Cristo y los Sacramentos: Encuentro Divino y Salvación

Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Religión

Escrito el en español con un tamaño de 5,22 KB

Cristo, Sacramento de Dios

La encarnación es la máxima manifestación de Dios, quien se hace hombre, sensible y visible, convirtiéndose en sacramento de Dios. Cristo actúa como el gran sacramento que permite el encuentro con Dios, siendo don de salvación y plenitud de la entrega divina a la humanidad. Todos los demás sacramentos derivan de este único y pleno sacramento que es Cristo. El amor de Jesús hacia el Padre es el auténtico amor del hombre hacia Dios. En la Ascensión, Cristo se sienta a la derecha del Padre, constituyéndose como Señor del universo y perpetuando la encarnación (sacramento de la filiación divina), preparando la entrega del Espíritu Santo en Pentecostés. Al dejar de ser un sacramento visible, Cristo necesita de los sacramentos de la Iglesia para que Dios siga hablando con lenguaje humano.

La Iglesia, Sacramento de Cristo

Cristo ya no es perceptible sensorialmente, pero la Iglesia se convierte en el sacramento de Cristo. Con la redención, Cristo inaugura una nueva humanidad fundada en Él, la Iglesia visible, que actúa como signo de la redención. Es una comunidad salvada y salvadora. Las acciones visibles de la Iglesia hacen palpable la acción salvadora de Cristo en una acción sacramental. Lo que la Iglesia realiza visiblemente, Cristo lo hace invisiblemente, siendo la Iglesia signo visible de Cristo.

Definición de Sacramento

Un sacramento es un acto salvífico personal de Cristo, manifestado visiblemente a través de un acto funcional de la Iglesia. Como signo, es una realidad visible y sensible que remite a una realidad invisible, alcanzable solo por la fe. Este signo es eficaz porque ofrece la gracia que significa. El Concilio de Trento estableció que los sacramentos son siete y fueron instituidos por Cristo. Los efectos ex opere operato de estos sacramentos son: la gracia actual (ayuda), la gracia santificante y habitual (unión con Cristo) y la gracia sacramental.

Ex Opere Operato

El sacramento es eficaz porque ofrece lo que significa, por la obra realizada. La eficacia del sacramento depende de la obra de Cristo, no del ministro. La Iglesia ora con Cristo a favor del sujeto, y la eficacia proviene de Cristo, quien siempre es escuchado por el Padre.

Sacramentum Tantum, Res et Sacramentum, Res Tantum

El sacramentum tantum (sacramento) produce la res et sacramentum (cosa y sacramento), que a su vez genera la res tantum (cosa). Se distingue la celebración (sacramentum tantum) que produce un efecto eclesial (res et sacramentum), vinculando a la Iglesia, y este genera la gracia (res tantum). El sacramento vincula a la Iglesia, y esta vinculación otorga la gracia al unir con Cristo.

Ex Opere Operantis

Se refiere a la disposición interior del sujeto, su respuesta al sacramento.

Diferencia entre Válido y Fructuoso

Un sacramento es eficaz al ofrecer el amor de Dios, aunque el sujeto no responda ni reciba la gracia santificante. Para ser fructuoso, se requiere la buena disposición del sujeto. Es válido si se realiza según las normas de la Iglesia, pero solo es fructuoso si el sujeto lo acoge adecuadamente. Si hay obstáculos, el sacramento queda aletargado (reviviscencia del sacramento). Para ser un acto eclesial, el sacramento requiere: materia y forma, intención del ministro de hacer lo que hace la Iglesia, intención del sujeto de recibir el sacramento, y que el signo haya sido instituido por Cristo.

Karl Rahner

Cristo fundó la Iglesia como gran sacramento salvífico, y esta actúa según su criterio. La Iglesia es el protosacramento, y cualquier acto suyo que ofrezca la salvación es un sacramento.

Puntos Doctrinales de los Sacramentos

El Concilio de Florencia (1439) definió el número de sacramentos y la diferencia entre los del Antiguo y Nuevo Testamento. Los del Antiguo Testamento prefiguran la gracia, mientras que los del Nuevo la confieren. Se componen de materia (rex) y forma (verba), según las categorías aristotélicas.

El Concilio de Trento (1545-1563) respondió a los reformadores, afirmando la institución de los sacramentos por Cristo, su número septenario, la necesidad para la salvación, su naturaleza como signos que confieren gracia ex opere operato, y sus efectos: gracia y carácter. También definió la potestad y la intención moral del ministro.

Odo Casel

Reformador de la liturgia en el Concilio Vaticano II, consideró el sacramento dentro de la economía salvífica, como parte del misterio de Cristo.

Otto Semmelroth (1979)

Atribuyó la noción de sacramento a la Iglesia. Otros afirmaron que la Iglesia es el sacramento fundamental y los siete sacramentos son actos fundamentales de la Iglesia: Cristo instituye la Iglesia y ella instituye los sacramentos.

Karl Rahner (1984)

Influyó en la teología sacramental: Cristo es el sacramento originario y la Iglesia el sacramento fundamental.

Entradas relacionadas: