Desarrollo Infantil: Perspectivas Teóricas y Evolución Histórica

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El Niño como Objeto de Estudio desde Diferentes Modelos Teóricos - M. E. Pizzo

Concepciones Acerca de la Niñez y los Niños

Los niños, en un sentido etario, han existido desde los inicios de la humanidad. Lo que se ha transformado es cómo se concibe al niño en distintos momentos de la historia y contextos culturales.

Ariès postula que la noción de infancia, tal como la concebimos hoy, no existía en la Edad Media. Pensar la infancia como categoría social diferente de los adultos es el resultado de una lenta y progresiva elaboración que se inicia en el siglo XVII y se consolida francamente en el siglo XIX. Por lo tanto, la niñez es resultado de una progresiva construcción cultural, activa y aún en curso.

Modelos Teóricos

El estudio del niño inicialmente se expresó en estudios descriptivos que consolidaron a la psicología del niño como disciplina. Progresivamente, los planteos de distintos investigadores llevaron a la elaboración de teorías que buscaban explicar distintas dimensiones del desarrollo infantil.

Modelo Mecanicista

  • Se basa en una concepción reactiva del organismo, es decir, ve al individuo como pasivo, respondiendo a estímulos externos como una máquina.
  • El desarrollo se entiende como el resultado del aumento de la experiencia, pero de manera descriptiva, simplemente observando los cambios sin profundizar en las causas.
  • Explica las manifestaciones complejas descomponiéndolas en partes más simples, como si se desarmara una máquina para entender cómo funciona.
  • Se busca entender la organización entre las partes y el todo, es decir, cómo las partes del organismo contribuyen a su funcionamiento global.
  • El cambio se explica en función de causas anteriores y separadas del proceso mismo de cambio.
  • Se ve el cambio como una propiedad de los organismos, pero de manera permanente, como si fueran máquinas que operan de cierta manera predecible.

Modelo Organicista

  • Concibe al individuo como activo u organizador de su propio desarrollo, en contraste con la pasividad del modelo mecanicista.
  • El desarrollo se ve como una manifestación de la interacción entre el organismo y su entorno, y se busca una comprensión explicativa de este proceso.
  • Se entiende que las manifestaciones complejas del desarrollo no pueden reducirse únicamente a partes más simples, sino que emergen de la interacción entre todas las partes del organismo.
  • Se busca comprender los principios que regulan la organización entre las partes y el todo, considerando tanto la estructura como la función del organismo.
  • El cambio se ve como inherente a los organismos y como un proceso continuo, en lugar de como algo causado por factores externos y separados.
  • Aunque se reconoce que el cambio es constante, no se puede predecir exactamente cómo ocurrirá, ya que emerge de la complejidad de la interacción entre el organismo y su entorno.

Estos modelos refieren a las formulaciones de Freud, Vygotsky y Piaget, ya que se consideran los proyectos más ambiciosos para el estudio del desarrollo humano. Al focalizarse en dimensiones diferentes del desarrollo (afectiva, sociocultural y cognitiva) pueden considerarse, hasta cierto punto, complementarias.

Las teorías de estos autores reconstruyen algunos de los postulados primordiales del modelo organicista, ya que proponen:

  • Un sujeto activo.
  • Interdependencia y organización en diferentes dimensiones.
  • Desarrollo concebido como una sucesión de cambios cualitativos.
  • Énfasis en los procesos más que en los resultados.

Diferencias y Similitudes entre la Psicología del Niño y la Psicología Evolutiva

La psicología del niño remite a intentar describir las pautas de conducta de las diferentes edades, mientras que la psicología evolutiva se plantea como objetivo principal el descubrimiento de las leyes generales que se encuentran detrás de los cambios producidos en las distintas edades.

