Descubre cómo vivir una vida cristiana plena: Conexión con Jesús y la comunidad
La conexión con Jesús: Una relación transformadora
Seguir a Jesús es relacionarse con él.
Jesús tenía un grupo que le acompañaba y convivía con él. Hoy, cuando Jesús ya no está físicamente entre nosotros, seguirle es establecer una relación que se puede describir de esta manera:
- Es real, pero no física. Se puede sentir interiormente y vivirla en la vida cotidiana.
- Es de ida y vuelta: de Jesús hacia nosotros y de nosotros hacia él.
- Es una amistad que brota del conocimiento mutuo y del trato asiduo. El cristiano se siente conocido y amado por Jesús y, por eso, le responde ofreciéndole también su amor.
- Influye en la persona y la va transformando.
Un estilo de vida centrado en Cristo
Seguir a Jesús supone vivir un estilo de vida que implica:
- Sentirse elegido y amado por Cristo como amigo.
- Vivir unido a Cristo, fiarse de sus palabras y de su amor, e identificarse cada vez más con él.
- Encontrar en Cristo la fuerza para vivir, amar y ser plenamente feliz.
- Amar y servir a los demás, especialmente a los más necesitados.
- Experimentar la alegría y la felicidad de vivir la vida.
- Sentirse miembro de la comunidad de los seguidores de Jesús, la Iglesia.
Santidad: Una llamada para todos
Santo: Referido a una persona, que ha sido reconocida por la Iglesia Católica como alguien que ha llevado una vida de perfección religiosa y que debe ser venerada como tal.
La palabra santo nos suena hoy a un tipo de persona excepcional, incluso rara. Sin embargo, en los primeros años de la Iglesia, se llamaba así a todo seguidor de Jesús.
Santo es una palabra que identifica el ser de Dios y de Jesús. El seguidor de Jesús, que vive unido a él y se identifica con él, recibe su mismo ser, su mismo espíritu.
Canon de Santos: Sagrada Congregación para la Causa de los Santos.
Beato: Feliz o bienaventurado. En la Iglesia Católica, referido a una persona, que ha sido declarada por el Papa modelo de vida cristiana y digna de recibir culto.
Amar a Dios sobre todas las cosas
Este mandamiento es una invitación a poner a Dios en el centro de la vida y a considerar la relación con él como lo más importante, lo que da sentido a todo lo demás.
- Cultivar la relación con Dios y la maduración de la propia fe, buscando conocerle mejor para amarle más.
- Dedicar tiempo a la oración como escucha a Dios y diálogo amistoso con él.
La Iglesia: Una comunidad de hermanos y hermanas
La Iglesia es más que una asociación o una organización: es una gran comunidad de hermanas y hermanos. La palabra “iglesia” significa convocatoria, asamblea, comunidad. La Iglesia no es un lugar de reunión, aunque también llamemos “iglesia” al edificio en el que se reúnen los cristianos.
La Iglesia es la comunidad de los seguidores de Jesús, comunidad que desea anunciar, con su vida, el evangelio de Jesucristo como salvación para todos.
Imágenes que describen la Iglesia
La Iglesia se describe a sí misma con tres imágenes:
- La Iglesia, pueblo de Dios: Dios eligió a Israel como su pueblo; en el Nuevo Testamento ha instituido la comunidad de creyentes en Cristo como el nuevo pueblo de Dios.
- La Iglesia, cuerpo de Cristo: Todos los miembros permanecen unidos entre sí por su unión con Cristo, que es la cabeza de ese cuerpo. Existe una diversidad de funciones y de cometidos.
- La Iglesia, templo del Espíritu Santo: Sobre el fundamento de Cristo, los apóstoles levantaron la Iglesia. Lo que la Iglesia anuncia, testimonia y celebra es siempre gracias al Espíritu Santo que reside y actúa en ella.
Rasgos de una comunidad cristiana
Una comunidad cristiana es un grupo que:
- Está unido por la fe en Jesucristo.
- Está en comunión con la Iglesia Universal.
- Vive en su interior el amor fraterno en libertad.
- Forma a sus miembros para vivir la vida cristiana.
- Celebra su fe en la vivencia de los sacramentos.
- Anuncia el evangelio.
- Cultiva la solidaridad y el amor al necesitado.
- Colabora en la construcción de un mundo mejor.
Diversos carismas al servicio de la comunidad
La palabra carisma proviene del griego y significa “regalo, don gratuito”. Se utiliza para designar las capacidades o cualidades que el Espíritu Santo concede a los cristianos para que las pongan al servicio de la comunidad.
No son para el provecho personal, sino para la edificación de la Iglesia al servicio del Reino de Dios.
Un solo cuerpo y diversas responsabilidades
Dentro de la Iglesia podemos distinguir tres grandes formas de pertenecer a la comunidad:
- Los laicos: Es el grupo más numeroso e incluye a todos los fieles cristianos que viven su vida profesional y de familia intentando mejorar nuestro mundo.
- La jerarquía de la Iglesia: A ella pertenecen los obispos, entre los cuales el Papa tiene un lugar preeminente; también los sacerdotes o presbíteros, presididos por el obispo, trabajan al servicio de la comunidad; y los diáconos, que ayudan a los sacerdotes a hacer sus tareas.
- Los religiosos y religiosas: Viven en comunidad. Hacen votos de pobreza, castidad y obediencia, y tienen como ideal el seguimiento más radical de Cristo.
Grados sacramentales del orden: 1. Diaconado; 2. Presbiterado; 3. Episcopal.
La misión de la Iglesia: Anunciar e instaurar el Reino de Dios
Para poder anunciar el Reino de Dios por todo el mundo, la comunidad cristiana encontró cuatro formas de hacerlo:
- Vive en comunión: Los cristianos intentan vivir como hermanos. Se reúnen, comparten lo que tienen y ponen sus bienes en común.
- Sirve a los más necesitados: La Iglesia se pone al servicio de los demás, especialmente de los más pobres, y se compromete en la transformación del mundo en una sociedad más solidaria y feliz.
- Proclama el evangelio: Desde los comienzos, los seguidores de Jesús han proclamado y enseñado la buena noticia de la llegada del Reino de Dios. Su misión es dar a conocer a Jesús e invitar a todos los hombres y mujeres a seguirle.
- Celebra el recuerdo y la memoria de Jesús: La comunidad celebra la memoria de Jesús en la eucaristía.
CEE: Reunión de los obispos de España para tratar los asuntos de la Iglesia española.
Reino de Dios: Cualquier situación o contexto en el cual los hombres se relacionan como hermanos sintiéndose hijos de un padre que es amor.