Conquista Romana de Hispania: Etapas, Economía y Sociedad
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La Conquista Romana de Hispania
La sumisión de la península ibérica a los romanos duró 200 años. Este proceso de conquista se realizó en etapas.
La Llegada de los Romanos
La llegada de los romanos a la península se produjo por la Segunda Guerra Púnica, que enfrentaba a Roma y Cartago. Un general cartaginés, Amílcar Barca, comprendió que para vencer a los romanos necesitaba un gran ejército. Así, en el 238 a. C., los cartagineses comenzaron la conquista de los pueblos del sur y sureste peninsular y fundaron Cartago Nova (Cartagena). En el 220 a. C., Aníbal fue nombrado jefe del ejército púnico e ideó la conquista de Roma desde la península ibérica, atravesando los Pirineos y los Alpes.
Etapas de la Conquista
Primera Etapa: Expulsión de los Cartagineses
La primera etapa de la conquista romana de la península se inició con el fin de impedir el paso de Aníbal a Italia. Durante 12 años lucharon contra los cartagineses, y hacia el 206 a. C. lograron dominar la zona mediterránea y expulsar a sus enemigos.
Segunda Etapa: Conquista de la Meseta
La segunda etapa, la conquista de la meseta, se caracterizó por la oposición de los pueblos indígenas. Un caudillo lusitano, Viriato, se rebeló contra el poder de Roma. En el año 139 a. C. fue asesinado por sus propios oficiales, que habían pactado la rendición a cambio de tierras y privilegios. Para someter a Numancia, los romanos rodearon la ciudad para cortar el contacto con el exterior. La ciudad se rindió, agotada por el hambre y las dificultades, tras 8 meses.
Tercera Etapa: Guerras Cántabras
En la última etapa, en época de Augusto, se iniciaron las guerras cántabras. Finalizada la conquista, sus habitantes quedaron integrados durante 5 siglos en el Imperio romano.
Organización Romana en Hispania
Organización Política y Administrativa
Los romanos impusieron en Hispania su estructura económica y sus formas de organización administrativa, política y social. Impusieron su organización política y administrativa con el fin de conseguir un gobierno eficaz; para ello, organizaron sus dominios en 2 provincias: Hispania Citerior e Hispania Ulterior, aunque después irían aumentando con Tarraconensis, Bética, Lusitana, Carthaginensis, Gallaecia y Baleárica. Existían dos tipos de provincias: senatoriales (controladas por el Senado) e imperiales (dependían del emperador).
Economía Romana en Hispania
Roma impuso en Hispania sus estructuras económicas: formación de latifundios agrícolas, propiedad privada de la tierra, utilización de mano de obra esclava y el uso de la moneda. La economía creció gracias a las mejoras en los sistemas de explotación agrícolas, ganaderos y mineros.
Agricultura y Ganadería
La actividad agrícola y ganadera fue la base económica. Los cultivos fueron: cereales, vid, olivo, frutas y hortalizas. Los romanos introdujeron técnicas, como el barbecho, el regadío y la utilización de animales de tiro, que aumentaron la productividad.
Minería
La actividad minera fue potenciada. Algunos pueblos ya habían acudido a la península en busca de metales; los romanos también, pero mejoraron los sistemas de extracción y aumentaron la producción. El trabajo en las minas lo realizaban los esclavos y los condenados.
Artesanía
En las ciudades, la artesanía conoció un gran impulso y acogían numerosos talleres.
Sociedad Romana en Hispania
La sociedad se dividía en dos grupos:
No Libres
- Libertos: esclavos liberados, pero que dependían de sus dueños.
- Esclavos: propiedad de sus dueños. Eran la base de la economía y se empleaban en agricultura y minería. Provenían de los prisioneros de guerra y existía la compraventa de esclavos.
Libres
- Aristocracia romana: senadores, caballeros…
- Burguesía acomodada: aristocracia de los pueblos sometidos.
- Plebe: pequeños artesanos, campesinos con tierras.
Romanización de Hispania
Se conoce como romanización a la asimilación del territorio hispano en el marco cultural romano (lengua, derecho, religión).
Lengua
El latín se difundió por todo el imperio y se impuso a la mayoría de las lenguas autóctonas, y pervivió tras la caída del imperio, siendo la base de las posteriores lenguas romances.
Derecho
El sistema jurídico que nos legó Roma mantiene parte de su vigencia.
Religión
El culto a los dioses romanos, basado en la tríada capitolina (Júpiter, Juno y Minerva), fue practicado en todo el imperio, así como el culto imperial. A partir del siglo III, el cristianismo se difundió por Hispania y sus seguidores fueron perseguidos hasta la proclamación del Edicto de Milán.
Arte
El patrimonio artístico fue otro de los legados de Roma (faros, acueductos, templos, circos…).
Crisis y Caída del Imperio Romano
A partir del siglo III, el mundo romano tuvo que enfrentarse a dificultades que desembocaron en una crisis que causó la desaparición del imperio en el siglo V. El fin de las grandes conquistas produjo una disminución de los ingresos fiscales del Estado y un encarecimiento de la mano de obra esclava; como consecuencia, la producción agrícola disminuyó. La producción artesana experimentó un descenso, las ciudades empezaron a despoblarse y el imperio se ruralizó. El comercio perdió su vitalidad, el sistema económico entró en crisis y se mostró sin recursos para gobernar un territorio tan extenso. Las fronteras comenzaron a verse presionadas por los pueblos bárbaros. Las provincias hispánicas, como el resto del imperio, padecieron esta situación. Los enfrentamientos para defender las fronteras provocaron un colapso en el comercio. El aislamiento se acentuó con la invasión de los francos y alemanes. Los saqueos y revueltas hundieron la economía y la vida urbana. A partir de ese momento, Hispania volvió a un régimen de autosuficiencia, a la práctica del trueque. En el siglo V, el imperio se hundió definitivamente.