Comparativa entre el pensamiento de Platón y los sofistas

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Platón y los Sofistas

Contexto Histórico

Platón y los sofistas vivieron en la época clásica, durante los siglos V-IV a. C. Aunque procedían de diversas polis, la mayoría de ellos ejerció su actividad en la Atenas democrática, donde el lenguaje y el buen uso de la palabra eran muy importantes, ya que eran condición indispensable para hacer valer los propios criterios en la asamblea de ciudadanos. Los sofistas se presentaban como maestros de virtud, que orientaban sus enseñanzas a desarrollar una serie de habilidades útiles para el triunfo social. Por eso enseñaban sobre todo retórica (técnica para hablar con eficiencia y persuasión) y erística (habilidades dialécticas para la discusión).

Sofistas importantes

Son sofistas importantes Protágoras (que es famoso por afirmar que "El hombre es la medida de todas las cosas"; de las que son, en tanto que son; de las que no son, en tanto no son") y Gorgias, cuya doctrina se basa en tres puntos principales:

  1. Nada es;
  2. Que si fuera sería cognoscible; y
  3. Que si fuera cognoscible sería incomunicable.

Como veis, desemboca en el escepticismo.

a) Temática onto-epistémica

Coincidencias:

No todo son discrepancias entre Platón y los sofistas. Existen algunas coincidencias. Así, por ejemplo, tanto en unos como en otros, su interés se centra en el ser de las cosas (la esencia), no como los presocráticos, por el ser de la totalidad (arché). Esto les llevará a moverse en el mundo de las cosas individuales y múltiples e intentar explicar su existencia. También coinciden a la hora de considerar que el conocimiento tiene un interés práctico porque está orientado a la excelencia (la virtud), aunque, obviamente, discreparán en su concepción de la misma.

Diferencias:

Platón discrepa de los sofistas porque entiende el saber como la búsqueda de la verdad y de definiciones universales (igual que su maestro) y no como un instrumento para el éxito social. También discrepa porque mantiene una postura antiescéptica: para Platón, tanto la verdad como el conocimiento de la misma son no solo posibles, sino también necesarios. Sin embargo, para los sofistas no existe una única verdad ni algo en lo que, en el fondo, consistan las cosas. Estas son como aparecen y cada hombre tendrá su visión de las mismas, ya que a cada uno se le aparecen de distinta manera y aquel que sepa imponerse será el que imponga su manera de entenderlas. Por último, de nuevo encontramos diferencias en su concepción del diálogo. Para Platón, como para Sócrates, el diálogo es el medio para alcanzar la verdad. Los sofistas lo entendían como discusión, como disputa o intento de hacer prevalecer el punto de vista propio.

b) Temática ético-política

Coincidencias:

El interés de Platón, igual que ocurriera con los sofistas, se centra en todo aquello que atañe a la política, las leyes, la moral y las costumbres, aunque discreparán en sus concepciones de las mismas.

Diferencias:

En lo que a esta temática se refiere, la discrepancia más notoria entre Platón y los sofistas se da en la concepción de las leyes. Con frecuencia, estos consideran que las leyes de la polis no tienen por qué estar necesariamente de acuerdo con las normas de la naturaleza, estableciendo una contraposición entre nomos y physis. Esta contraposición les llevará a mantener posturas relativistas con respecto a la moral, las instituciones y las leyes. Este relativismo consiste en afirmar que no existe un fundamento último que determine que unas leyes, instituciones o costumbres sean mejores que otras. Para los sofistas, todas estas cosas carecen de un fundamento inmutable y son solo fruto de un acuerdo momentáneo entre los hombres. Como consecuencia, cada pueblo tendrá leyes e instituciones distintas según sus peculiares circunstancias (el que unas sean mejores que las otras depende, en todo caso, de su mayor éxito, de que ofrezcan mayores ventajas que otras en esas circunstancias concretas).

Relación con la actualidad: Educación moral y justicia en "La República"

Podemos afirmar que una de las cuestiones fundamentales tratadas en la obra de Platón, La República, es la intensa relación que se establece entre la educación moral y la justicia en la vida pública. Platón está profundamente comprometido con su ideal de educación radical, como así lo muestran sus continuos intentos de llevar a la práctica política de Siracusa su modelo educativo y de transformación social. Critica lo que considera la crisis demócrata de los antiguos valores aristocráticos atenienses. El convencionalismo de las leyes, el relativismo epistemológico y moral de los sofistas, los maestros de la clase dirigente de Atenas, son, a los ojos de Platón, los principales desencadenantes de la corrupción de la democracia ateniense. Su defensa de valores morales objetivos como la justicia, el bien o la virtud y de la necesidad de su enseñanza, debe ser la base de la integración del individuo en su comunidad. Platón defiende la prioridad de la educación para el pleno desarrollo de la persona y la educación en los valores morales, como garantía del buen comportamiento de los ciudadanos y de la convivencia en armonía. La sistematicidad de la educación defendida en La República es importante para promover la reflexión profunda y continuada de todos los ciudadanos sobre los problemas que afectan a la vida pública. Una buena educación garantiza, para Platón, una sociedad compuesta de ciudadanos que cumplen sus funciones con responsabilidad y la adecuada preparación. Así debemos entender sus críticas al modelo de educación individualista, y en ocasiones, egoísta, de los sofistas.

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