Abordaje del Desarrollo en la Primera Infancia

El desarrollo en la primera infancia puede ser abordado atendiendo a tres dimensiones:

A) Desarrollo Motor

Centrado en el progresivo control del cuerpo hasta conseguir la marcha independiente gracias a la maduración del cerebro del niño, la interacción con el medio y la capacidad de representar su cuerpo. En relación con lo último, Palacios utiliza el término “psicomotricidad” para enfatizar que en el movimiento está implicado el psiquismo. El control y la coordinación motora se logran en dirección cefalocaudal (se controlan antes las partes del cuerpo que están próximas a la cabeza y luego ese control se extiende hacia abajo) y en dirección próximodistal (se controlan las partes más próximas al centro del cuerpo que las más alejadas. Por ejemplo, la articulación del codo se controla antes que la de la muñeca, que se controla antes que las de los dedos).

B) Desarrollo Cognitivo

Centrado en el paso de lo motor a lo representativo. Este pasaje se produce gracias a la maduración del cerebro del niño, la interacción con el medio a través de la actividad sensorial y motora (favorecida por los cuidados parentales que brindan al niño un entorno seguro y atractivo), y también cobra relevancia el hecho de que los adultos otorguen intencionalidad comunicativa a la conducta del bebé. Vemos cómo el niño pasa de:

  1. Reflejos: Conductas involuntarias y automáticas.
  2. Hábitos: Constituyen las primeras conductas adquiridas y no hay un fin perseguido previamente.
  3. Coordinación entre visión y prensión: El niño ve objetos y los quiere agarrar, o toca objetos y tiende luego a observarlos. La atención pasa de centrarse solo en lo sensorial para dar importancia a los efectos de las acciones en el medio.
  4. Intencionalidad: Hay un deseo que motiva las acciones, hay un fin previo.
  5. Se descubre la existencia de relaciones entre los objetos.
  6. Interiorización de la acción: Se pueden combinar las acciones mentalmente para prever qué va a suceder. Al finalizar el período sensoriomotor, el niño cuenta con la noción de objeto permanente, la organización del espacio, tiempo y causalidad. También presenta una reversibilidad ligada a lo motriz y se produce la adquisición del lenguaje y del andar autónomo.

C) Desarrollo Emocional

Centrado en:

  • La constitución de fuertes vínculos de apego con las personas: Esto se ve potenciado por el estado de indefensión primaria. Las necesidades corporales del niño son calmadas por los cuidados de un otro que lleva a cabo la función materna. La satisfacción de la necesidad produce una huella mnémica que se asocia a la huella mnémica de la excitación producida por la necesidad; con el surgimiento de una nueva excitación corporal, el aparato psíquico lleva a cabo su primer acto que consiste en investir la huella mnémica de la experiencia de la vivencia de satisfacción, por lo que hay cumplimiento de deseo por medio de la alucinación. Además, a partir de los cuidados brindados al niño, se irá despertando la sexualidad en él y en la primera infancia estará caracterizada por la presencia de la fase oral.
  • El proceso de adquisición de autonomía psíquica: Implica distinguirse como una persona diferente de las demás gracias a la separación de la madre. El niño nace en un estado de egocentrismo radical donde no tiene conciencia de sí mismo ni de su cuerpo ni de otros. Luego de atravesar el período sensoriomotor, el niño podrá pensarse como un objeto más entre otros.
  • El pasaje de un grado de dependencia plena a grados mayores de independencia: La madurez emocional es favorecida por la familia porque esta permite el despliegue de un alto grado de dependencia en los comienzos de la vida y luego da la oportunidad de ingresar a otros espacios sociales cada vez más alejados del núcleo familiar. Además, resulta relevante el control postural y la adquisición del lenguaje para que el niño logre un menor grado de dependencia.

El Nacimiento de la Inteligencia en el Niño - Jean Piaget

Introducción y Primer Estadio: El Ejercicio de los Reflejos

Piaget se pregunta cómo los bebés recién nacidos aprenden a adaptarse y desarrollar comportamientos a partir de sus reacciones automáticas. Se enfoca en los reflejos del bebé, cómo chupar y agarrar, y cómo estos se relacionan con el ambiente que los rodea.

