Desarrollo de la Personalidad y Afectividad Infantil: Etapas, Teorías y Autonomía de 0 a 6 Años
Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Psicología y Sociología
Escrito el en español con un tamaño de 24,37 KB
Introducción
El tema que voy a exponer trata sobre el desarrollo de la personalidad en niños de cero a seis años, dentro del contexto de la Educación Infantil. Para desarrollar este tema, partiré de una idea fundamental: durante la etapa de cero a seis años, el niño desarrolla su personalidad a través de procesos de individualización y socialización. La conquista de estos procesos permitirá al niño tomar conciencia de sí mismo y comprender la aceptación de una serie de normas y costumbres para integrarse en la sociedad.
Desde esta consideración, es fundamental partir de la evolución de la personalidad y la afectividad hasta los seis años. Posteriormente, analizaré las opiniones de diversos autores que conceden mayor o menor importancia a la influencia de la afectividad en el desarrollo de la personalidad del niño. Por último, describiré cómo el niño conquista la autonomía y ofreceré unos principios básicos para llevar a cabo una adecuada práctica educativa.
El Desarrollo de la Personalidad
En primer lugar, reflexionaremos sobre los elementos básicos que configuran una correcta conceptualización del desarrollo. Según Palacios, el desarrollo es un proceso que se extiende toda la vida, está formado por una secuencia de cambios en el comportamiento y en el mundo del pensamiento y de los sentimientos que siguen un orden a lo largo del devenir cronológico de cada sujeto.
La visión que presentamos del desarrollo es contextualista e interaccionista, admite que el desarrollo psicológico es resultado de las relaciones que los individuos tienen con su entorno, tanto sociocultural como educativa e institucionalmente.
Hay otras visiones a partir de estudios psicológicos, que tienen en cuenta el papel de la herencia y del medio ambiente. Los innatistas mantienen que el desarrollo psicológico de los individuos está determinado por los genes; y los ambientalistas defienden el papel del ambiente en el desarrollo.
Hoy se conoce la importancia de la interacción entre la herencia y el medio ambiente. Por tanto, la maduración proporciona las bases y el medio contribuye a construir la estructura. Hablar de herencia y medio tiene sentido si lo consideramos desde el punto de vista de unas relaciones complementarias en las que cada uno de los aspectos adquiere un peso diferencial dependiendo del momento evolutivo que consideremos.
Concepto de Personalidad
Según la psicología, la personalidad es un conjunto de factores cognitivos, afectivos, físicos y sociales que dan lugar a una forma individual, personal y original de organización del mundo. Podemos decir que es el modo habitual de ser, pensar, sentir y actuar.
Según Riouw, la personalidad es la síntesis de distintas funciones relacionadas, con un objeto final de adaptación y avance.
La personalidad del niño tiene unas características:
- Es consistente: es un rasgo distintivo y propio de cada individuo, relativamente estable a lo largo del tiempo, y que influye en nuestro comportamiento.
- Es diferenciadora: nos permite distinguir a una persona de otra, porque cada una reacciona de forma distinta ante la misma situación.
- Es evolutiva: puede variar a lo largo del tiempo, debido a las experiencias.
- Implica cierta predicción: puede predominar una conducta sobre otra en distintas situaciones.
- Implica autocontrol: porque sirve para adaptarnos a nosotros mismos y a la sociedad.
Una de las características de la personalidad es que evoluciona. A continuación, describo las etapas en el desarrollo de la personalidad según Freud, que considera la sexualidad básica en el desarrollo de la personalidad y destaca las siguientes etapas:
- Primer año: etapa oral, donde las principales acciones placenteras llegan al niño a través de la boca.
- De dos a tres años: etapa anal, unida al control de esfínteres; al niño le produce placer la retención y expulsión de esfínteres.
- De tres a seis años: etapa fálica o genital; al niño le provoca placer el contacto con su zona genital.
La Maduración y la Experiencia
Como hemos comentado, en el desarrollo del niño, en este caso en el de la personalidad, intervienen dos aspectos: la maduración y la experiencia, que a continuación desarrollo.
Respecto a la maduración, decir que, aunque la mayor parte de los recién nacidos son muy parecidos, algunas diferencias futuras ya están presentes en este momento. Estas características forman el temperamento, que se entiende como la forma característica de un sujeto al reaccionar al ambiente y de regular su propia actividad.
