Desarrollo Infantil a Través de la Expresión Plástica: Etapas y Actividades
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La Expresión Plástica y su Influencia en el Desarrollo Durante el Primer Año de Vida
Durante el primer año, el bebé experimenta una transformación notable, pasando de movimientos incontrolados a sostenerse en pie, dar sus primeros pasos y alcanzar cierta autonomía. Aunque la actividad plástica directa es limitada en este periodo, se establece un primer contacto crucial a través de la exploración de formas, colores, texturas y diversos recursos. El objetivo principal es estimular la capacidad de observación, percepción y descubrimiento.
Es fundamental potenciar la coordinación buco-manual y óculo-manual, así como la prensión. El educador debe priorizar la estimulación sensorial del niño mediante estímulos visuales, cromáticos y táctiles.
Primeros 6 Meses: Experiencias Sensoriales
Durante los primeros seis meses, el bebé no participa activamente en actividades plásticas estructuradas, pero acumula experiencias sensoriales fundamentales. La interacción con adultos es crucial en esta etapa.
De 6 a 12 Meses: Exploración Activa
A partir de los seis meses y hasta el año, el bebé puede participar en actividades que involucren recursos que, aunque no sean estrictamente plásticos, fomenten el descubrimiento de la luz, el color y el movimiento. Ejemplos incluyen la decoración del aula y la creación de "polichinelas" (títeres sencillos). Es recomendable modificar la decoración y la disposición de los trabajos con frecuencia para mantener el interés.
Desarrollo de la Expresión Plástica Entre 1 y 2 Años
En esta etapa, el niño incrementa su autonomía y se muestra más activo. Su control motor, seguridad, prensión y motricidad fina mejoran significativamente. Se debe continuar fomentando la observación, la imaginación y la creatividad.
El niño puede manipular papeles de diferentes texturas y colores, así como objetos de la naturaleza. Esto enriquece su capacidad para descubrir, seleccionar, comparar, analizar y relacionar. La decoración del aula sigue siendo un recurso esencial, y se puede aumentar la participación del niño involucrándolo en pequeñas tareas como elegir elementos o pegar materiales. También pueden dejar sus huellas dactilares utilizando pintura.
Evolución de la Expresión Plástica Entre 2 y 3 Años
La coordinación de movimientos y la capacidad manipulativa del niño mejoran notablemente, lo que se traduce en una mayor precisión. La adquisición de cierta madurez le impulsa a iniciar nuevas actividades, aunque a menudo sin continuidad. En cuanto a las relaciones sociales, predomina el individualismo en su comportamiento y en sus juegos.
En esta fase, se introduce la manipulación de nuevos materiales y herramientas, como la pintura de dedos, con el objetivo de potenciar la destreza y desarrollar la habilidad manipulativa. El niño comienza a descubrir nuevas texturas y a realizar operaciones como pellizcar, presionar y amasar. También experimenta con los dedos, esponjas, etc.
Hacia la mitad de esta etapa, se pueden introducir diversos útiles, incluyendo tijeras (siempre que sean del tamaño adecuado, de punta roma y adaptadas a diestros o zurdos).
Avances en la Expresión Plástica Entre 3 y 4 Años
El niño progresa en su desarrollo personal y motor, siendo consciente de sus capacidades y mostrando interés por el resultado de su trabajo. Su capacidad de concentración aumenta, al igual que su interés y curiosidad. También mejora su capacidad de percepción y representación visual.
En esta fase, se introduce al niño en actividades plásticas que potencien su desarrollo creativo y expresivo. Puede utilizar punzones, pinceles, esponjas y palos para modelar. Se inicia el dominio del trazo sobre diferentes soportes con lápices, ceras, rotuladores, etc. Se trabaja la destreza manual mediante actividades como rasgar, arrugar, cortar y pegar papel. El niño explora diversas técnicas como el dibujo, la pintura, el collage y el modelado. Se favorece la coordinación mano-ojo y el control del trazo.
Consolidación de la Expresión Plástica Entre 4 y 5 Años
El niño avanza en su coordinación motora y su curiosidad se expande. Comienza a diferenciar formas, colores y texturas con mayor precisión. Utiliza el dibujo de forma cada vez más detallada y el lenguaje como medio de comunicación. Es consciente de la relación de grupo.
Los objetivos se centran en el aprendizaje y el descubrimiento del niño. Se puede representar el entorno a partir de diversas experiencias, iniciando así el dibujo del natural y el dibujo de memoria. Se progresa en el estudio de la forma y el espacio.