Por ejemplo, el bebé muestra instintivamente la succión desde el nacimiento. A medida que pasa el tiempo, el bebé aprende a adaptarse mejor al pezón de la madre para alimentarse. Este proceso implica tanto la herencia genética como la interacción con el medio ambiente.

Piaget observa cómo el bebé perfecciona su capacidad de succión con el tiempo, y cómo esto se relaciona con su entorno. A medida que el bebé crece, aprende a reconocer y distinguir objetos, como el pezón de la madre, y adapta su comportamiento en consecuencia.

Este proceso implica tres aspectos importantes:

  • Repetición acumulativa: El bebé practica repetidamente sus reflejos para perfeccionarlos.
  • Generalización de la actividad: El bebé aprende a aplicar sus reflejos a una variedad de objetos y situaciones.
  • Reconocimiento motor: El bebé desarrolla la capacidad de reconocer y adaptarse a diferentes estímulos físicos.

Piaget entonces sugiere que el desarrollo de los reflejos del bebé implica una combinación de herencia genética y experiencia ambiental. A medida que el bebé interactúa con su entorno, sus reflejos se organizan y perfeccionan para adaptarse mejor a su mundo.

Primer Estadio

Piaget se enfoca en los reflejos del bebé. Él ve los reflejos como respuestas automáticas a ciertos estímulos. Pero nota algo interesante: a medida que los bebés repiten estos reflejos, aprenden y mejoran en su ejecución. Por ejemplo, un bebé puede succionar el pecho de su madre de una manera básica al principio, pero con el tiempo, esta acción se vuelve más refinada y eficiente.

Piaget llama a este proceso "desarrollo histórico", que significa que los bebés aprenden y se desarrollan a través de la experiencia y la repetición de sus reflejos. Cada vez que un bebé repite un reflejo, sucede algo más que una simple respuesta automática; se fortalece una estructura interna en su mente, lo que Piaget llama un "esquema de acción refleja". Este esquema se vuelve más sólido y eficaz con cada repetición, y es lo que impulsa el desarrollo del bebé.

Segundo Estadio (1.º al 4.º mes)

Piaget nos habla sobre los hábitos como las primeras conductas que los bebés adquieren. En este punto, lo que determina la conducta de los niños no es solo lo innato (heredado), sino también lo adquirido (aprendido).

Piaget nos dice que la experiencia comienza a influir en el comportamiento de los bebés durante este período. Él distingue entre la adaptación hereditaria y la adaptación adquirida. La adaptación adquirida implica aprender sobre nuevas cosas del entorno y cómo incorporarlas a las acciones diferenciadas. Por otro lado, la adaptación hereditaria no implica aprendizaje fuera de la propia experiencia del bebé.

Por ejemplo, si un bebé comienza a chuparse sistemáticamente el pulgar, ya no es solo un movimiento casual de la mano hacia la boca, sino que hay una coordinación entre la mano y la boca que el bebé ha aprendido. Esto se llama acomodación adquirida, donde el bebé coordina sus esquemas de acción para lograr un objetivo.

Un concepto importante en este estadio es la "reacción circular primaria". Esto se refiere a cómo los bebés comienzan a desarrollar hábitos y esquemas de acción basados en experiencias sensoriales simples. Un ejemplo que Piaget da es cuando un bebé inclina su cabeza hacia su pecho cuando es levantado por una persona adulta. Esto muestra cómo los bebés comienzan a desarrollar conductas adquiridas basadas en sus propias experiencias sensoriales y movimientos corporales.

Tercer Estadio (4.º al 8.º mes)

Piaget nos habla sobre el comienzo de la intencionalidad en el comportamiento del bebé. Aquí es donde vemos un cambio importante: el bebé comienza a realizar acciones con un propósito en mente. Aunque este proceso realmente comienza en el tercer estadio, se desarrolla aún más en el cuarto.

