Consecuencias de las Desamortizaciones y Reformas del Bienio Reformista en España
Consecuencias de las Desamortizaciones en España
Económicas
- Favoreció una considerable expansión de la superficie cultivada y de la producción agraria, si bien esta última fue causada más por la extensión de los cultivos a tierras yermas que por la mecanización y por el uso de abonos.
- Esta expansión estuvo acompañada frecuentemente de un efecto negativo: la deforestación. Los compradores que adquirieron pequeños lotes de monte para convertirlos en tierras de labor u obtener un beneficio inmediato con la venta de leña y madera, talaron los árboles de manera indiscriminada. Tan graves debieron ser estos daños, que en 1855 se insistió en la necesidad de evitarlos.
- Acrecentó la concentración de la tierra en pocas manos, porque las familias más poderosas conservaron intactos sus patrimonios: sus tierras fueron desvinculadas, pero no expropiadas. Se perfiló así el mapa de los grandes latifundios en Andalucía, La Mancha y Extremadura.
- Tampoco se obtuvieron los resultados financieros que se esperaban, porque los fondos, tanto en metálico como en bonos de la Deuda pública, tardaron en llegar y se desvalorizaron.
Sociales
- No consiguió crear una amplia clase media agraria, aunque sí contribuyó a sustituir la estructura social señorial campesina, heredad del Antiguo Régimen, por una estructura capitalista.
- Los principales beneficiarios no fueron los antiguos trabajadores de la tierra; pero hubo pequeños y medianos compradores locales que constituyeron el núcleo de una clase modesta o media de propietarios rurales.
- Los efectos fueron más importantes en la consolidación de las clases medias urbanas, principales compradoras de fincas rústicas, que se enriquecieron y diversificaron así sus patrimonios.
- La roturación de la vieja propiedad municipal empobreció a los ayuntamientos, privándolos de su autonomía económica; asentó a campesinos empobrecidos sobre tierras no aptas para el cultivo en propiedad individual, al tiempo que les privó de los escasos beneficios secularmente obtenidos de las tierras de aprovechamiento común.
- Beneficiados: la nobleza terrateniente y la burguesía urbana.
- Perjudicados: la Iglesia, los municipios, los campesinos pobres y los proletarios agrícolas.
- Se creó una masa de adheridos a la causa liberal, por estar ligada a ella la suerte de sus fortunas; pero también esta causa se creó enemigos entre aquellos más afines a la Iglesia, provocando una escalada de tensiones entre la Iglesia y el Estado liberal cuyas relaciones quedaron rotas durante una década.
- Se perdió un inmenso patrimonio cultural. Muchos conventos fueron abandonados, otros demolidos, y sus obras de arte vendidas a anticuarios, saliendo de España al extranjero un incalculable número de ellas.
El Bienio Reformista (1931-1933)
El nuevo gobierno va a afrontar una serie de reformas que pretenden la radical separación de la Iglesia y el Estado, la modernización del ejército, la descentralización del Estado para satisfacer a los nacionalistas y la redistribución de la tierra. Estas reformas acabarán dividiendo el país en dos sectores enfrentados.
La Cuestión Religiosa
La separación de la Iglesia y el Estado y la laicización de una sociedad de absoluta mayoría católica fueron objetivos prioritarios de los primeros gobiernos republicanos, a la vez que una fuente inacabable de conflictos. En las raíces de este conflicto tenemos, de un lado, el anticlericalismo tradicional de gran parte de la pequeña burguesía que esporádicamente se manifestaba en los sectores más marginados de la sociedad. Por otro lado, la actitud de gran parte del episcopado celoso de sus prerrogativas.
Hacia la Modernización del Ejército
La reforma del ejército se debe a Azaña, que pretendía un régimen desmilitarizado, reduciendo la función de las fuerzas armadas a la defensa exterior. Para modernizarlo había que reducir los mandos debido al deterioro técnico, la burocracia y la división del ejército metropolitano y colonial. El ejército colonial, desde la guerra de Marruecos, era en cierta manera un instrumento en manos de sus jefes, los africanistas. Por la ley Azaña de 1931 se permitía a los jefes y oficiales que lo deseasen el retiro con el sueldo íntegro. La derecha pretendió capitalizar el posible descontento que producían estos cambios y la oposición se puso de manifiesto mediante un golpe de Estado fracasado del general Sanjurjo en agosto de 1932 y con la creación de la UME (Unión Militar Española) en 1933 como organización clandestina de militares de derechas.
Descentralización y Política Autonomista
Las aspiraciones de autogobierno de Cataluña estaban recogidas en el Pacto de San Sebastián. El gobierno, sin embargo, nunca pretendió crear una organización política y administrativa de carácter federal, sino que quería “conjurar la aspiración particularista o la voluntad autonomista, con los intereses o los fines permanentes de España dentro del Estado organizado por la República” (Azaña). En Cataluña, después de una negociación con el gobierno provisional, se había resuelto el problema originado por la proclamación de la República catalana. La República quedaba anulada, pero se reconocía un gobierno autónomo que elaboraría un estatuto que sería aprobado en las Cortes (Estatuto de Nuria). En el País Vasco, el PNV y los carlistas llegaron a un acuerdo en Estella en 1931, en el que se aprobó un proyecto de estatuto que socialistas y republicanos consideraron reaccionario. En 1932 los ayuntamientos votaron un nuevo proyecto que fue aprobado en Vizcaya, Guipúzcoa y Álava, y rechazado en Navarra. El proyecto quedó paralizado y no fue aprobado por las Cortes hasta 1936, una vez comenzada la Guerra Civil.
La Cuestión Agraria
En la década de los 30, la importancia del sector primario era considerable. El latifundio era muy importante, sobre todo en el sur. Para encarar el problema agrario, ya el gobierno provisional promulgó una serie de decretos que trataban de proteger a los arrendatarios y a los campesinos sin tierra: decreto de términos municipales, prórroga automática de contratos de arrendamiento, etc. Pero el verdadero ensayo reformador vino de la elaboración de una Ley de Reforma Agraria que fue aprobada por las Cortes en septiembre de 1932. El objetivo de la ley no fue una revolución agraria o colectivización de la tierra, sino que sus objetivos fueron más moderados. La ley permitía expropiar sin indemnización solo las tierras de los grandes de España, mientras que las mal cultivadas, las arrendadas sistemáticamente y las que podían ser regadas y no lo eran, solo se podían expropiar con una indemnización previa. Políticamente, la reforma agraria provocó la reunificación de la derecha y que muchos campesinos se alejaran definitivamente de la República.