Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812

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3 Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812

3.1 La convocatoria de Cortes. La Junta Suprema Central se había mostrado incapaz de dirigir la guerra y decidió disolverse en enero de 1810, iniciando un proceso de convocatoria de Cortes para que los representantes de la nación decidieran sobre su organización y su destino. Se mantenía una regencia formada por cinco miembros y se organizó una consulta al país a través de las Juntas provinciales sobre las reformas a realizar en las Cortes. El proceso de elección de diputados a Cortes y su reunión en Cádiz fueron difíciles dado el estado de guerra. El ambiente liberal de la ciudad influyó en que gran parte de los elegidos tuvieran simpatías en estas ideas. Las Cortes se abrieron en septiembre de 1810 y el sector liberal consiguió su primer triunfo al forzar la formación de una cámara única. En su primera sesión aprobaron el principio de soberanía nacional.

3.2 La Constitución de 1812. Una comisión de las Cortes preparó el proyecto de Constitución desde marzo de 1811, empezó a debatirse y se promulgó el 19 de marzo de 1812, que se la conoció como la Pepa, tenía 384 artículos. La Constitución contiene una declaración de derechos del ciudadano. La nación se definía como el conjunto de todos los ciudadanos de ambos hemisferios. La estructura del Estado correspondía a una monarquía limitada, basada en la división de poderes. El poder legislativo representa la voluntad nacional. El monarca era la cabeza del poder ejecutivo, por lo que poseía la dirección del gobierno. La administración de justicia era competencia de los tribunales y se establecían los principios básicos de un estado de derecho. Otros artículos planteaban la reforma de los impuestos y la Hacienda. El territorio se dividía en provincias, se establecía la formación de ayuntamientos con cargos electivos para el gobierno de los pueblos y se creaba la Milicia Nacional.

3.3 La acción legislativa de las Cortes. Estas aprobaron una serie de leyes y decretos destinados a eliminar el Antiguo Régimen y a ordenar el Estado como un régimen liberal. Procedieron a la supresión de los señoríos jurisdiccionales. Apuntaba hacia un tipo de reforma agraria. Se decretó la eliminación del mayorazgo y la desamortización de las tierras comunales. Se votó por la abolición de la Inquisición, con una fuerte oposición de los absolutistas y del clero, y la libertad de imprenta en lo referente a la religión continuaba bajo el control de la Iglesia. Este primer liberalismo marcó las líneas de lo que debía ser la modernización de España. Los legisladores de Cádiz aprovecharon la situación para elaborar un marco legislativo. La obra de Cádiz no tuvo gran incidencia práctica. La situación de guerra impidió la efectiva aplicación de lo legislado y la vuelta de Fernando VII condujo al absolutismo.



PRIMERA PARTE 4 Reinado de Fernando VII

4.1 La restauración del absolutismo. Los liberales desconfiaban de la predisposición del monarca para aceptar un nuevo orden constitucional. Fernando VII temió enfrentarse a quienes durante seis años habían resistido al invasor y acató sus condiciones. Se organizaron rápidamente para demandar la restauración del absolutismo en el Manifiesto de los Persas, y movilizaron al pueblo para que mostrase su adhesión incondicional al monarca. Fernando VII traicionó sus promesas y mediante el Real Decreto de 4 de mayo de 1814 anuló la constitución y las leyes de Cádiz y anunció el absolutismo. La monarquía procedió a la restauración de todas las antiguas instituciones del régimen señorial y de la Inquisición. Era una vuelta al Antiguo Régimen. A partir de 1815, su gobierno intentó un objetivo: rehacer un país destrozado por la guerra con una agricultura deshecha... y todo ello a partir de la restauración del Antiguo Régimen. Sus gobiernos fracasaron, por un lado las elevadas pérdidas humanas y por otro la Hacienda entró en bancarrota. Los acontecimientos habían cambiado la mentalidad de muchos. El campesinado había dejado pasar las rentas señoriales y las protestas se sucedían ante la pretensión de volver a imponer los viejos tributos. Por último, la integración de jefes de guerrilla en el ejército originó un sector liberal. Los gobiernos de Fernando fueron incapaces de dar respuesta a los problemas de enderezar la Hacienda... Pronunciamientos militares liberales evidenciaron el descontento y la quiebra de la monarquía absoluta. La represión fue la única respuesta de la monarquía a las demandas políticas y sociales.

4.2 El Trienio Liberal. El coronel Rafael del Riego, al frente de una compañía de soldados acantonados en la localidad de Cabezas de San Juan, se sublevó y recorrió Andalucía proclamando la Constitución de 1812. La pasividad del ejército y la acción de los liberales en las principales ciudades obligaron a Fernando VII a aceptar la Constitución, se formó un nuevo gobierno. Los resultados electorales dieron la mayoría a los diputados liberales, quienes iniciaron una importante obra legislativa. Restauraron las reformas de Cádiz, establecieron la disminución del diezmo y reformas en el sistema fiscal, el código penal y el ejército. Impulsaron la liberalización de la industria y el comercio, con la eliminación de las trabas a la libre circulación de mercancías. Se formaron ayuntamientos y diputaciones electivos y se reconstruyó la Milicia Nacional. Todas estas reformas suscitaron la oposición de la monarquía. Fernando había aceptado el nuevo régimen forzado por las circunstancias y paralizó las leyes que pudo. Las nuevas medidas liberales del Trienio provocaron el descontento de los campesinos, ya que se abolían los señoríos jurisdiccionales. Los antiguos señores se convirtieron en los nuevos propietarios y los campesinos en arrendatarios. No se produjo una rebaja sustancial de los impuestos y la monetarización de las rentas y diezmos obligaba a los campesinos a conseguir dinero con la venta de sus productos. La nobleza tradicional y la Iglesia, perjudicadas por la supresión del diezmo y la venta de bienes monacales, impulsaron la revuelta contra los gobernantes del Trienio. En 1822 se alzaron partidas absolutistas en Cataluña, Navarra... los voluntarios consiguieron dominar amplias zonas del territorio. Las tensiones se produjeron también entre los liberales, que se dividieron en dos tendencias: los moderados, partidarios de reformas limitadas que no perjudiquen a las élites sociales, y los exaltados, que planteaban la necesidad de reformas radicales.

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