Desarrollo Económico Mundial: De la Mercantilización a la Revolución Industrial

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1. La Gran Divergencia

Alrededor del año 1500, la prosperidad de los países era muy parecida. La actual división entre países pobres y ricos surgió principalmente a partir del viaje de Vasco de Gama a la India y el descubrimiento de América. Estos últimos 500 años se pueden dividir en tres periodos:

  1. Mercantilista (1500-1800): Empezó con los dos viajes ya mencionados, puesto que dieron paso a una economía global integrada, y terminó con la Revolución Industrial. América fue colonizada y exportó su plata, azúcar y tabaco. Los africanos eran llevados a América como esclavos trabajadores, y Asia enviaba a Europa textiles, especias y porcelana. La industria europea adquirió con esto una gran relevancia.
  2. Puesta al día (siglo XIX): Gran Bretaña era la líder industrial, sin competidores. Europa Occidental y Estados Unidos buscaban el desarrollo económico mediante cuatro políticas:
    • Creación de un mercado unificado y construcción de una infraestructura de transportes.
    • Promulgación de aranceles externos para proteger las industrias nacionales de la competencia de Gran Bretaña.
    • Creación de bancos para estabilizar la moneda y financiar inversiones.
    • Establecimiento de la enseñanza de masas para mejorar la mano de obra.

    Estas políticas tuvieron éxito, por lo que Europa Occidental y América del Norte, junto con Gran Bretaña, se comenzaron a llamar el club de las naciones más ricas.

  3. Siglo XX: Llegado este siglo, los países menos desarrollados intentaron llevar a cabo esas políticas, pero no salió tan bien porque las tecnologías que necesitaban para competir no les salían rentables. Holanda había sido el país más rico en el siglo XVII, y Gran Bretaña ahora estaba consiguiendo ese nivel.

El fenómeno de la gran divergencia se da viendo que los países más ricos son los que más han crecido, y los pobres los que menos. Sin embargo, hay excepciones, como Japón que, aun teniendo en cuenta su pobreza en 1820, creció milagrosamente, al igual que Corea del Sur y Taiwán.

La industrialización y desindustrialización son dos factores importantes para entender la gran divergencia. En 1750, China e India realizaban la mayor parte de las manufacturas. Hacia 1913, el mundo sufrió una transformación, y Asia e India bajaron en picado, mientras el poder industrial lo tenían Gran Bretaña, Estados Unidos y Europa Occidental. Entre 1750 y 1880, el acontecimiento más destacado fue la Revolución Industrial británica; en este periodo, Gran Bretaña acabó con la fabricación tradicional en Asia. Entre 1880 y la Segunda Guerra Mundial se industrializó Estados Unidos y Europa continental, que consiguieron que Gran Bretaña perdiese terreno. Tras la Segunda Guerra Mundial, la URSS aumentó mucho hasta 1980, que tuvo una gran caída y entró en recesión. El milagro asiático permitió aumentar la cuota mundial de Japón, Corea del Sur y Taiwán. Si China alcanza a Occidente, el mundo completará un ciclo completo.

2. Salarios Reales

El PIB no es apropiado para medir el bienestar, ya que no tiene en cuenta factores como la salud, la esperanza de vida y los logros educativos. Las imprecisiones del PIB se pueden depurar conociendo los “salarios reales”, es decir, el nivel que puede alcanzar una persona con lo que gana. Si hablamos de trabajadores no cualificados (peones), habrá que saber que tienen un salario justo para la supervivencia. La dieta es de cereales, verduras y aceite o mantequilla. Lo fundamental es saber si un trabajador con dedicación exclusiva ganaba lo suficiente para mantener a su familia. En el siglo XVIII se produce una divergencia en Europa: los niveles de vida bajaron. En la Edad Media, los florentinos comían pan, mientras que en el siglo XVIII sólo podían permitirse comer polenta de maíz, mientras que en otras ciudades como Ámsterdam y Londres ganaban cuatro veces más que para la supervivencia. Sin embargo, en los países pobres se mantienen aún niveles de subsistencia. China ha tenido un gran crecimiento en las últimas décadas, ha aumentado seis veces el nivel de renta, pero Inglaterra ya lo había conseguido hace 150 años. En Asia y Europa Oriental, la renta daba para subsistir, y los excedentes se los quedaba el Estado. En el noroeste de Europa y Estados Unidos, los ingresos eran de cuatro a seis veces mayores que lo necesario para sobrevivir.

La mera subsistencia tiene consecuencias para el bienestar social y el progreso económico. Quienes sobreviven a la dieta tienen baja estatura. Esto hace que se reduzca la esperanza de vida y empeore la salud en general. En segundo lugar, hay menos educación. Los salarios elevados contribuyen al crecimiento económico porque permiten salud y enseñanza. La mera subsistencia es una trampa que impide salir de la pobreza. La Revolución Industrial no solo fue causa de los salarios elevados, también fue consecuencia.

3. El Progreso de Oriente

¿Por qué el mundo es cada vez más desigual? La geografía tiene importancia porque, por ejemplo, el paludismo en los trópicos retrasa el desarrollo económico. Sin embargo, el carbón les sirvió a los británicos como base de la Revolución Industrial. No es la única explicación; también depende de la tecnología y la economía en sí. Uno de los objetivos de la tecnología es reducir la influencia negativa de una geografía adversa. Con frecuencia, se habla de la importancia de la cultura como explicación del éxito económico. Por ejemplo, la alfabetización y los conocimientos básicos de matemáticas son necesarios para el éxito económico desde el siglo XVII. Otro factor importante son las instituciones políticas.

4. La Primera Globalización

El cambio tecnológico, la globalización y las políticas económicas son las causas directas del desarrollo económico. La propia Revolución Industrial fue el resultado de la primera fase de la globalización, que comenzó a finales del siglo XV. Por lo tanto, la gran divergencia comienza con la primera globalización. La globalización precisaba barcos que pudieran navegar en mar abierto, y los europeos no contaron con ellos hasta el siglo XV. Europa fue el lugar donde el uso de grandes barcos tuvo mayor impacto económico. En primer lugar, los holandeses comenzaron a transportar cereal; al cereal le siguieron los textiles. En la Edad Media, los italianos dominaron la industria textil, pero Inglaterra y Holanda consiguieron desbancarlos realizando imitaciones de las telas italianas. No obstante, el impacto más espectacular de los navíos se produjo con las expediciones de descubrimiento. En 1498, el portugués Vasco de Gama llegó a la Cochinchina, en las Indias, y cargó su barco con pimienta. El precio de ésta en Europa era muy superior a su valor en India debido a los gastos de transporte. Sin embargo, en 1760, la diferencia descendió un 85% gracias a la eficacia de la ruta exclusivamente marina. Este sistema favoreció sobre todo a Portugal, porque mantenían el precio de la Edad Media y se quedaban lo demás como beneficio. La aparición de las compañías de las Indias Orientales inglesa y holandesa en el siglo XVII acabó con el monopolio marítimo de Portugal y redujo mucho el precio europeo. Cristóbal Colón propuso navegar hacia el oeste desde Europa a Asia directamente, pero llegó a las Bahamas; descubrió América. Esto cambió la historia del mundo. Estas expediciones desencadenaron una lucha de aspiraciones imperiales, siendo portugueses y españoles los primeros en salir victoriosos. Establecieron su hegemonía en el océano Índico y fundaron colonias. Alcanzaron las legendarias “Islas de las Especias” (actuales islas Molucas, Indonesia). En 1500 descubrieron accidentalmente Brasil; se convirtió con el tiempo en su mayor colonia. El imperio español era aún el más rico: conquistaron el imperio azteca en 1521, por Hernán Cortés, y el imperio inca por Francisco Pizarro dos años más tarde. Encontraron yacimientos de plata en México y Bolivia, que sirvió para comprar productos asiáticos y desencadenó un periodo de décadas de inflación; se le llamó la revolución de los precios. En el siglo XVII, los europeos del norte desarrollaron un esquema de actuación. Inglaterra fundó la Compañía Inglesa de las Indias Orientales, fundada en 1600, y dos años más tarde Holanda, la Compañía Holandesa de las Indias Orientales. Ambos consiguieron apoderarse de muchos territorios, también pertenecientes a los portugueses. El Estado inglés participó activamente en la expansión de su imperio. Fue un proceso iniciado por Oliver Cromwell y continuó posteriormente tras la Restauración. Se incrementó el gasto en la Armada, y en 1651 fue aprobada la primera Ley de Navegación, que tenía como objetivo excluir a los holandeses del comercio con el imperio británico. Tras la Restauración de Carlos II en 1660, las leyes de navegación fueron restituidas y ampliadas. Aumentó el volumen de la Armada y se libraron guerras contra los holandeses. Inglaterra estableció colonias por todo Norteamérica, y sus economías crecieron rápidamente gracias a las exportaciones de tabaco, arroz, trigo y carne. En vísperas de la Revolución Industrial, se habían producido en Europa cambios de gran envergadura, siendo Inglaterra el país con mayores transformaciones. La población dedicada a la agricultura bajó un 45%, y subió notablemente el número de habitantes. La economía de los Países Bajos se desarrolló en líneas parecidas, y allí la urbanización fue incluso mayor que en Inglaterra. En el resto de Europa, la transformación fue mucho menor. España e Italia mantenían una situación estacionaria, sin cambios en la distribución de sus poblaciones. El caso de España fue desafortunado. En el siglo XVI, daba la impresión de ser la mayor potencia imperialista, pero debido a la inflación producida, su agricultura y manufacturas dejaron de ser competitivas. La globalización dio impulso al noroeste de Europa, pero contuvo a la parte meridional. Los éxitos en la economía tuvieron importantes consecuencias:

  • El crecimiento de la urbanización y la industria rural aumentó la demanda de la mano de obra y dio lugar a mercados laborales fuertes y salarios elevados.
  • El aumento de salarios aumentó la demanda de alimentos y trabajo agrícola, dando lugar a revoluciones agrícolas en Inglaterra y Países Bajos.
  • La mayor demanda urbana proporcionó revoluciones energéticas en Inglaterra y Países Bajos.
  • La economía de salarios elevados generó un alto nivel de alfabetización, conocimientos matemáticos básicos y mayor formación técnica en general.

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