Dictadura de Primo de Rivera y el Declive de Alfonso XIII: Un Análisis Detallado
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La Dictadura de Primo de Rivera y el Final del Reinado de Alfonso XIII
En los años veinte, España experimentó una notable inestabilidad política, social y militar, intensificada por el Desastre de Annual. La crisis de 1917 había consolidado la figura del "espadón", impulsando movimientos conservadores y autoritarios. Este contexto se vio influenciado por la crisis de las democracias europeas y el auge del fascismo, ejemplificado por la Marcha sobre Roma de Mussolini en 1922.
El golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera en 1923 contó con el respaldo del ejército, la Iglesia, la burguesía y Alfonso XIII. Se instauró una dictadura que suprimió las garantías constitucionales, disolvió las Cortes, prohibió los partidos políticos e impuso la censura de prensa. La falta de una reacción contundente por parte del movimiento obrero facilitó una transición inicial sin gran oposición.
Fases de la Dictadura
Directorio Militar (1923-1925)
Durante esta fase, se llevó a cabo una reorganización de ayuntamientos y diputaciones, se reprimió el catalanismo (prohibiendo la bandera y el idioma catalán en público) y se controló el orden público mediante la prohibición de manifestaciones y huelgas. Se estableció un partido único, la Unión Patriótica, que contó con el apoyo de sectores carlistas, católicos y conservadores. El mayor logro de este período fue la victoria en la guerra de Marruecos con el Desembarco de Alhucemas.
Directorio Civil (1925-1930)
Se intentó institucionalizar el régimen a través de la Asamblea Nacional Consultiva, aunque sin restablecer la democracia. En 1929, se elaboró un proyecto constitucional que no reconocía la soberanía nacional ni la separación de poderes. La dictadura se mantuvo gracias a la bonanza económica de los años veinte, basada en una burbuja especulativa que colapsó con la crisis de 1929.
Primo de Rivera implementó una política económica intervencionista, creando monopolios estatales como Telefónica (1924) y CAMPSA (1927). Además, impulsó obras públicas y reguló el ámbito laboral a través del Consejo Nacional del Trabajo, lo que atrajo a socialistas moderados como Francisco Largo Caballero (UGT). Sin embargo, los anarquistas (con la CNT prohibida) y los comunistas fueron perseguidos.
Oposición a la Dictadura
La oposición se amplió con la inclusión de liberales (que demandaban el retorno a la Constitución de 1876), republicanos (Sanjuanada y Alianza Republicana) y regionalistas catalanes como Estat Catalá de Francesc Macià. Los estudiantes e intelectuales también desempeñaron un papel crucial en la oposición, a través de la Agrupación al Servicio de la República y la Federación Universitaria Española. Se persiguió a figuras destacadas como Unamuno (destituido como rector de Salamanca) y se clausuró el Ateneo de Madrid. Las protestas estudiantiles fueron reprimidas con violencia, lo que contribuyó al desprestigio de la dictadura.
El Final de la Dictadura y la Caída de la Monarquía
La crisis internacional y el creciente descontento social provocaron la dimisión de Primo de Rivera el 30 de enero de 1930. Alfonso XIII nombró al general Berenguer, dando inicio a la "Dictablanda", un intento fallido de retorno a la normalidad constitucional. La falta de apoyos condujo al llamado "Error Berenguer", y en agosto de 1930 se firmó el Pacto de San Sebastián, donde republicanos, socialistas y catalanistas se unieron contra la monarquía.
Tras la llegada al poder del almirante Juan Bautista Aznar en febrero de 1931, se celebraron elecciones municipales el 12 de abril de 1931, consideradas un plebiscito sobre la monarquía. La victoria republicana en las grandes ciudades llevó a la proclamación de la Segunda República el 14 de abril de 1931. Alfonso XIII partió al exilio, marcando el fin de la Restauración Borbónica.