Comunicación Popular: Una Alternativa para los Sectores Populares
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La Comunicación Popular (CP) se emparentó con la comunicación alternativa como un medio para alterar un sistema de cosas dadas. Para la CP, lo alternativo significaba alternativas para la construcción de otras situaciones sociales, políticas y económicas para los sectores populares. Estos sectores se identificaban como grupos sociales privados de poder y decisión, y la CP representaba los proyectos que protagonizaban. En los años 80, la CP no se oponía a lo transnacional, sino que buscaba la construcción de otro proyecto social que se diferenciaba del proyecto capitalista transnacional, no solo a nivel de la comunicación, sino como un proyecto social global.
La Reapertura Democrática y sus Implicaciones
La primera redefinición de las prácticas de CP se relaciona con la reapertura de los sistemas democráticos de gobierno en muchos países. La transición de un estado autoritario a uno de derecho cambió el modo de operar de los sectores populares y los medios masivos. Temáticas antes excluidas de los medios, y de las que se hacían cargo los sectores populares, comenzaron a ser difundidas ampliamente. La idea de la democracia, no como un medio para lograr algo, sino como la necesidad de construir sociedades democráticas, se popularizó. La CP, con bases en esa dinámica política y social, no era autónoma. Surgieron nociones como la pluralidad, ausente en los 80, que aludía a la heterogeneidad de los sectores populares. La CP, con su especificidad, cuestionaba la concentración del poder a nivel del discurso social, intentando revertir un discurso social hegemónico. Esto implicaba abordar la ausencia de ciertos tópicos (aunque no se tratara de censura) y ciertos modos de decir (de quienes hablan “mal”, por ejemplo, el discurso de ciertas etnias).
Identificando las Exclusiones
Es crucial plantearse cuáles son esas exclusiones y ubicar las zonas que marcan las fracturas sociales. Debemos tener en claro quiénes son los sujetos excluidos y en qué marco del proyecto social o político se articulará la acción. Es fundamental preguntarse en qué contexto se inserta la práctica para potenciar un posible cambio.
De la Exclusión a la Presencia
El sistema de comunicación de una sociedad está constituido por oportunidades potenciales de habla y un discurso social que se produce y reproduce en ellas. Las hablas disponibles en una sociedad son el resultado de una práctica comunitaria donde el poder y el disciplinamiento social están presentes, silenciando algunas zonas expresivas y realzando otras.
Comienza a producirse un nuevo discurso: no el de los otros, sino el de un nosotros. En sus esfuerzos por transformar sus condiciones de vida y crear un nuevo orden social, los sectores subalternos experimentan diversas necesidades:
- Necesidad de informarse adecuadamente.
- De reconocerse a sí mismos como sujetos de la historia.
- De comprender su realidad.
- De mostrarse a la sociedad, dándole a conocer su realidad y proyectos.
- De lograr formas auténticas de participación.
La CP es el conjunto de prácticas con las que los grupos populares satisfacen estas necesidades. Revela su carácter alternativo al intentar modificar un orden monopolizado por pocas voces, constituyendo un espacio de intercambio y articulación solidaria.
Concepción de la Comunicación y Crisis Teóricas en América Latina
América Latina está marcada por estructuras de dominación y dependencia, tanto internas como transnacionales. Existe un contraste entre el mundo rural y el auge de la tecnología y la civilización urbana. Sin embargo, mientras más se consume, menos se participa. Los estudiosos en América Latina comenzaron a reflexionar sobre esta realidad hace más de 30 años. Los medios empezaron a ser definidos no por sus posibilidades tecnológicas, sino por su forma de uso, en relación con la búsqueda de la participación de los sectores populares mayoritarios. Solo se podría hablar de “comunicación” en una situación de diálogo, no de imposición autoritaria. Este enfoque crítico de la comunicación en América Latina, en los años 60 y 70, abordó diversas temáticas:
- Contextualizó el problema de la comunicación en espacios más amplios de interpretación, desde la política y la economía.
- Estudió el impacto de las políticas de planificación del Estado frente a la comunicación y la cultura. Se observó que no se aprovechaban los recursos de la comunicación social y que era necesario organizar sistemas de comunicación acordes a cada país.
- Realizó un diagnóstico del flujo internacional de la información noticiosa.
- Analizó el carácter ideológico del discurso dominante, tanto nacional como transnacional. Con respecto a lo transnacional, muchos trabajos utilizaron el concepto de “imperialismo cultural”.
- Investigó la estructura de propiedad de los medios y el acceso a estos de los sectores populares, mostrando el mínimo acceso que estos tenían a las industrias culturales.