Descubre Joyas Arquitectónicas Visigodas y Mozárabes: Santa María, San Pedro y San Miguel
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Santa María de Quintanilla de las Viñas
En cuanto a la estructura y técnica, la iglesia de Santa María de Quintanilla de las Viñas puede considerarse una de las de mayor empeño monumental dentro de la arquitectura visigoda conocida. Aunque solo se mantiene en pie la cabecera o ábside y el brazo del crucero, las huellas de las cimentaciones permiten restituir el resto. Se trataba de una iglesia de ábside único cuadrado, con un largo transepto finalizado en dos habitaciones (hoy desaparecidas) y un aula basilical de tres naves separadas por pilares, siendo la central más ancha. La existencia de las estancias laterales en el transepto sugiere una iglesia de tipo monástico. El interior estaba muy compartimentado, con espacios cerrados mediante tabiques. Un vestíbulo o pórtico precedía a la nave principal, flanqueado por dos pequeños espacios laterales. Este pórtico triple tenía la misma anchura que la nave central, reforzando la estructura basilical. La iluminación se lograba mediante pequeñas ventanas altas y estrechas. En la cabecera, ventanas abocinadas iluminan el interior y el crucero. El aparejo es de grandes sillares de arenisca asentados en seco, con arcos de herradura. Frisos decorativos con relieves geométricos, vegetales y monogramas al estilo bizantino rodean el edificio. El transepto, de 3,20 metros de ancho y 10,40 metros de longitud, tiene un cuadrado central más amplio debido al estrechamiento de los muros. Se abre al arco toral de la capilla mayor y al vano de paso hacia las naves. Aunque el espacio sugiere un abovedamiento, no hay indicios de arranque. Se supone que las naves estaban cubiertas con armaduras de carpintería.
Daniel en el Foso de los Leones
Este bajorrelieve pertenece al arte hispanovisigodo del siglo VII, específicamente entre los años 680 y 711, en la segunda etapa del arte visigodo. Se encuentra en un capitel de la iglesia de San Pedro de la Nave en Zamora, realizado en piedra caliza. Representa al profeta Daniel rezando entre dos leones que no lo devoran. Las figuras se adaptan a la forma triangular del capitel troncocónico. Daniel, en el centro, alza los brazos en oración, mientras los leones permanecen calmados. Los relieves son planos, con proporciones descuidadas y rasgos primitivos, como la cabeza y pies de perfil y el cuerpo de frente, ojos almendrados y esquematismo.
San Miguel de la Escalada: Interior
Las tres naves de San Miguel de la Escalada se separan por columnas con capiteles reutilizados de edificios romanos o visigodos, sobre los que voltean arcos de herradura. El iconostasio y los canceles interrumpen la diafanidad del espacio, aislando la cabecera tripartita. Los capiteles carecen de cimacio. El crucero no es acusado al exterior. En el interior, cinco arcos separan las naves, con uno más ancho limitando con el iconostasis, cerrado por tres arcos de herradura sobre columnas. Sobre la bóveda del ábside central hay un espacio similar a los aposentos de las iglesias prerrománicas asturianas. Los muros son de mampostería con sillares en las esquinas y en el ábside central y nave principal. Las naves laterales son de ladrillo y barro. Seis ventanas de arquillos de medio punto iluminan cada lado, con dos celosías en los hastiales. Modillones lobulados de piedra adornan las esquinas del tejado. En el lado sur, una portada con arco de herradura tiene una inscripción mozárabe que consagra la fundación a San Miguel en 1050. San Miguel de Escalada es un triunfo de las arquerías mozárabes con peralte típico, columnas monolíticas de mármol y capiteles de influencia asturiana. La torre románica del siglo XI tiene tres plantas, destacando un ventanal con arco de medio punto y doble arco de herradura.
Exterior
San Miguel de la Escalada
La iglesia tiene tres naves y una cabecera con tres capillas cuadrangulares al exterior y en forma de herradura al interior, cubiertas por cúpulas gallonadas. Presenta influencias del arte astur (tres capillas), bizantino (cúpulas) y árabe (planta de herradura). Los arcos que separan las naves son de herradura, sobre bases y columnas reutilizadas. Los capiteles corintios varían en estilo, algunos con hojas carnosas lisas, otros con collarín mozárabe y otros con collarín asturiano trepanado. Destaca el pórtico saliente con alero de modillones de rollo, soportando doce arcos de herradura sobre columnas y capiteles, enmarcado por un alfiz. Diecisiete ventanas iluminan el interior. Los canceles tienen decoración geométrica y vegetal, con hojas de acanto, mostrando influencias hispanovisigodas, orientales y celtas.