El Desastre del 98: Un Punto de Inflexión en la Historia de España
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La Crisis del 98 en España: Causas y Consecuencias
Introducción
En el año 1898, España sufrió una profunda crisis que marcó un punto de inflexión en su historia. La pérdida de las últimas colonias de ultramar (Cuba, Puerto Rico y Filipinas) en la Guerra Hispano-Norteamericana, conocida como el Desastre del 98, puso de manifiesto la decadencia del país y generó un intenso debate sobre sus causas y las posibles soluciones. Este periodo también vio el surgimiento de un movimiento intelectual y cultural conocido como el Regeneracionismo, que buscaba la renovación de España.
Antecedentes: La Guerra de Cuba
En 1878, la Paz de Zanjón puso fin a la Guerra de los Diez Años en Cuba. El gobierno español se comprometió con la población cubana a llevar a cabo una serie de reformas:
- Dar a los cubanos una representación política.
- Autonomía para la gestión de los asuntos internos de la isla.
- Libertad de comercio.
- Abolición de la esclavitud.
La abolición de la esclavitud no se lograría hasta 1888, bajo el gobierno de Sagasta, pero la oposición de los grandes propietarios y comerciantes peninsulares impidió la aplicación de los otros compromisos. En Cuba existían dos grandes partidos: el Partido Autonomista y la Unión Constitucional. El primero, formado por cubanos, exigía profundas reformas. La Unión Constitucional, formada por españoles, defendía el mantenimiento de los lazos de la isla con la metrópoli.
La resistencia provocó un aumento de los sentimientos independentistas y en 1893 José Martí, considerado el padre del independentismo cubano, fundó el Partido Revolucionario Cubano, que ya exigía la independencia y consiguió el apoyo de líderes como Antonio Maceo y Máximo Gómez.
El papel de Estados Unidos
Un cambio crucial fue el papel de Estados Unidos. En 1891, el gobierno español, presidido por el conservador Antonio Cánovas del Castillo, estableció un arancel proteccionista que perjudicó a Estados Unidos, que en 1894 recibía cerca del 90% de las exportaciones cubanas, pero importaba a la isla poco más del 30%.
El Grito de Baire (24 de febrero de 1895)
En febrero de 1895, se inició la Guerra de Independencia cubana en el este de la isla. En los meses siguientes se extendió por toda la isla, llegando hasta la capital. En marzo, José Martí desembarcó en la isla y murió en un enfrentamiento con tropas españolas pocos meses después.
El gobierno de Cánovas encargó sofocar el levantamiento al general Arsenio Martínez Campos. Su estrategia combinada de acciones militares y medidas políticas no dio los resultados esperados, lo que llevó a su sustitución por el general Valeriano Weyler, quien inició una fuerte represión con graves consecuencias sobre la población civil. Weyler puso en marcha las llamadas "concentraciones" de campesinos, campos de concentración que obligaron al desplazamiento masivo de la población.
El ejército español tenía que hacer frente a una serie de problemas:
- Un medio físico desconocido para los españoles.
- Un enemigo perfectamente adaptado a ese medio.
- Un ejército español con problemas de logística y moral.
Tras varios años de guerra, la situación se encontraba estancada.
El gobierno liberal y la autonomía de Cuba
En 1897, Cánovas fue asesinado. Se formó un nuevo gobierno liberal, consciente del fracaso de la estrategia de Weyler. Para ello, se tomaron las medidas que se habían negado a tomar:
- Weyler fue sustituido por el general Ramón Blanco.
- Se decretó la autonomía de Cuba.
- Se estableció el sufragio universal masculino.
- Se decretó la igualdad de derechos entre insulares y peninsulares.
- Se estableció la autonomía arancelaria.
Pero las reformas, ahora, fueron rechazadas por los independentistas.
La Rebelión en Filipinas
En el archipiélago de Filipinas, la población española era escasa. Durante tres siglos, la soberanía se había mantenido gracias a la fuerza militar y a la presencia de órdenes religiosas. En 1896, también se inició una rebelión independentista. Las tropas españolas actuaron con extrema dureza. La rebelión fue sofocada en 1897, lográndose una pacificación momentánea.