Durante este período, vemos lo que Piaget llama "reacciones circulares secundarias". Estas son acciones que el bebé realiza en respuesta a cosas que ocurren en su entorno externo, no solo a sensaciones corporales. Por ejemplo, el bebé puede aprender a golpear un juguete para hacer un sonido interesante o para alcanzar algo que le gusta. Piaget también introduce el concepto de "asimilación recíproca", que explica cómo diferentes acciones del bebé se fusionan para formar nuevas habilidades. Por ejemplo, cuando un bebé aprende a usar sus manos y ojos juntos para señalar que quiere ser tomado por la persona encargada de su cuidado.

Finalmente, Piaget diferencia entre "indicios" y "signos". Los indicios son estímulos en el entorno que permiten al bebé prever lo que va a suceder. Por ejemplo, un bebé puede ver el biberón y anticipar que pronto será alimentado. Los signos, por otro lado, son símbolos que representan algo más, como un gesto o una palabra que el bebé usa para comunicarse.

Entonces, en el tercer estadio del desarrollo según Piaget, vemos cómo los bebés comienzan a actuar con intención, respondiendo a su entorno externo de manera más consciente y desarrollando nuevas habilidades a partir de sus acciones.

Cuarto Estadio (8.º mes hasta el año)

Según la teoría de Piaget, se observa un desarrollo cognitivo marcado por la emergencia de la intencionalidad y la diferenciación entre medios y fines en las acciones de los bebés. Este estadio representa una transición crucial hacia una mayor capacidad para dirigir acciones hacia metas específicas, lo que implica una comprensión más avanzada del entorno y la capacidad de utilizar acciones previamente aprendidas como medios para alcanzar fines deseados.

Piaget destaca que las conductas durante este período comienzan a subordinarse unas a otras, reflejando una progresión en la complejidad del razonamiento y la planificación de las acciones. Por ejemplo, los bebés pueden aprender a apartar un obstáculo para alcanzar un objeto deseado o soltar un objeto para agarrar otro que les interese más. Estas acciones indican una comprensión incipiente de la relación entre acciones específicas y resultados deseados.

En este estadio, Piaget también introduce el concepto de inteligencia práctica, que se refiere a la capacidad de resolver problemas prácticos utilizando acciones directas en lugar de representaciones mentales. Los bebés empiezan a mostrar una mayor conciencia del entorno y a prever algunas consecuencias de sus acciones, lo que les permite adaptarse de manera más efectiva a su entorno.

Sin embargo, aún persisten limitaciones en la comprensión del mundo externo. Los bebés pueden exhibir una visión egocéntrica, lo que significa que pueden tener dificultades para comprender cómo sus acciones afectan a los objetos en el espacio, lo que puede llevar a comportamientos como buscar un objeto en su ubicación original incluso después de que haya sido movido.

En resumen, el estadio de desarrollo cognitivo entre el octavo y el duodécimo mes está caracterizado por la emergencia de la intencionalidad, la diferenciación entre medios y fines en las acciones, y el desarrollo de la inteligencia práctica. Aunque los bebés muestran una mayor comprensión del entorno y la capacidad de resolver problemas prácticos, aún enfrentan limitaciones en su comprensión del mundo externo.

Quinto Estadio (1 año hasta 1.5 años)

En este quinto estadio del desarrollo sensoriomotor según Piaget, se observa un proceso de descentramiento egocéntrico cada vez mayor en los bebés, lo que significa que comienzan a prestar atención a los movimientos de los objetos entre sí, indicando una mayor conciencia del mundo exterior. Piaget señala que en esta etapa, la atención del bebé se enfoca fuertemente en el entorno, lo que le permite descubrir las relaciones que los objetos establecen entre sí.

