Control del Pensamiento en Sociedades Democráticas: Estrategias y Consecuencias
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Estimular el Apoyo de la Población hacia las Acciones Extranjeras
Es importante estimular el apoyo de la población hacia las acciones extranjeras. La gente es pacifista, tal como lo era en la Primera Guerra Mundial; hay que animarlos a involucrarse en aventuras bélicas, para ello es preciso asustarlos. Bernays logró una importante proeza al respecto, dirigiendo la campaña de relaciones públicas para la United Fruit Company en 1954, cuando EE. UU. intervino para derribar al gobierno democrático-capitalista de Guatemala e instaurar una sociedad de brigadas homicidas, que aún perduran en nuestros días.
En estos casos, es necesario avasallar constantemente con programas domésticos que cuenten con la oposición del público, ya que no tiene ningún sentido que el público esté a favor de programas que le son perjudiciales, como lo hicieron los programas de armamentos, de recortes del gasto social, etc., que contaron con la rotunda oposición del público. Pero a medida que la gente es marginada y se la mantiene distraída, sin posibilidad de organizar o articular sus opiniones o no saben que hay gente que opina lo mismo, llegan a pensar que son los únicos con esa "chiflada" idea en la cabeza. Puesto que no hay modo de unirse, llegan a considerarse unos excéntricos, y empezarán a dirigir su atención a otras cosas, como el fútbol.
El ideal parece haberse conseguido, pero hay instituciones como la iglesia, donde gran parte de la actividad disidente en los EE. UU. procede de ella, por la sencilla razón de que estas existían. En Europa las charlas políticas se hacían en locales de sindicatos, sin embargo, en América se dan en las iglesias. La solidaridad obrera en Centroamérica surgió de las iglesias, precisamente porque existían.
La "Crisis de la Democracia" y el Síndrome de Vietnam
En 1960 hubo otra oleada de disidentes que el grupo de especialistas bautizó como “crisis de la democracia”. Esta crisis consistía en que los sectores de la población habían comenzado a organizarse, a actuar y a tratar de participar en la arena política. Según el concepto del diccionario, esto suponía un avance en cualquier democracia. Para el concepto dominante, en cambio, es un problema. Afortunadamente, la crisis de la democracia todavía dura hasta la actualidad, si bien no es demasiado efectiva a la hora de cambiar la política. Sin embargo, sí ha dado resultados en lo que se refiere al cambio de la opinión pública.
Se trató de eliminar esta especie de enfermedad, que se le dio incluso un nombre técnico: “Síndrome de Vietnam”, surgió hacia 1970 y que ha sido redefinido de vez en cuando. Norman Podhoretz, lo definió como “inhibiciones enfermizas contra el uso de la fuerza militar”. Mucha gente no entendía por qué se ha de ir torturando, matando a tanta gente y bombardeándola. Goebbels dijo: es muy peligroso que una población se deje vencer por estas inhibiciones enfermizas, porque suponen una limitación a las acciones extranjeras.
La Representación de la Realidad
El modo de acabar con las inhibiciones enfermizas es hacer creer a la gente que atacamos y destruimos solo para protegernos y defendernos de agresores importantes. El esfuerzo de reconstruir la historia de la guerra de Vietnam ha sido enorme. Había mucha gente que empezaba a darse cuenta de lo que en realidad estaba pasando, por ello había de reordenar esos malos pensamientos y restablecer cierta forma de sensatez, es decir, el reconocimiento de que toda acción emprendida es noble y correcta.
Si se bombardeaba Vietnam del Sur era para proteger a sus habitantes contra sus enemigos. Los intelectuales de Kennedy llamaron “defensa contra la agresión interna en Vietnam del Sur”. Esta frase fue utilizada por Adlai Stevenson. Era preciso que esta fuera la imagen, y funcionó muy bien, ya que si se tiene bajo control a los medios de comunicación y el sistema educativo es conformista, resulta fácil hacerse entender. Así lo demostró un estudio en la Universidad de Massachusetts sobre las actitudes hacia la actual crisis del golfo.
Puesto que este estudio formuló preguntas a los espectadores televisivos: ¿cuántas bajas estima usted que hubo durante la guerra de Vietnam? La respuesta, hoy, por parte de los americanos es de 100,000, mientras que la cifra oficial es dos millones. En el caso de Oriente Próximo, el terrorismo internacional, Centroamérica… la visión del mundo que se presenta al público tiene solo un remoto parecido con la realidad. La verdad del asunto queda enterrada bajo montones y montones de mentiras. Todo lo que se ha hecho hasta la actualidad para impedir la amenaza a la democracia ha sido un enorme éxito, conseguido además en condiciones de libertad, lo que es aún más interesante.
Cultura Disidente y sus Efectos
A pesar de la gran cantidad de propaganda y todos los intentos de controlar el pensamiento y fabricar el consenso, hay signos entre la población de que se está adquiriendo una capacidad y buena disposición para pensar las cosas con tiempo y atención. Importantes movimientos populares: movimiento ecologista, feminista, antinuclear y otros más. Movimientos que no solo protestaban, sino que se comprometían a fondo en las vidas de las personas que sufrían en el mundo.
La cultura disidente existe, ha crecido y ha ejercido un gran efecto civilizador sobre las tendencias predominantes en la opinión pública. Son signos del efecto civilizador. Ha crecido el escepticismo respecto al poder. Han cambiado muchas actitudes en torno a numerosos temas. Ejemplo: la famosa distancia entre sexos.
Aunque los movimientos sociales son más bien informales y sin carácter militante, basados en una disposición en favor de las interacciones personales, sus efectos sociales han sido evidentes. Y este es el peligro de la democracia: si pueden crearse organizaciones, si la gente no permanece simplemente enganchada a la televisión, pueden aparecer ideas extravagantes, como el rechazo al uso de la fuerza militar.