El temperamento puede ser influido por el modo en que las demás personas se comporten con el niño, de modo que su personalidad se configure como resultado de la interacción que el niño tenga con sus cuidadores, es decir, de la experiencia.
Las experiencias que el niño tenga en su infancia pueden ser:
- Experiencias únicas: particulares de cada sujeto, como un accidente, parto complicado, etc.
- Experiencias comunes: compartidas con la gente de una determinada cultura, como valores sociales, etc.
La personalidad del niño se forma en el continuo contacto con las personas que le rodean. Padres y educadores somos importantes, y debemos establecer con el niño relaciones de calidad, comunicación, estimularle, hacerle sentir útil, querido y atendido.
Wallon afirma: es difícil observar al niño sin conferirle algo de nuestros sentimientos e intenciones.
El Desarrollo Afectivo en Niños de Cero a Seis Años
Como vemos, es indiscutible la influencia de la afectividad en el desarrollo de la personalidad del niño. Por tanto, describo el desarrollo afectivo en niños de cero a seis años.
Parto del concepto de afectividad, que es un conjunto de fenómenos psíquicos, directamente relacionados con la vida emotiva y sentimental, que provienen de experiencias de agrado-desagrado, placer-displacer.
Autoconcepto
Un buen desarrollo social necesita que la persona reconozca, se conozca a sí misma y se diferencie de los demás. Por ello, un pilar del desarrollo socioafectivo es la formación del autoconcepto.
El autoconcepto es la imagen que el niño tiene de sí mismo. No debe confundirse con la autoestima, la cual también es la imagen que tienen los demás de nosotros.
Entre los tres y seis años, el autoconcepto se caracteriza por:
- Se describen teniendo en cuenta sólo rasgos o atributos personales externos.
- Se describen arbitrariamente, fundándose en hechos concretos ocurridos en un determinado día.
Para cambiar un mal comportamiento del niño, hay que decir que su conducta ha sido inadecuada, explicándole el porqué y las consecuencias de esta conducta. Así, no influiré negativamente en su autoconcepto y en su autoestima, ni en la evolución de su personalidad.
Desarrollo Social
A continuación, analizo el desarrollo social, que está vinculado al desarrollo afectivo.
El desarrollo social, según López, se define como: proceso interactivo a través del cual el niño satisface sus necesidades y asimila la cultura a la vez que la sociedad se perpetúa y desarrolla.
En la socialización intervienen tres procesos diferenciados pero interrelacionados: procesos mentales, conductuales y afectivos.
1. Procesos mentales: aquellos a través de los cuales el individuo adquiere un conocimiento de lo que es la sociedad y de lo que ésta espera de él. Es un requisito para que el niño adquiera conductas sociales y establezca vínculos afectivos.
Los conocimientos sociales que el niño deberá adquirir se refieren a personas como a la sociedad.
De los cero a los tres años, los conocimientos sociales más importantes son el reconocimiento de personas, de sí mismos, la identidad o conciencia de sí mismo, y el rol sexual autoclasificándose.
2. Procesos conductuales: son una serie de valores, normas y conductas de autocontrol, útiles para interacciones sociales.
Al niño se le inicia en la educación de estos aspectos desde el nacimiento, reconduciéndole a formas socialmente aceptadas, y su adquisición es antes de los dos años.
Durante los primeros años de vida, las figuras de apego tienen para el niño un significado especial, y le ayudan a identificarse con ellos, asimilar valores y conductas sociales.
3. Procesos afectivos: son emociones que empiezan a sentirse y manifestarse pronto; están ligadas a una raíz fisiológica relacionada con estados de bienestar y malestar. Todo proceso afectivo está determinado por las características individuales y experiencias previas en la relación familiar y la relación social.
El vínculo de apego, según Paniagua y Palacios: es el vínculo emocional interpersonal que de modo privilegiado se establece con las personas que para el niño son importantes y significativas; su presencia les aporta seguridad y son insustituibles.
El apego se caracteriza por:
- Las conductas intentan conseguir o mantener la proximidad con la persona a la que se está apegado y conductas de interacción privilegiadas.
- Las representaciones mentales de la relación con las figuras de apego son construidas en base a las experiencias de dicha relación, interpretadas por el niño e influidas por lo que los demás le transmiten.