Una diferencia clave entre la tercera y la segunda reacción circular es que el bebé no busca simplemente repetir un fenómeno interesante, sino que busca comprenderlo. Para lograr esto, el bebé modifica sus acciones para comprender la naturaleza del fenómeno. Además, el bebé comienza a entender que el medio es independiente de sus propias acciones y trata de comprender las leyes que rigen el funcionamiento del medio.

Para comprender mejor su entorno, el bebé realiza pequeños experimentos, lo que le proporciona experiencias para comprender la naturaleza de los fenómenos. Por ejemplo, si un bebé agarra un estuche de jabón y se le resbala de las manos, puede intentar agarrarlo con diferentes fuerzas para comprender por qué se resbaló. Otro ejemplo es cuando un bebé está en la bañera y hunde juguetes para ver cómo vuelven a la superficie; en este caso, la reacción circular ya no implica simplemente repetir el acto de hundirlos, sino que el bebé experimenta con diferentes fuerzas y profundidades para comprender el fenómeno.

En esta etapa, el bebé también descubre nuevos medios para interactuar con el entorno mediante la experimentación activa. Se mencionan tres medios específicos: soporte, cuerda y bastón. Por ejemplo, el bebé puede usar una cuerda para traer un objeto hacia él o un bastón para golpear objetos a distancia, descubriendo así nuevas relaciones entre los objetos.

Piaget argumenta que en esta etapa, el bebé comienza a multiplicar los intermediarios entre sus acciones y sus objetivos, utilizando bastones, cuerdas y otros objetos como herramientas. Esta multiplicación de intermediarios indica una nueva forma de causalidad externa, donde el bebé puede manipular las relaciones entre los objetos.

Finalmente, Piaget describe la inteligencia práctica en este quinto estadio, donde la acomodación prima. Esto significa que el bebé busca activamente la novedad y desarrolla nuevos esquemas para comprender y utilizar el entorno. En resumen, en este estadio, los bebés muestran una mayor comprensión y manipulación del mundo que los rodea, así como la capacidad de resolver problemas de manera creativa y descubrir nuevos medios para lograr sus objetivos.

Sexto Estadio (1.5 años a 2 años)

Según Piaget, en este estadio, los niños experimentan una combinación interiorizada de esquemas de acción, lo que significa que los esquemas de acción se interiorizan y se combinan mentalmente. Este estadio es crucial porque marca el paso hacia el siguiente nivel de desarrollo intelectual.

Durante este período, los niños ya no dependen tanto de la acción directa o la experimentación activa para comprender su entorno. En cambio, empiezan a combinar mentalmente acciones y resolver problemas de manera más abstracta, incluso en situaciones nuevas. Comienzan a anticipar y prever las consecuencias de sus acciones.

Un ejemplo de esto es cuando un niño intenta salir de una habitación con una maceta. Antes, la puerta se abría hacia afuera, pero ahora se abre hacia adentro. El niño coloca la maceta frente a la puerta y se da cuenta de que si abre la puerta hacia adentro, golpeará la maceta. Entonces, mueve la maceta, abre la puerta y sale. En este caso, el niño resolvió el problema pensando en las consecuencias de sus acciones en lugar de experimentar directamente.

En este estadio, los niños también comienzan a desarrollar la capacidad de representar mentalmente objetos y eventos, en lugar de tener que actuar directamente sobre ellos. Esto significa que pueden pensar en una acción y resolverla sin tener que llevarla a cabo físicamente.

En cuanto al lenguaje, Piaget menciona que en este estadio inicial de aprendizaje del lenguaje, los primeros significados están vinculados a la propia acción. Por ejemplo, cuando un niño abre la boca para abrir una caja de fósforos, está representando mentalmente la acción de abrir la caja, lo que demuestra la conexión entre la acción física y la representación mental en este estadio del desarrollo cognitivo.