Intervención de Estados Unidos
Estados Unidos había ampliado su territorio hasta convertirse en un enorme Estado. A finales del siglo XIX, Estados Unidos empezó a fijar su área de expansión en el Caribe y el Pacífico. Su interés por la isla de Cuba le había llevado a realizar varias ofertas de compra. Desde 1895, el apoyo del presidente William McKinley a los insurrectos era evidente. La posibilidad de un enfrentamiento directo entre Estados Unidos y España era cada vez más factible.
El incidente del Maine
En estas circunstancias, en febrero de 1898, tuvo lugar un incidente: la voladura del Maine, un acorazado estadounidense que se encontraba en el puerto de La Habana. La prensa y el gobierno de Estados Unidos culparon a España de la voladura. Estados Unidos declaró la guerra a España en abril de 1898. Comenzaba la Guerra Hispano-Norteamericana.
La Guerra Hispano-Norteamericana y el Tratado de París
La guerra se decidió en el mar: las escuadras estadounidenses derrotaron a las españolas en las batallas de Cavite y Santiago de Cuba. El 10 de diciembre de 1898 se firmó el Tratado de París, por el cual España reconocía la independencia de Cuba, cedía Puerto Rico y Guam a Estados Unidos, y vendía Filipinas por 20 millones de dólares.
Las Consecuencias del Desastre del 98
La pérdida del imperio de ultramar fue considerada un desastre militar y diplomático. El sistema de la Restauración conocería importantes cambios, pero se mantendría, con nuevos políticos. La otra consecuencia política importante fue el crecimiento de los movimientos nacionalistas en Cataluña, País Vasco y Galicia.
Crisis del Estado de Ánimo
Pero nos encontramos, sobre todo, ante una crisis del estado de ánimo de la nación. Se derrumba definitivamente el mito del imperio español. La opinión pública española es consciente de la relegación del país a una potencia de segunda fila. El Regeneracionismo se edificará sobre esta visión pesimista de la patria.
El Regeneracionismo
Una de las consecuencias de la Restauración de 1876 fue la persecución y depuración de muchos catedráticos e intelectuales.
La Institución Libre de Enseñanza
El sentimiento de estos intelectuales progresistas se concretará en la creación, ese mismo año, de la Institución Libre de Enseñanza, cuyo principal impulsor será Francisco Giner de los Ríos, basándose en el Krausismo. Del Krausismo, la institución tomará el contacto directo de los alumnos con la naturaleza.
Los pensadores e intelectuales que se irán formando en la Institución Libre de Enseñanza se muestran fuertemente críticos respecto a la sociedad y la política española.
Joaquín Costa y el Regeneracionismo
Entre los miembros de la primera promoción de la ILE se encontraba Joaquín Costa, quien se convertiría en profesor de esta misma institución e impulsor del movimiento Regeneracionista. El desastre del 98 acentuó sus críticas hacia el sistema de la Restauración y la postración de España. En su obra Oligarquía y caciquismo critica el dominio de los caciques en el mundo rural.
Joaquín Costa y los regeneracionistas defendían romper con la glorificación del pasado y basaban su regeneración en el desarrollo agrícola, la mejora educativa y cultural del país, y la europeización de España. La ciencia española empieza una profunda renovación y modernización.
La Generación del 98
Destacar al grupo de literatos conocidos como la Generación del 98, que desde una posición muy crítica y pesimista, intentan plasmar en sus obras el "problema de España". Autores como Miguel de Unamuno, Pío Baroja, Antonio Machado, Ramiro de Maeztu y Azorín reflexionaron sobre la identidad española y el futuro del país tras la pérdida de las colonias.
España a Comienzos del Siglo XX
En el año 1902, Alfonso XIII fue proclamado mayor de edad e inició su reinado. El sistema de la Restauración continuó, pero a pesar de las profundas reformas anunciadas, los grandes problemas políticos se mantuvieron al tiempo que aumentaba el desprestigio de la clase política.
El Problema Militar
Otro problema que se agrava en el país a principios del siglo XX es el militar. Mientras determinados sectores sociales, los militares, se inclinan hacia posturas cada vez más autoritarias e intransigentes. Se refuerza la idea de que los militares deben tener una presencia más activa en la vida política del país. A medida que las tensiones sociales vayan en aumento, irá también aumentando esta injerencia militar.
En conclusión, la Crisis del 98 marcó un punto de inflexión en la historia de España. La pérdida de las últimas colonias, el surgimiento del Regeneracionismo y la inestabilidad política del sistema de la Restauración abrieron un nuevo capítulo en la historia del país, que se enfrentaba a grandes desafíos en el siglo XX.