- Los sentimientos de seguridad, bienestar y placer, asociadas a la proximidad y contacto con el apego, y de ansiedad cuando tienen lugar separaciones o dificultades para establecer el contacto.
El vínculo de apego sigue un proceso de formación y desarrollo:
- Hasta los dos meses: el niño busca estímulos sociales como el amamantamiento, limpieza, y le atraen los rostros, voces, y la temperatura de las personas que le rodean. Pero no hay pruebas de que llegue a conocer a las personas.
- Desde el segundo al sexto mes: discriminan entre unas personas y otras.
- Del sexto al doce mes: manifiestan conductas de preferencia por determinadas personas.
- En el segundo año: el vínculo de apego se consolida debido, entre otros aspectos, a las nuevas capacidades lingüísticas y al desarrollo de capacidades intelectuales.
- Entre los dos y cuatro años: el apego se transforma en dependencia emocional.
- A partir de los cuatro años: el apego se transforma en el intento por establecer relaciones emocionales con los iguales y con adultos desconocidos, favoreciendo la socialización.
Aportaciones de Distintos Autores al Conocimiento del Desarrollo Afectivo en Niños de Cero a Seis Años
Tras analizar el desarrollo afectivo hasta los seis años, describimos las aportaciones de distintos autores al conocimiento del desarrollo afectivo en los niños y niñas de cero a seis años.
Los conocimientos del desarrollo afectivo y de la personalidad son fruto de la evolución, revisión e integración de diferentes autores. Destacamos las aportaciones de algunos de ellos pertenecientes a corrientes clásicas y otras más recientes.
Teorías Clásicas
Respecto a las teorías clásicas, podemos destacar:
1. Enfoque psicoanalítico, de acuerdo con Freud y Erikson:
- Freud es el fundador del psicoanálisis, y para él detrás de cada persona hay una carga inconsciente que explica su forma de actuar.
- Los elementos de la personalidad según Freud son: el súper yo (conciencia moral, es lo que se debe hacer), el ello (lo profundo, lo que gusta hacer) y el yo (lo que se quiere hacer teniendo en cuenta la aceptación social).
- Freud también clasifica las etapas del desarrollo hasta los seis años: la anal, la oral y la fálica.
- Erikson presentó la Teoría del principio epigenético. Para él, la persona pasa por etapas, donde su conducta varía entre dos polos opuestos. De cómo se superen o no estas etapas se forma la base de la personalidad:
- En el primer año: fase de confianza-desconfianza, que depende de la satisfacción o insatisfacción de sus necesidades básicas.
- Del primer al tercer año: fase de autonomía o vergüenza o duda, se refiere a que el ambiente, mobiliario o normas que se le dan al niño, deben favorecer su autonomía.
- Del tercer al sexto mes: fase de iniciativa o culpabilidad, que se basa en que el contexto que rodea al niño debe favorecer que sus iniciativas tengan éxito para evitar la culpabilidad.
- Del tercer al sexto mes: fase de aplicación o interioridad, centrado en la aplicación adecuada de las fases anteriores.
2. Enfoque conductista o del aprendizaje social: Watson, Skinner y Bandura.
- Para Watson (conductista), el tipo de persona que los niños llegan a ser depende de su ambiente de crianza y de cómo las personas de su entorno lo traten. Los conductistas veían el desarrollo como un proceso continuo de cambio conductual moldeado por el ambiente único de la persona, que puede diferir considerablemente de los ambientes que viven otras personas.
- Para Watson, las conclusiones acerca del desarrollo humano tienen que estar basadas en observaciones de la conducta manifiesta, y no en las especulaciones acerca de los motivos inconscientes o los procesos cognitivos que no son observables.
- El conductismo radical se manifiesta en la Teoría del aprendizaje de Skinner. Propone que tanto los animales como humanos repetirán conductas que lleven a resultados favorables y supriman las que produzcan resultados desagradables.
- El aprendizaje operante consiste en que los actos voluntarios y operantes llegan a ser posibles dependiendo de las consecuencias que produzcan. Por tanto, el desarrollo depende de estímulos externos (refuerzo y castigo) más que de fuerzas internas.
