Descubre el Origen y Evolución de la Fábula: Desde Esopo hasta la Actualidad

Enviado por Chuletator online y clasificado en Griego

Escrito el en español con un tamaño de 5,09 KB

Origen y Evolución de la Fábula: Un Viaje Literario desde la Antigüedad

Definición del Género

La fábula es un relato, generalmente en verso, pero también en prosa, en el que participan animales que reproducen defectos y comportamientos humanos, y que concluye con una enseñanza moral. Aunque había tenido cierta utilización dentro de otros géneros, no surgió como un género independiente con características propias en la literatura latina hasta el siglo I, gracias a la obra de Fedro.

Su origen se encuentra en Grecia como una expresión popular en contraste con la poesía majestuosa. Estas fábulas retrataban la vida del pueblo humilde. Se atribuyó como creador a Esopo, cuya vida llegó a nosotros llena de datos legendarios. Las fábulas eran la crítica satírica del pueblo, de los esclavos, de los pobres contra los privilegiados.

Es probable que las fábulas circularan debido a su naturaleza popular, transmitiéndose fácilmente de un pueblo a otro, con orígenes diversos. La transmisión oral desempeñó un papel crucial en su difusión.

Características Principales: Forma y Contenido

Los rasgos principales de la fábula latina son:

  • Moralidad y enseñanza: Estas fábulas tienen una fuerte orientación moral, ya que concluyen con una lección o moraleja que destaca algún aspecto de la conducta humana.
  • Animales como personajes: Los personajes suelen ser animales antropomorfizados y actúan como representaciones simbólicas de comportamientos humanos.
  • Simplicidad y claridad: Tienden a ser breves y directas. Su narrativa es simple, accesible y fácil de entender, facilitando la transmisión de la moraleja.
  • Uso del mito: Lo emplean a menudo para dar un significado más simbólico, lo que permite a los lectores extraer lecciones más profundas.
  • Crítica social: Algunas contienen elementos críticos, utilizando las acciones de los animales como forma de comentar la sociedad humana.

Antecedentes y Primeras Manifestaciones

En la Antigua Grecia, Homero ya nos muestra algo de este género, pero es con Hesíodo en el siglo VIII a.C. cuando encontramos la primera muestra de fábula en Trabajos y días con la fábula del gavilán y el ruiseñor.

Sin embargo, su origen está estrechamente relacionado con la figura de Esopo, un esclavo, narrador y fabulista griego (siglo VI a.C.), considerado uno de los creadores de la fábula. Así, escribió fábulas que presentaban animales antropomorfizados y otros ejemplos de la naturaleza para transmitir enseñanzas y moralejas. Su enfoque narrativo y su capacidad para extraer lecciones morales de las historias influyeron significativamente en la tradición de las fábulas.

Aunque la adaptación y el desarrollo específico de la fábula latina como género literario distintivo se atribuyen en gran medida a Fedro.

Fedro: El Gran Fabulista Romano

Nació en Macedonia en el 15 a.C. y llegó a Roma como esclavo de Augusto, quien le otorgó la libertad.

Comenzó a publicar sus fábulas durante el reinado de Tiberio y continuó en los de Calígula y Claudio. Su obra se conoce con el título de Fabulae Aesopiae. Los cinco libros contienen un total de noventa y tres composiciones. Además, se conservan treinta libros del Apéndice y veinte paráfrasis medievales, completando los ciento cuarenta y tres que se conservan.

Las primeras fábulas, escritas durante el reinado de Tiberio (libros I y II), se asemejan a las de Esopo (El lobo y el cordero o La zorra y el cuervo). En la época de Calígula (libro III) menciona las persecuciones que sufrió por las ideas difundidas en sus libros, concretamente por parte de Sejano; destacan Un lobo a un perro y Un pollo a una perla. En tiempos de Claudio (libros IV y V) sobresalen La zorra y las uvas, La serpiente en el taller del herrero y El parto de los montes.

Las fábulas están escritas en senarios yámbicos, versos propios de la comedia, y destacan por su obsesión con el tema de la opresión al débil por el poderoso, que no solo se refleja en las moralejas finales, sino a lo largo de las propias fábulas. A menudo, las fábulas eran una reivindicación burlona del pueblo llano frente a los privilegiados.

Sus fábulas son narraciones sencillas, amenas y divertidas, y cada una de ellas concluye con una moraleja que resume la enseñanza que intenta transmitir. Su estilo se caracteriza por ser sencillo y conciso, y su obra refleja una poesía de raíz popular y fondo satírico.

A pesar de que su obra estaba adaptada a su tiempo, es de carácter universal. Así, durante la Edad Media, autores como el Arcipreste de Hita en el Libro del Buen Amor y don Juan Manuel en el Conde Lucanor recogieron fábulas en estas. Durante el Renacimiento, sus fábulas fueron muy valoradas en Europa. Finalmente, en el siglo XVIII, destacan en España autores como Tomás de Iriarte y Félix María de Samaniego.

Entradas relacionadas: