Coliseo Romano: Arquitectura, Historia y Significado
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El Anfiteatro Flavio o Coliseo de Roma
Historia y Significado
El Coliseo es un anfiteatro, una tipología derivada de la unión de dos teatros. Era un edificio que albergaba espectáculos públicos, sobre todo luchas de fieras con hombres. También se realizaban grandes espectáculos como “naumaquias” o batallas navales, luchas de gladiadores, escenificaciones de batallas mitológicas, etc. Su función era, por lo tanto, de recreo y diversión para el pueblo, si bien su construcción se convirtió en un símbolo del poder político del emperador.
El Coliseo fue iniciado por el emperador de la dinastía Flavia, Vespasiano, pero lo inauguró su hijo Tito en el año 80. Su nombre no procede de sus enormes dimensiones, sino de la colosal estatua de Nerón que había en sus inmediaciones, de casi 20 metros de altura, conocida por el pueblo como “Coloseum”.
Materiales, Planta y Distribución
El Coliseo presenta una planta oval (una elipse de 187,7 por 155,6 metros) que podía acoger a más de 50.000 espectadores.
Los materiales utilizados en su construcción fueron el hormigón (opus caementicium), ladrillo, travertino (piedra calcárea blanca o amarillenta) y toba (roca de tipo volcánica porosa y ligera).
Exterior
La fachada exterior está formada por tres pisos cuyos muros tienen semicolumnas adosadas en los que se superponen las tres órdenes clásicas: en el primero aparece el dórico-toscano; en el segundo, el jónico, y en el tercero, el corintio, buscando un efecto de mayor robustez en el inferior y menor en el superior. Entre estas cabalgan, en cada uno de los pisos, 80 arcos de medio punto creando un aspecto de claroscuro y alternancia de vano y macizo o muro.
En las arcadas de los pisos segundo y tercero se colocaron originalmente estatuas y sobre el arco de la entrada principal, una cuadriga.
En tiempos de Domiciano se le añadió un cuarto piso, sin arcadas y con pilastras corintias adosadas al muro, con la finalidad de aumentar el aforo del anfiteatro. Es un ático con ventanas cuadradas y de remate hay una gigantesca cornisa.
Permanecen aún algunas de las 240 ménsulas de apoyo que servían para sujetar los mástiles del toldo o velarium y que protegía a los espectadores del sol.
Tras la ampliación, la fachada alcanza unos 50 metros de altura, aproximadamente.
En la antigüedad, todo el exterior estaba recubierto de estuco, material que aseguraba una rica presencia.