Lo Infantil II. Historia de la Infancia y del Juguete - J. Moreno

En "Ser Humano. La inconsistencia, los vínculos, la crianza"

  • Moreno llamó infancia al conjunto de intervenciones institucionales que, actuando sobre el niño real y su familia, producen lo que la sociedad llama niño. De esta manera distingue infancia de niño. La subjetividad de un niño surge de una compleja interacción entre su cuerpo biológico y la crianza, reglamentada por el discurso del medio en el que habita, este y su familia. El niño es el producto de los efectos de la infancia sobre una materialidad biológica.
  • La niñez no es un fenómeno inmutable, varía de acuerdo con la concepción de la infancia de cada cultura. Los niños responden al modo en que se los conciben.
  • La creencia y la institución infancia en 3 épocas:

a) Infancia en el Medioevo

Uno de los hechos más significativos del niño en esta época es que no hayan quedado registros escritos de su forma de vida o crianza. La ausencia de representación del niño es simplemente consecuencia del rechazo de los rasgos de la infancia. La realidad infantil no merecía atención. Lo infantil era un pasaje sin importancia, un estado que había que soportar para llegar a la única edad valorada: la del adulto maduro. Los vínculos parentofiliales eran distantes. No había escuelas ni se pensaba a los niños con cualidades especiales ligadas a un desarrollo gradual que justificara algún tipo de formación o educación particular. El joven aprendía conviviendo con los adultos. Los niños eran concebidos como seres inmaduros, no interesantes ni merecedores de algo especial.

b) Infancia en la Modernidad

El niño moderno es concebido inocente, sin maldad, pecado ni sexualidad. Por ser frágil e indefenso, debe ser protegido de los desvíos que le producía la influencia de los adultos. En base a ello se los cuida, se lo educa e instruye para que se forme bien. El niño moderno es, antes que la realidad presente, una promesa de futuro.

Disciplinamiento infantil: Someterlo a correcciones para formarlo bien. De modo que todo en la vida del niño y de su ambiente se organiza alrededor de lo realmente importante: el progreso futuro. El sentido es producir efectos benéficos para el desarrollo del niño en el futuro. Los juguetes son especialmente diseñados con la idea de que contribuyan a la buena formación de los niños. Juega a lo que los padres y educadores establecen y aprende dentro de los moldes establecidos. La separación entre niño y adulto es tajante. Hay colegios, vestimenta, juegos, sistemas de aprendizaje y literatura para cada edad. El niño fue cuidado y venerado en función de la misión que debía cumplir: llevar la antorcha del progreso a la generación siguiente.

  • Infancia en la Actualidad

    Época marcada por la revolución informática, la caída del ideal de progreso. El niño no es inocente, o al menos no responde al ideal de inocencia de la modernidad. La idea de proteger a los niños de la influencia de los adultos parece haberse invertido. En realidad, el niño no es dócil ni maleable, más bien da crecientemente muestras de resistirse a ser considerado como un vacío a llenar por contenidos adultos. Se libera de las ataduras que la sociedad tradicional le pretende imponer y los juegos predilectos son los conectivos. Al estar en contacto más directo que sus progenitores con la informática, los niños les enseñan a los adultos cómo son en verdad las cosas, no se sostiene la consigna del esfuerzo por aprender y formarse como un valor vigente, la división tajante por edades tampoco parece sostenerse, prevalece una edad: la del joven adolescente a la que niños y adultos buscan parecerse. La escuela está convirtiéndose en un sitio de provisión de herramientas tecnológicas para la conexión en el universo informático.

Infancia como fábrica de sujetos: Adaptada a la función de proveer sujetos acordes a la sociedad venidera.

Juegos y juguetes: Guardan una peculiar relación con el contexto en que surgieron. Hacen aparecer algo del pasado en el presente lúdico. Los juguetes didácticos eran para formar bien la mente del niño. Ahora los juguetes se han vuelto un objeto que los niños ansían poseer, las publicidades están dirigidas a ellos. Los juguetes de hoy miniaturizan el futuro, cambio ligado al consumo y a la entrada al mercado. El niño se convirtió en un consumidor importante.

