Comentario texto Juan Ramón Jiménez "La soledad sonora"
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TEMA 3: LAS TRAYECTORIAS POÉTICAS DE Antonio Machado Y Juan RAMÓN JIMÉNEZ
1.
Trayectoria poética de Antonio Machado
Quería captar la esencia de las cosas.
La angustia fundamental se debe al paso irremediable e irreparable del tiempo;
A la obsesión por la muerte.
Machado entiende el tiempo como algo vivo, personal.
1.1. Primera etapa (1900-1907).
De un Modernismo intimista, con esa veta ROMántica que recuerda a Bécquer o Rosalía de Castro.Esos sentimientos universales conciernen a estos tres temas:
El tiempo, la muerte y Dios.
Soledad, melancolía y angustia son los resultados de ese mirar hacia el fondo del alma.
Soledades, galerías y otros poemas es, el libro de las emociones íntimas, del dolor, de los recuerdos, de la melancolía y de la exploración de los caminos interiores del alma.
Su poesía es ante todo un diario de su propia alma, una vida hecha verso, que así, escrita, puede eternizarse. El papel del poeta es, pues, descifrar el “misterio” de su alma.
Buscaba una poesía centrada en el análisis del yo, no en su anécdota, sino en cuanto poseedor de sentimientos;
Porque creía que el sentimiento es lo más personal y, al mismo tiempo, universal que el hombre posee, pues con él pueden comulgar otros hombres. La realidad sólo interesaba en cuanto podía producir esos sentimientos o, sobre todo, ofrecer material para construir símbolos:
-El agua, del río, de la fuente, de la lluvia, por ejemplo, es símbolo del fluir temporal, de la vida cuando brota, símbolo de la fugacidad cuando corre, símbolo de la muerte cuando está quieta o es el mar, además, a veces, es alegría, frivolidad.
-El camino es frecuentemente símbolo de la vida.
La idea de que el camino no está hecho, sino que se hace a la vez que el acto que lo realiza (“se hace camino al andar”) se ve reforzada por otras imágenes, como la estela fugaz que se deja sobre el mar y que, al tiempo que se hace, se borra de manera inaprensible, como el devenir temporal del hombre.
-La noria es monotonía de vivir por el movimiento incesante.
símbolo del hombre en general, clavado a la rueda del eterno comienzo;
Símbolo del artista que arranca sin tregua, de las profundidades del inconsciente.
-La tarde, el crepúsculo, el ocaso
… son símbolos de la melancolía, la “vejez” espiritual, la tristeza, la soledad, los recuerdos.
Por esto, la hora vespertina se acompaña frecuentemente de adjetivos que connotan un estado de ánimo de depresión espiritual (cenicienta, mustia, destartalada, triste, otras veces clara) y que contribuyen a personificarla, identificándola con su estado de ánimo.
-Las “galerías” es la fusión de la imagen de cripta o de gruta con la personalidad.
El poeta se interna por las galerías del alma en busca de su íntima realidad, de la razón de su ser y de su angustia.
El jardín simboliza la intimidad.
B)
Segunda etapa (1907-1917)
Son los años de su toma de conciencia crítica.
En esta época compone Campos de Castilla (1912 y 1917), libro con el que Machado se incorpora al grupo de escritores que, denunciando la pobreza, la incultura y el atraso de España, luchan por su regeneración: la llamada “Generación del 98”. Pero Machado no deja de dar voz a su fondo melancólico, acentuado por la muerte de su esposa, Leonor, en 1912.
La visión del paisaje y el paisanaje castellanos alterna con la contemplación de la propia intimidad (el amor, la muerte, el recuerdo). Alma y paisaje se funden en una única realidad.
Entre los temas de estas composiciones se encuentran: la preocupación patriótica, el simple amor a la naturaleza (con un claro componente subjetivo), el amor y el dolor por la perdida de su esposa, las meditaciones sobre los enigmas del mundo, lo elemental humano (la codicia en “Por tierras de Alvargonzález”), así como las meditaciones filosóficas o los chispazos líricos de los “Proverbios y cantares”.
C). Tercera etapa (1917-1936)
Se caracteriza por la búsqueda de una comunicación literaria de mayor carga ideológica, en la que ocupan un lugar central el cultivo del cantar popular de contenido sentencioso y la prosa ensayística.
En Nuevas canciones, libro breve , publicado en 1924, destacan los poemillas sentenciosos de la sección “Proverbios y cantares”, reveladora del creciente interés de Machado por la elucubración filosófica.
Reaparecen aquí sus temas de siempre: la inquietud religiosa, el tiempo, la injusticia social o el relativismo.
2. Trayectoria poética de Juan Ramón Jiménez: 2.1 La primera época (1898-1915)
Época sensitiva--
Juan Ramón empieza a escribir muy tempranamente. Son muestra de un posromanticismo becqueriano.
Sin embargo, muy pronto también acusa el influjo modernista. (Almas de violeta y Ninfeas).
El Modernismo de tendencia parnasiana cedía el paso ante el simbolismo
Arias tristes (1903) reafirma la naciente fama del poeta. Viene marcada por la inspiración ROMántica y modernista;
. Otros títulos son: Jardines lejanos (1904) y hacia 1915 el libro Estío que marca el camino hacia la sencillez.
2.2 Época de plenitud creadora (1916-1936)
Época intelectual --Junto a la meditación sobre la eternidad y el instante, incluye textos amorosos y reflexiones sobre la civilización norteamericana
Se decanta ya por la poesía desnuda, a la que podría definirse como el deseo de expresar exactamente lo sentido, de forma sencilla, breve, prescindiendo de la adjetivación y ornamentación inútiles.
2.3. Época “suficiente” o “verdadera” (1936-1958)
Los primeros años del exilio (1936-1948). Su poesía, que se va haciendo más hermética;
, En el otro costado (1936-1942), y Dios deseado y deseante (1948-1949), llega a su culminación con el libro Animal de fondo (1948). De nuevo, el contacto con el inmenso océano le lleva a un estado de éxtasis cuasi-místico, en el que se siente fundido con ese conglomerado espiritual de eternidad/belleza/plenitud, al que Juan Ramón bautiza con el nombre de Dios.
Abundan, pues, los poemas, como el conjunto de Dios deseado y deseante, cuyo objetivo es describir el júbilo producido por la sensación de haberse unido por fin a ese Dios inmanente y terrenal, identificado con todo lo bello.
Los años finales (1949-1958). Registran la conclusión del largo poema “Espacio”, sucesión de recuerdos y sensaciones que salen a flote con la técnica de la asociación libre;
El poeta vive con el recuerdo nostálgico de los momentos de éxtasis. Su último libro, Ríos que se van (1951-1953), supone un homenaje lleno de amor a Zenobia, que ya entonces se hallaba gravemente enferma.