Crítica al Racionalismo
Nietzsche coincide con el relativismo de los sofistas, así como con su escepticismo (imposibilidad de conocer la verdad absoluta). Acepta la filosofía de Heráclito, en parte, admite su devenir y cambio constante de la vida y las cosas, pero no admite su logos para explicar ese devenir. Para Nietzsche, el devenir es, tenemos que aceptarlo y no racionalizarlo.
Nietzsche rechaza el racionalismo socrático y, a partir de ahí, al racionalismo en general. Para él, Sócrates es el asesino de la tragedia, el primer gran pervertidor de la verdadera esencia del hombre superior. Con su ecuación razón = virtud = felicidad, comenzó el gran engaño. Introdujo en la cultura occidental el camino del racionalismo, apartándola de la verdadera felicidad que es producto del instinto y la pasión, y no de la razón.
El Rechazo al Dualismo Platónico y la Moral Cristiana
El superhombre de Nietzsche es todo menos un ratón de biblioteca. Nietzsche critica el dualismo platónico, la teoría de los dos mundos: un mundo sensible de apariencia y falsedad, y un mundo inteligible real y superior. Para Nietzsche, solo existe este mundo natural, el sensible de Platón es el único y auténtico; el otro, el inteligible, es un invento retomado por el cristianismo y canonizado.
La Crítica a los Valores Cristianos
Nietzsche se opone radicalmente a los conceptos fundamentales de la filosofía cristiana: la existencia de Dios, del cielo, de la vida del más allá, de un código de valores absoluto impuesto por Dios, y del dualismo cuerpo y alma. Considera que esta es una degeneración de los instintos, que lleva a negar el cuerpo, los sentidos y el mundo real, por culpa de la cobardía y la necesidad de seguridad que lleva a abrazar la creencia en Dios y en la vida del más allá.
Influencias y Conclusiones
Nietzsche aceptó de Hobbes que el hombre es por naturaleza un animal belicoso y egoísta, violento e inclinado a satisfacer, pese a quien le pese, sus deseos e impulsos.