Conceptos Clave en la Filosofía de Nietzsche: Verdad, Moral y Superhombre

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Verdad

En su obra "Verdad y mentira en sentido extramoral", Nietzsche rechaza el concepto de verdad propio del pensamiento metafísico y defiende un concepto perspectivista. Afirma que no existen verdades en sí (nouménicas), sino que toda verdad es fenoménica y se origina en los sentidos. El valor de verdad viene determinado por su utilidad: pragmatismo. Por otra parte, Nietzsche va en contra del dogmatismo metafísico y defiende el perspectivismo: No hay hechos, sino interpretaciones, porque la verdad, tal como la entendían los metafísicos, es una ilusión.

Positivismo

Es el rasgo característico del segundo período de la obra de Nietzsche: la "filosofía de la mañana". Su obra más representativa de este período es Humano, demasiado humano. El positivismo le permite hacer una crítica de la metafísica, la religión, el arte y la moral, desde un punto de vista afín a las ciencias naturales, mediante lo que él llama "filosofía histórica" o "química de las ideas".

Jovialidad

Es para Nietzsche una actitud ante la vida; es la alegría de vivir como resultado de una aceptación total de la existencia terrena liberada de ilusiones metafísicas y morales. El término "jovialidad" está relacionado con la voluntad de poder, que es la voluntad de autoafirmación, de decidir la propia existencia de un modo original e individual.

Razón

El fracaso de la razón para conocer la realidad tal cual es, en continuo devenir, la ha obligado a crear y creerse un mundo susceptible de ser conocido. Para ello, dicho mundo tiene que poseer unas características estables, ya que la razón sólo puede conocer lo que siempre permanece idéntico a sí mismo, inmóvil. La razón idealiza un mundo, lo crea y lo toma por verdadero, cuando, en última instancia, es una fábula inventada por los filósofos.

Idea/Concepto

Nietzsche se muestra escéptico con las ideas y conceptos resultado de la razón. Esta trata de capturar la realidad cambiante eliminando las diferencias e ignorando el devenir propio de lo existente. En este afán, la razón no capta la realidad, sino que la transforma en algo muerto y seco.

Espíritus Libres

El espíritu libre es el propio de quien se ha liberado de la metafísica, la moral y la religión cristiana. Es el resultado de asumir el vitalismo y el nihilismo activo y no sólo quiere expresar la libertad de pensamiento, sino también el modo de ser de aquellos que han superado la moral y se encuentran más allá del bien y del mal, siendo dueños de sí mismos. Está relacionado con el superhombre.

Así Habló Zaratustra: El Íncipit

Al período positivista o ilustrado le sigue la filosofía del mediodía, cuya obra más característica es Así habló Zaratustra. En ella, Nietzsche expone temas como el nihilismo, la muerte de Dios, el eterno retorno y el superhombre. El nihilismo activo afirma que no existen fundamentos trascendentes de la realidad, cosa que se resume en la frase: "Dios ha muerto". El paso siguiente a este anuncio es el superhombre, resultado de la puesta en práctica de la voluntad de poder, el eterno retorno y la moral de señores con la que la humanidad superará el momento nihilista pasivo del llamado último hombre decadente, antitel y resentido con la vida. El superhombre es el resultado de tres transformaciones: camello, león, niño.

Mundo Verdadero/Mundo Aparente

Nietzsche critica el dualismo platónico que consiste en afirmar que existen dos mundos: un mundo verdadero, que se capta a través de la razón, y es inmutable y verdadero, y un mundo aparente, captado por los sentidos, cambiante y que es pura apariencia. Según Platón, para conocer el verdadero mundo, el mundo inteligible, hay que "aprender a morir", olvidando el cuerpo y perfeccionando el alma.

Virtud/Moral

En La Genealogía de la moral (1887), Nietzsche aborda su crítica a la moral vigente a partir de un análisis genealógico de los valores morales: bueno, malo, y llega a la conclusión de que la moral surge como resultado de una rebelión y del resentimiento de los esclavos, que tiene como resultado la sustitución de una moral aristocrática por una moral de esclavos propias de la religión judeo-cristiana. La moral de esclavos es ascética porque va contra los valores vitales y está fundada en el resentimiento. Los valores cristianos de abnegación, sacrificio, etc., son propios de una actitud débil frente a la vida, profundamente pesimista y resignada. Por el contrario, Nietzsche propone una inversión de los valores: volver a una moral aristocrática o de señores, dionisiaca y vitalista propia del Superhombre.

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