Desarrollo Humano: Descubre las 7 Etapas de la Vida

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Etapas de la vida

1. La vida en el seno materno

Los resultados de la psicología permiten afirmar lo que cada mamá sabe por sí sola: que la vida en el seno materno es vida auténtica. Es importante el cuidado del crecimiento corporal y espiritual del bebé en el vientre de su madre. Cada persona en el útero de la mamá recibe el nombre de embrión y feto, que significa "pequeño por nacer". Y tiene los mismos derechos que cualquier persona ya nacida y su capacidad en potencia de seguir desarrollándose. El nacimiento indica el término de una etapa, ya que el bebé abandona el seno de la mamá y empieza su existencia individual. De la vida en el seno materno al nacimiento hay un cambio del ámbito vital; al nacer, el bebé se separa de su mamá. Pero esta separación tiene que tener una orientación adecuada.

2. La infancia

Después del nacimiento y durante la infancia, el niño necesita que los padres cumplan sus deberes éticos de cuidado, manutención y, especialmente, de amor. La mamá especialmente atiende las necesidades fisiológicas (del cuerpo) y la atención en todos los aspectos. La forma vital del niño está determinada por estos elementos: de a poco se tiene que habituar a la existencia individual, por ejemplo, aprender a andar solo sin que lo lleven; aprende a comer solo sin que le den, etc. El niño es protegido por sus padres, que lo defienden de los peligros del mundo exterior. Así, en la infancia el niño adquiere conciencia del amparo. También surge la pregunta del asombro y de querer descubrir lo que lo rodea: ¿Qué es eso? ¿Por qué? En la niñez no se tiene conciencia de los fines u objetivos (¿Para qué?) ni de los medios (¿Cómo? o ¿De qué modo?), pero sí lleva a cabo su intención de modo muy seguro (lo que quiere). Las cosas representadas para el niño (dibujos animados, personajes, etc.) son reales; confunden lo imaginario con lo real y poco a poco pueden distinguir entre lo peligroso y lo amistoso. Es muy común la confianza del niño.

3. La adolescencia: crisis de la maduración

Se vive una crisis de maduración. La palabra "crisis" quiere decir ruptura: algo se quiebra y debe comenzar de nuevo, asumir otras responsabilidades, asumir y adaptarse a lo nuevo. El adolescente poco a poco se va desprendiendo del cobijo de sus padres. Se toma más contacto con el mundo exterior, formando conciencia de las responsabilidades de los hechos y aprendiendo a diferenciar lo útil de lo perjudicial. Aprender a ver finalidades y a alcanzarlas, aprendiendo a distinguir entre lo bueno y lo malo. La crisis de esta etapa se da con las siguientes características:

  • A. La afirmación de uno mismo, es decir, la tendencia a imponer lo que soy, la conciencia de ser diferente a los otros, la importancia de la imagen (cómo me ven los otros).
  • B. Maduración contra la autoridad: hay rebelión y ganas de hacer lo que uno quiere. Por eso hay que educarse en la obediencia; se siente inseguro de sí mismo y de lo que puede, y se genera desconfianza de los otros.
  • C. La tarea de los docentes y de los padres es ayudar a cada adolescente a que descubra las cosas buenas que tiene y las valore, a que no se dé una imagen deformada de sí mismo (soy fea, no soy flaca, tengo muchos granos, nadie se fija en mí, a los demás no les importa lo que me pasa, etc.). Hay que controlar las amistades y las relaciones por redes sociales; ayudar a que desarrollen virtudes y se esfuercen para conseguir lo que quieren.

4. La juventud

Superada la crisis de la adolescencia, el joven afronta transformaciones laborales.

Amenazas propias de la época:

  • Inestabilidad económica y afectiva.
  • Miedos que debe afrontar.

En esta edad se da cuenta de sus capacidades vitales y siente la posibilidad de desarrollarlas. También en esta etapa se llevan adelante desafíos de apostolados y voluntariados, por ejemplo, colaborar en una asociación civil de ayuda contra el cáncer; se ve la experiencia acumulada que quiere brindarse como un servicio a los demás. El autor desarrolla dos elementos que determinan esta etapa:

  1. Positivo: la fuerza y ganas de desarrollar la personalidad y la vitalidad.
  2. Negativo: la falta de experiencia de la realidad y, por eso, se puede caer en la sensación de fracaso.

El joven es idealista. En la juventud aparecen las típicas características iniciales: éxito de la inteligencia, de la invención y de la capacidad artística, pero las cuales no es seguro si van a durar.

Debilidades de esta etapa: falta de conocimiento de lo que uno puede dar y de lo que dan los demás; necesita educar su voluntad para ser perseverante; debe dejar de idealizar el amor para tener vínculos muy fuertes y sinceros.

5. La vida adulta

Ya que el joven idealiza y se da cuenta de los fracasos propios y ajenos, de los contratiempos o dificultades, comienza un camino de madurez, surgiendo la etapa de responsabilidad. Se basa en que pudo conseguir un fundamento para su vida, aceptar sus errores y buscar cambiarlos; aceptar los límites de la realidad y dar respuesta de las consecuencias de sus acciones. Su fe se hace más firme y madura, acepta el sufrimiento y busca consolar a los otros. El hombre adulto asume lo que le pasa y se conforma con lo que tiene. Busca el valor y la permanencia, cuida de los otros; se afianza su carácter y lleva adelante todos sus proyectos laborales.

6. La ancianidad

El hombre pasa una crisis que va unida al envejecimiento y se da por la conciencia del fin de la vida; surge luego la imagen vital del hombre viejo, expresado por su valor de ser sabio. Ser sabio en esta etapa quiere decir saber que se acerca el final y aceptarlo con alegría. Con esta aceptación aparece en la vida la tranquilidad y el sentido existencial de alguien superior. Gracias a esto puede dar consejos, distinguir lo importante de lo menos importante; aceptar la ancianidad no como algo decadente, sino como un paso lleno de experiencia y sabiduría.

La etapa senil: en esta etapa la persona depende de los cuidados de los demás, pierde su energía, sus impulsos. No puede ocuparse de sí mismo y se ve débil e inseguro. Esto le genera mal humor, angustia y se pone caprichoso como un niño. Pero no debemos confundirlo con un niño.

7. La muerte

Envejecer significa acercarse a la muerte, y solo encontraremos refugio y serenidad si vemos la vida desde Dios y la fe. Se puede ofrecer la oración, el sufrimiento de esta etapa e intentar prepararnos en la unidad familiar, reconciliarnos con quien estamos peleados y viviendo los sacramentos.

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