La Creación del Ser Humano y Jesucristo: Unión de Fe y Ciencia
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Dios crea al ser humano:
Lugar del ser humano en la creación —> Dios lo crea a su imagen: inteligente y libre. Esta es su especial dignidad. El mundo es el lugar del ser humano.
Todo ser humano es imagen de Dios —> Se divierte así su doble condición: su fragilidad y su especialidad. Dios quiso que hubiera dos maneras de ser humano, mujer y varón. El ser humano es un ser social por naturaleza, esta vocación al amor se realiza de manera especial en la unión matrimonial. De este núcleo principal surge la familia, que es el fundamento de la sociedad.
El proyecto de Dios para el ser humano —> La fecundidad aparece como un mandato esencial por parte de Dios. Es sagrado, pues transmite la imagen divina. El ser humano es responsable del universo creado. Su dominio no debe ser tiránico ni arbitrario. El trabajo es una necesidad y un bien para el ser humano. El hombre es un ser moral responsable de sus actos, ante su conciencia y ante Dios.
Jesucristo: la plenitud del plan creador de Dios:
2.1 El Salvador prometido: en Él se cumple la nueva y definitiva alianza.
Nos ha devuelto la semejanza divina que el pecado original había deformado.
No se ha elevado a la dignidad de hijos adoptivos de Dios.
Nos comunicamos al Espíritu Santo para que transforme nuestro corazón y podamos asemejarnos a Él.
2.2 Cristo es el hombre perfecto:
Jesús es perfecto Dios y perfecto hombre. Como es Dios, todas sus palabras y gestos son los del Dios eterno y todopoderoso. Hemos sido creados a imagen de Jesucristo.
Libera de obligaciones externas ya que se obra bajo el impulso del amor.
Convierte a los fieles en hermanos en el seno de la iglesia.
Impuesto a un nuevo estilo de vida.
2.3 La creación del ser humano y la evolución:
La narración bíblica de la creación del ser humano es compatible con la teoría científica de la evolución. Ambas verdades se complementan. La enseñanza de la Biblia muestra el camino de salvación, no pretende dar una explicación científica de la realidad. El cientificismo no es ciencia, sino una ideología que reduce toda realidad a lo material.
El alma espiritual de todo ser humano requiere la intervención directa de Dios. Él quiere a cada persona por sí misma. Este es el último fundamento de su dignidad.
Creado para el bien más perfecto:
3.1 Tenemos el poder de decidir:
Las acciones libres son las más propias del ser humano. La libertad es esta capacidad de actuar o no actuar, o de optar entre varias posibilidades.
3.2 Y de conducir nuestra propia vida:
Ya que soy libre puedo llamar míos a los actos que realizo. Esta capacidad es lo que hace del hombre un ser moral.
3.3 Para ser verdaderamente libres:
La capacidad de elegir libremente el bien es lo que llamamos libertad moral. Cuanto más hace el bien la persona, más libre y más dueña de sí misma es. Por el contrario, la elección del mal atenta contra la propia dignidad y esclaviza al pecado. La vida moral requiere un compromiso con Dios, pero esta orientación exige que nuestros actos sean objetivamente buenos.
3.4 Pero, ¿cómo distinguimos el bien del mal?
Dios pone en el corazón del hombre su ley para que conozca el camino del bien y alcance la felicidad. Este conjunto de principios se denomina ley natural.
Esta ley se concreta en diversos preceptos y normas. Es la luz de la razón que proclama el bien que debe hacerse y el mal que debe evitarse.
Dios habla en el corazón de la persona:
4.1 El dictamen de la conciencia:
La conciencia ordena a las personas a practicar el bien y evitar el mal. En cuanto valora las acciones concretas, se llama juicio de conciencia. Por medio de la conciencia, cada uno juzga lo que va a hacer, está haciendo, o ha hecho. La conciencia se llama verdadera si lo que juzga coincide con el bien y la verdad de la cosa; será errónea si cree que es bueno algo que no lo es. Cuando se tiene conciencia de que algo está bien o mal, no se debe actuar sin pedir consejo. En el caso de ignorancia después de haber puesto los medios para formar bien la conciencia, esta ignorancia será no culpable; será culpable y eliminaría la responsabilidad moral.
4.2 Los elementos de la moralidad:
Una intención buena no hace bueno un objeto que es malo. Por el contrario, una intención mala convierte en malo un acto que puede ser bueno.
Hay acciones buenas que perfeccionan; hay acciones que son malas y nos deshumanizan.
Las circunstancias pueden aumentar o disminuir la bondad o la malicia de un acto, pero nunca pueden hacer buena una acción que es mala.
El acto moralmente bueno es aquel cuyos objetivos son buenos.