Declive del Imperio Español: Crisis Colonial, Guerra y Regeneracionismo

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1. Antecedentes de la Caída del Imperio Colonial Español

a) La Política Colonial de la Restauración a Finales del Siglo XIX

La política internacional de Cánovas tenía como objetivo mantener a España neutral en los conflictos entre las potencias imperialistas y salvaguardar los restos de su antiguo imperio colonial: las islas Filipinas, las Marianas y las Carolinas; Cuba y Puerto Rico; y algunas posesiones más. Cánovas pretendía actuar con prudencia para no enfrentarse con los imperios tradicionales en el Pacífico:

  • España, con escasos recursos económicos y una marina de poca potencia, tendría dificultades para mantener Filipinas, una colonia tan lejana como apetecida.
  • La economía de Cuba era muy beneficiosa para España, pero también estaba muy ligada a Estados Unidos, que apoyaría a los rebeldes cubanos con la intención de apoderarse de la isla.

b) La Cuestión Cubana

Tras la Revolución de 1868 en España, comenzó un movimiento de liberación en Cuba, al grito de “¡Viva Cuba Libre!” (Guerra de los 10 Años), que fue sofocado por España tanto por la vía militar como mediante pactos políticos. El general Martínez Campos logró poner fin a la insurrección y llevar la pacificación a la isla mediante la Paz de Zanjón (1878), por la que se concedía a los cubanos los mismos derechos que a los españoles.

Pero los conflictos a favor de la independencia de Cuba y la abolición de la esclavitud, continuaron alimentando el nacionalismo popular en Cuba, al que se sumaron tanto los esclavos como los criollos ricos. La reacción del Gobierno español fue la negación de la autonomía:

  • El comercio con Cuba proporcionaba a España un saldo positivo, por lo que se opusieron a cualquier proyecto de autonomía.
  • La abolición de la esclavitud en Cuba fue tardía, pues no llegó hasta la Ley de 1880.
  • Los intereses de Estados Unidos, instigado por un sector de la prensa y por algunas compañías azucareras, pretendían sustituir a los españoles en el dominio de la isla, y dio su apoyo a los independentistas cubanos.

2. La Guerra de Cuba y el Conflicto con Estados Unidos

a) La Insurrección Cubana de 1895

La guerra estalló en febrero de 1895 con el grito del Baire. En marzo se proclamó el Manifiesto de Montecristi, donde se plasmaban las ideas esenciales del nacionalismo defendido por José Martí. A su muerte, al poco de iniciarse la guerra, tomaron el mando Máximo Gómez y Antonio Maceo.

El gobierno de Cánovas envió a la isla al general Martínez Campos con actitud negociadora, pero los rebeldes volaban trenes y destruían las plantaciones y el ganado, arrasando la economía y matando a los propietarios. Ante este fracaso, el general Valeriano Weiler procuró aislar a los rebeldes y practicó una fuerte represión. La muerte de Cánovas en un atentado en 1897 llevó de nuevo al gobierno a Sagasta, quien tampoco acabó con la insurrección cubana.

b) La Revuelta Filipina de 1896

A la revuelta cubana se unió la lucha por la independencia en Filipinas, que se había iniciado en 1896 y en la que destacó el héroe nacional Emilio Aguinaldo.

El general Polavieja actuó con extrema dureza y ejecutó al principal intelectual independentista del archipiélago filipino, José Rizal.

c) El Conflicto de España con Estados Unidos

Un incidente precipitó los acontecimientos: la voladura del Maine, un acorazado estadounidense que se encontraba en el puerto de La Habana, en el que murieron más de 250 marinos norteamericanos. Aunque probablemente estalló a causa de un accidente, la prensa y el Gobierno de Estados Unidos atribuyeron la voladura a un sabotaje español, nunca aclarado.

Estados Unidos se ofreció a comprar la isla, pero los políticos de la Restauración prefirieron una derrota honrosa antes que una paz comprada.

Estados Unidos declaró la guerra a España en abril de 1898 y el conflicto se decidió en el mar:

  • En la batalla naval de Cavite la flota española sucumbió ante la potencia de los barcos de Estados Unidos, en mayo de 1898.
  • Y en julio de 1898, la escuadra norteamericana, igualmente con navíos acorazados y armamento superiores a los españoles, venció en la batalla naval de Santiago de Cuba.

En 1899 salieron de la isla de Luzón “los últimos de Filipinas”.

3. La Paz de París y el Fin del Imperio Colonial Español

El gobierno español no tuvo más opción que firmar la Paz de París (diciembre de 1898): Cuba se convirtió en una nación independiente, tutelada por Estados Unidos, que recibió Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam.

En 1899, España vendía al Imperio alemán el resto de su imperio en el Pacífico.

Desaparecían así los restos del viejo imperio colonial español en América y el Pacífico, lo que provocó una auténtica conmoción nacional, de ahí que se conozca este hecho como el “desastre del 98”.

4. El Impacto del “Desastre” del 98

a) Las Repercusiones del 98

En el terreno económico supuso la pérdida del mayor mercado de las manufacturas españolas y de las importaciones que desde allí llegaban.

En el aspecto militar se puso de manifiesto el resentimiento de los militares hacia los políticos, y conscientes de tener un ejército con un material anticuado y un excesivo número de mandos.

Desde el punto de vista político supuso el inicio de una etapa de inestabilidad política caracterizada por la división interna de los partidos del régimen, que puso en cuestión el sistema canovista. Algunos dirigentes intentaron modificar sus comportamientos y propusieron medidas regeneracionistas.

b) El Regeneracionismo

El regeneracionismo fue un movimiento intelectual y social crítico con el sistema de la Restauración.

El regeneracionismo social y económico tiene como representante más destacado al intelectual y político Joaquín Costa, que luchó contra el caciquismo y propuso una serie de reformas económicas (sobre todo, para el desarrollo agrario) y educativas que se resumían en el lema “despensa y escuela”; y propugnaba un cambio de mentalidad que mirara hacia el futuro: “siete llaves al sepulcro del Cid”.

El regeneracionismo intelectual y literario estuvo representado, entre otros, por Miguel de Unamuno, Ángel Ganivet y Ramiro de Maeztu, que expresaban un pesimismo existencial e irracionalista y reflexionaron sobre las causas de la decadencia de España como nación. Este espíritu impregnó la obra literaria de la “generación del 98”.

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