- Bandura desarrolla la Teoría del aprendizaje vicario o por observación. Destaca el aprendizaje por observación como elemento fundamental de desarrollo, y afirma que el aprendizaje se produce por medio de la observación e imitación del comportamiento de las otras personas, llamadas modelos. Este aprendizaje se produce porque el observador construye representaciones simbólicas del modelo, y luego las utiliza para reproducir lo ya visto por medio de la imitación diferida.
3. Enfoque del desarrollo cognitivo de Piaget.
- Piaget centra sus estudios en el desarrollo cognitivo, proceso con una continuidad absoluta donde el niño pasa por unos estadios, cortes en el desarrollo que poseen un proceso de génesis y uno de equilibrio final que dará paso al estadio siguiente. Cada estadio implica una repetición de los procesos del nivel anterior, pero organizados de forma diferente.
- Para Piaget, el desarrollo cognitivo es la base para tener un adecuado desarrollo afectivo y social.
Perspectivas Recientes
En cuanto a perspectivas recientes, destacamos:
1. La etológica, según Lorenz y Timbergen, y John Bowlby.
- Para Lorenz y Timbergen, los miembros de una misma especie nacen con conductas programadas biológicamente, resultado de la evolución y adaptadas para contribuir a la supervivencia.
- John Bowlby dice que los seres humanos están influidos por sus experiencias, el ambiente y características innatas. Bowlby elaboró la Teoría del apego, vínculo que el niño establece con las personas que interactúan con él de forma privilegiada, y que será la base del desarrollo afectivo y social del niño. Las consecuencias del apego para el ser humano son:
- El niño desarrolla sentimientos asociados con el apego, como seguridad e inseguridad si no se establece adecuadamente.
- Desarrolla conductas hacia su figura de apego que generalizará en sus relaciones.
- El apego tiene parte de representación mental.
2. La genética de la conducta: las bases biológicas de las diferencias individuales. Esta corriente explica si hay capacidades específicas, rasgos y patrones de comportamiento que dependen de la combinación específica de los genes que subyacen en el individuo, y si estos atributos se pueden o no modificar mediante la experiencia.
La genética de la conducta sostiene que la mayoría de los atributos conductuales de una persona son el producto final de una larga y complicada interacción entre las predisposiciones y las influencias ambientales.
3. Teoría de los sistemas ecológicos, de Bronfenbrenner, que describe cómo múltiples niveles del entorno que rodean al niño y al adolescente influyen en su desarrollo. Niveles como:
- Microsistema o contexto inmediato, la familia.
- Mesosistema, o interrelaciones entre microsistemas, como hogar, colegio.
- Ecosistema, o contexto de los que no forma parte el niño pero que le pueden influir.
- Macrosistema, o contexto de clase social, la cultura que incluye a todos los demás sistemas.
4. Perspectivas cognitivas modernas como:
- Teoría sociocultural de Vygotsky: los niños adquieren sus valores culturales, creencias y estrategias de resolución de problemas a través de interacciones con otros miembros de la sociedad. Se caracteriza por la teoría de andamiaje, o capacidad de una persona más experta para dirigir el apoyo que ofrece al que está aprendiendo de tal forma que, gradualmente, éste pueda ir mejorando y prescindiendo de la ayuda del otro.
- Vygotsky dice que el aprendizaje colaborativo ocurre dentro de la zona de desarrollo próximo del niño.
- Según la Perspectiva atribucional, o el punto de vista del procesamiento de la información social, las explicaciones que construimos acerca de las experiencias sociales determinan el modo de reacción.
- La Teoría de adopción de perspectivas de Selman: los niños lograrán una compresión más amplia de ellos mismos y de otras personas cuando adquieran la capacidad de diferenciar entre sus perspectivas y las de sus iguales, y ver las relaciones entre estos puntos de vista.
La Conquista de la Autonomía
En la construcción de la personalidad, el niño se reconoce a sí mismo como autónomo y camina hacia su independencia. Por tanto, describimos la conquista de la autonomía.
La autonomía es la capacidad de actuar uno mismo, sin dependencia de otros, requiriendo madurez motora para controlar el cuerpo, madurez intelectual para controlar las acciones y madurez afectiva para controlar emociones.
La educación infantil debe potenciar el desarrollo de todos los ámbitos para que los niños adquieran las habilidades y hábitos básicos y elementales de autonomía, para desenvolverse autónomamente en el entorno a la vez que se integra y participa en el mismo.
