La Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)
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Introducción
El contexto internacional de la dictadura de Primo de Rivera es crucial para comprender la situación de España en el periodo de entreguerras. La crisis económica mundial desencadenada en Estados Unidos en 1929, el trauma de la Gran Guerra, la crisis de subsistencia para los obreros y la división social generada por la guerra marcaron la época. El triunfo de la Revolución Rusa en 1917 alentó los movimientos radicales y, desde 1923, ya existía una dictadura fascista en Italia dirigida por Mussolini.
Este proceso de profunda crisis de las democracias liberales tiene su origen en la ineficacia del parlamentarismo y en la inoperancia de los partidos frente a los nacionalismos exaltados. El resultado fue la búsqueda de gobiernos fuertes de un solo partido de corte totalitario, como fueron el de Salazar en Portugal, el de Mussolini en Italia, y el intento golpista de Hitler en Alemania.
En España, la ineficacia del sistema monárquico parlamentario, junto con el descontento de un amplio sector del Ejército por los desastres del 98 y la Guerra de Marruecos, propició la idea de sustituir a los políticos por medio de un Golpe de Estado.
El Pronunciamiento
En septiembre de 1923, el General Miguel Primo de Rivera encabezó un Golpe de Estado que triunfó con el apoyo de gran parte de la población y del Rey Alfonso XIII. El destino de la monarquía quedaba así ligado al del dictador. Primo de Rivera contó con el apoyo de militares como Sanjurjo o el Duque de Tetuán. El presidente del gobierno pidió al Rey que destituyera a los sublevados, pero este se negó y el presidente dimitió. Entonces, el Rey llamó a formar gobierno a Primo de Rivera por Real Decreto. Ese mismo día, Primo de Rivera dio a conocer el "Manifiesto al país y al Ejército", en el que expresaba su propósito de emprender urgentes reformas, iniciando así una política paternalista.
La dictadura se presentó como una solución provisional y fue bien acogida por la oligarquía tradicional. Las clases obreras reaccionaron divididas: mientras el PSOE aceptó el cambio, los anarquistas y el Partido Comunista se opusieron al régimen, así como la mayoría de intelectuales.
El Directorio Militar: Acción Política
El gobierno formado tras el golpe, conocido como Directorio Militar, estaba compuesto por oficiales de alta graduación. Su implantación fue ampliamente aceptada por el país. Las medidas que tomaron fueron:
- Publicación de un Manifiesto a los españoles en el que se exponían las directrices de su política.
- Control por parte del Ejército de todos los aspectos de la vida del país, declarando el estado de guerra y sustituyendo a los gobernadores civiles por militares para acabar con el caciquismo.
- Disolución del Congreso y la parte electiva del Senado.
- Suspensión de las garantías y libertades constitucionales.
- Prohibición de la crítica a la dictadura.
Primo de Rivera se propuso solucionar con autoridad los conflictos más graves del país: el caciquismo, el nacionalismo, el problema de Marruecos y el orden público. El Estatuto Municipal de 1924 fue el arma contra el caciquismo, pues descentralizaba la Administración y daba autonomía a los Ayuntamientos, aunque resultó ineficaz, cambiando unos caciques por otros.
El deterioro del orden público se corrigió y la delincuencia común descendió, pero Primo de Rivera confundió las protestas con delincuencia y prohibió las manifestaciones, fortaleció la censura y encarceló a muchos "delincuentes" inocentes.
Para apoyar a las fuerzas del orden, el dictador intentó extender el Somatén catalán al resto de España, sin éxito. También interpretó el sentimiento regionalista como separatismo y persiguió e ilegalizó todo símbolo catalán, incluido el idioma, por lo cual la burguesía catalana le retiró su apoyo. En el País Vasco la situación fue muy similar.