La Consecuencia del 98: Desencanto y Frustración en España

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Esta consecuencia humo España en un estado de desencanto y frustración. La prensa extranjera presentó España como una nación moribunda con un ejército ineficaz y un régimen político corrupto. No tuvo consecuencias políticas y económicas. El turnismo de los partidos dinásticos sobrevivió y los políticos comenzaron a hablar de la necesidad de la regeneración del país. Las consecuencias económicas no fueron graves, más graves fue la crisis moral y la lógica que tuvo como consecuencia el avance de movimientos nacionalistas apoyados por la burguesía. Otra consecuencia fue la aparición de movimientos que defendían la modernización y la región de España. Joaquín Costa defendía el olvido de los mitos de nuestro pasado y una mayor preocupación por el bienestar y la alfabetización. La generación del 98, formada por Baroja, Azorín, Unamuno, Valle Inclán, desarrolló una profunda reflexión sobre España. El ejército evolucionó hacia actitudes más conservadoras y una mayor injerencia política, convencidos de que la corrupción de los políticos había sido culpa del desastre. Tras la derrota de Cuba, el gobierno fue desprestigiado y se convocaron nuevas elecciones y la formación de un nuevo gobierno, con el líder conservador Francisco Silvela, que inició una cierta descentralización administrativa y un aumento de los impuestos. Esto originó una huelga de contribuyentes y la dimisión del ministro incapaz de hacer frente. El turnismo siguió funcionando y la reina llamó al gobierno a los liberales, el cual se mantendrá hasta 1923.

Factores del Lento Crecimiento Demográfico Español en el Siglo XIX

Se produjo en todo el continente un incremento de la población. En España, el crecimiento no fue tan importante, fue un crecimiento lento. La natalidad española fue una de las más altas de Europa, pero la tasa de mortalidad también era elevada y la esperanza de vida no llegaba a los 35 años. Se trataba de un crecimiento natural menor que en otros países. El mayor crecimiento se produjo con el incremento de la producción agraria. Sin embargo, el crecimiento de la población fue menor debido al aumento de la producción agrícola, que no era suficiente para alimentar a una población en crecimiento. El moderado crecimiento demográfico se debió a varias razones: la crisis de subsistencias debido a las malas condiciones climáticas y estructurales, se establece una relación entre la crisis de subsistencia y el aumento de la mortalidad y la escasez de trigo. Las guerras del siglo XIX contra los franceses y la emancipación de Hispanoamérica y las guerras carlistas. Las epidemias que afectaron a la población, como la fiebre amarilla y el cólera. Las enfermedades endémicas son muy difíciles de cuantificar, pero tuvieron un gran impacto en las altas tasas de mortalidad. Las enfermedades endémicas, al igual que las epidemias, tienen un enorme impacto en las poblaciones debilitadas, con una alimentación insuficiente y con grandes carencias y unas condiciones de vida muy duras. También debemos señalar la influencia de los flujos migratorios interiores, el movimiento de la población del norte al sur para concentrarse en la periferia, debido a razones como la dinámica histórica que comienza con un centro peninsular agotado, la mayor fertilidad de la tierra, mayores facilidades para la actividad mercantil, el desarrollo económico, el incipiente proceso de industrialización y unas condiciones climáticas más benignas. Además, la emigración exterior a América se redujo tras la proclamación de la independencia de las repúblicas americanas. Aspectos reseñables de la evolución de las poblaciones: ligero aumento de la población urbana, cinco ciudades superaban los 100000 habitantes, Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Málaga. Más de 20 ciudades superaban esta cifra y siete ciudades por encima del millón. La población urbana seguía viviendo en núcleos con menos de 100000 habitantes. El desarrollo urbano está relacionado con el paso del régimen demográfico antiguo a otro moderno. La población urbana tiene comportamientos demográficos distintos, estos comportamientos están relacionados con el desarrollo económico del país, la mayor participación de la mujer, la reducción de la mortalidad infantil y la prohibición del trabajo infantil. También se observa una reducción de la población activa dedicada al sector primario, mientras que aumenta la población dedicada al sector secundario y terciario.

La Revolución Industrial Española en Comparación con Otros Países de Europa

El proceso de industrialización en España continuó, pero no tuvo la misma importancia que en otros países de Europa. Jordi Nadal habla del fracaso de la revolución industrial en España y los factores que lo explican: la escasa productividad de las manufacturas tradicionales, la inexistencia de un mercado nacional unificado mediante un sistema de comunicaciones modernas que permitiera el transporte de mercancías y mano de obra, la falta de abundante capital español, la falta de prestigio en las tierras desamortizadas, la escasez de carbón barato y de buena calidad, la ausencia de una burguesía fuerte con espíritu emprendedor, la escasa demanda, el endeudamiento público debido a la guerra de independencia y los procesos de desamortización. La consecuencia fue la concentración de la industria en dos grandes núcleos, pero eran industrias poco competitivas que necesitaron medidas proteccionistas para asegurarse el mercado interior.

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