De aquí la necesidad de trabajar desde una doble perspectiva:
- La autonomía personal: atendiendo a la faceta del individuo como ser individual, para que el niño aprenda habilidades y hábitos para ser y sentirse independiente.
- La autonomía social: atendiendo a la faceta del individuo como ser social, para que el niño adquiera actitudes y comportamientos adecuados.
Escamilla y Lagares dicen: fomentar el aprendizaje en la vida implica proporcionar una educación completa que abarca los conocimientos y competencias básicas.
En el proceso de autonomía, surgen conflictos emocionales como:
- Entre la imitación y la afirmación de sí mismo.
- Entre la dependencia y la autonomía.
- Entre el conformismo o aceptación de las normas sociales y la autoafirmación de su personalidad rechazando estas normas.
Directrices para una Correcta Intervención Educativa
A continuación, describimos las directrices para una correcta intervención educativa.
La intervención educativa es el conjunto de acciones que diseña y desarrolla el profesor para ajustar los procesos de enseñanza-aprendizaje. Es planificada, programada y sistemática.
En este tema vamos a tener en cuenta la creación de hábitos, una correcta metodología para el desarrollo socioafectivo y el papel del maestro.
Hábitos
En cuanto a los hábitos, van a permitir que el niño incorpore en su comportamiento conductas estables, las cuales le ayudarán a encontrar equilibrio y estabilidad.
Los niños adquieren hábitos con facilidad, ya que poseen capacidad de imitación, admiración por el mundo adulto y curiosidad e interés por las situaciones nuevas para ellos.
Hay dos tipos de hábitos que los niños deben adquirir en Educación Infantil:
- Hábitos personales: permiten tener un mayor cuidado de sí mismos y mayor autonomía.
- Hábitos sociales: que ayuden a relacionarse mejor con los demás y a integrarse de forma adecuada a distintos grupos sociales.
Para que se adquieran hábitos, el niño tiene que adquirir el nivel de desarrollo adecuado.
Metodología para el Desarrollo Socioafectivo
Para favorecer la creación de hábitos y autonomía del alumno, hay que señalar una metodología para su desarrollo socioafectivo.
En el Decreto 67/2007, se marcan consideraciones metodológicas para favorecer un desarrollo adecuado de la personalidad del niño.
Una de ellas es el ambiente, que debe ser cálido, afectivo, organizado y sereno, abierto a nuevas necesidades.
Otra consideración es el fomento de la autonomía y unas normas consensuadas por todos.
Las actividades serán lúdicas y contextualizadas, y estructuradas a través de rutinas.
Otro aspecto es valorar la importancia de la personalidad del maestro, que debe ser receptivo, comprensivo y conocer las necesidades e intereses de los alumnos.
El Papel del Maestro
Paso a analizar el papel del maestro.
El establecimiento de un clima de seguridad, de relaciones de calidad entre el educador y el alumnado, la valoración y confianza ajustada de aquel en las capacidades de progreso de este y la interacción de los niños con las personas que forman parte de su entorno, con las que establecen vínculos de relación de distinta naturaleza, desempeñan un papel fundamental en la construcción de la propia identidad y de una imagen propia, positiva y ajustada.
La estimulación de una imagen positiva no puede realizarse en un espacio del día reservado específicamente para ella. El educador debe trabajar siendo consciente de que su relación con cada niño le transmite datos e informaciones que favorecen la elaboración de su identidad.
La autoestima que el niño se forma es gracias a la interiorización de la estima que se le tiene y la confianza que en él se deposita. El educador debe buscar en los niños aspectos positivos, para resaltarlos y tomarlos como punto de partida de nuevos desarrollos.
La colaboración familia-educadores debe contribuir a la incorporación de hábitos, que impliquen habilidades, actitudes y comportamientos.
Conclusión
Para concluir, decir que es conveniente insistir en la importancia de la continuación entre la familia y maestros para mostrar al niño confianza en sus posibilidades, ponerlo en situaciones de autonomía, animarlos a resolver dificultades. El modelo de actuación que proporcionan los adultos es un medio fundamental para que los niños desarrollen actitudes y adquieran hábitos de colaboración y ayuda, higiene y mantenimiento de la salud, así como no discriminación hacia las diferencias y características de los demás.