Límites y Excesos del Concepto de Subjetividad en Psicoanálisis - S. Bleichmar

En "La Subjetividad en Riesgo"

Según Silvia Bleichmar, la subjetividad, en el contexto del psicoanálisis, se refiere a la experiencia individual y única de cada persona, que está influenciada por una serie de factores sociales, culturales e históricos. Según el texto, en la Argentina actual, la subjetividad ha experimentado cambios significativos debido a la depredación económica, que ha generado desocupación, marginalidad y cosificación. Estos procesos han llevado a una deconstrucción severa de la subjetividad, afectando la forma en que los individuos se perciben a sí mismos y se relacionan con el mundo.

La subjetividad está atravesada por los modos históricos de representación de cada sociedad, que determinan lo que se considera necesario para formar individuos aptos para desenvolverse en su interior. Esto significa que la forma en que nos percibimos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea está influenciada por las normas, valores y creencias de la sociedad en la que vivimos. En este sentido, la formación de la subjetividad está regulada por la socialización y la historia de la humanidad, así como por los tipos de poder que definen el tipo de individuo necesario para mantener el sistema. También destaca el papel del psicoanálisis en la comprensión de la subjetividad, señalando que este ha planteado la posibilidad de un pensamiento sin sujeto, que antecede al individuo y que este debe apropiarse a lo largo de su vida.

En resumen, la subjetividad es un concepto complejo que se refiere a la experiencia individual y única de cada persona, que está influenciada por una serie de factores sociales, culturales e históricos. Los cambios en la subjetividad pueden estar relacionados con procesos sociales y económicos, como la depredación económica, que pueden afectar la forma en que los individuos se perciben a sí mismos y se relacionan con el mundo que les rodea.

La Familia y la Madurez Emocional - D. Winnicott

En el texto se explora la relación entre madurez emocional, salud y el papel fundamental de la familia en el desarrollo individual desde una perspectiva psicoanalítica. Se parte de la premisa de que la madurez se vincula estrechamente con la salud emocional, y se plantea la interrogante acerca de si es posible alcanzar madurez emocional fuera del entorno familiar.

Se aborda el desarrollo individual desde dos perspectivas freudianas: el desarrollo de la vida instintiva y el tránsito de la dependencia a la independencia, lo cual se relaciona con el complejo de Edipo y el posterior establecimiento de la identidad y la autonomía. Se destaca que la familia desempeña un rol crucial en satisfacer las necesidades del individuo a lo largo de su vida, desde la dependencia inicial hasta los esfuerzos por lograr la autonomía.

El texto enfatiza que la actitud ambiental de la familia es esencial para satisfacer las necesidades del individuo en cada etapa de su desarrollo, adaptándose a su crecimiento y proporcionando un entorno seguro para la exploración y la independencia. Se destaca la importancia de la figura materna en la introducción de la sexualidad en el niño y el papel del padre en la introducción de la prohibición del incesto, que permiten la integración del individuo en la cultura. La familia ofrece un círculo de cuidado cada vez más amplio, que incluye a parientes cercanos y otras personas significativas. Se resalta la función de la familia en satisfacer las necesidades del individuo, incluyendo la dependencia inicial y los esfuerzos por alcanzar la independencia, siguiendo las enseñanzas de Freud sobre la importancia de las relaciones familiares en el desarrollo psicológico.

Se concluye que, incluso cuando el individuo se aleja físicamente de la familia, sigue manteniendo una necesidad emocional de un hogar y una familia. Se enfatiza que la relación con la familia real, especialmente con los padres, es crucial para el desarrollo personal y social del individuo, siguiendo los postulados freudianos sobre la importancia de la familia en la estructuración psíquica del individuo.

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