El Carlismo en España: Origen, Guerras y Consecuencias

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1. El Despertar del Carlismo y la Guerra Civil

El reinado de Fernando VII marcó el fin del Antiguo Régimen en España. El conflicto bélico que se desencadenó tras su muerte supuso la derrota de los partidarios de Carlos María Isidro y la consolidación de la sociedad burguesa liberal.

1.1. La Disputa Dinástica y el Nacimiento del Carlismo

La muerte de Fernando VII desató una crisis sucesoria. Carlos María Isidro, a través del Manifiesto de Abrantes, reivindicó sus derechos dinásticos frente a los de su sobrina Isabel, ignorando la Pragmática Sanción que derogaba la Ley Sálica y permitía el acceso de las mujeres al trono.

El carlismo se convirtió en el movimiento que aglutinaba a los defensores del absolutismo, el Antiguo Régimen, el integrismo religioso y la defensa de los fueros. Por otro lado, el liberalismo, contrario a los privilegios, se oponía al sistema foral, un régimen jurídico y administrativo particular.

1.2. Bandos Enfrentados: Isabelinos y Carlistas

El bando isabelino, o cristino, buscaba la liquidación del Antiguo Régimen y la implantación de un sistema político liberal, contando con el apoyo de los sectores urbanos y la burguesía emergente. Inicialmente, una masa indiferente acabó tomando partido por la monarca y su madre, la regente María Cristina.

El bando carlista, por su parte, estaba compuesto por:

  • Órdenes religiosas afectadas por la desamortización.
  • Parte del clero secular.
  • Miembros no destacados del ejército.
  • Nobles provincianos y pequeños propietarios.
  • Un sector del campesinado amenazado por la venta de tierras comunales.

El bando isabelino, en cambio, contaba con:

  • Cargos de la administración y burocracia provincial y municipal.
  • Miembros del ejército.
  • La clase media y alta nobleza.
  • Parte del clero secular.
  • Apoyo diplomático de Portugal, Inglaterra y Francia.

2. Desarrollo de las Guerras Carlistas

2.1. La Primera Guerra Carlista (1833-1840)

La Primera Guerra Carlista estalló en el País Vasco-Navarro y el Maestrazgo (Aragón), extendiéndose luego a otras zonas del país. La iniciativa bélica partió del bando carlista, con el general Zumalacárregui como figura destacada en los primeros años.

Los carlistas intentaron extender el conflicto mediante el sistema de "partidas" guerrilleras, pero fracasaron en su intento de tomar Madrid, donde destacó la defensa del general liberal Espartero. La guerra culminó con la firma del Convenio de Vergara entre el general carlista Maroto y el general isabelino Espartero, que selló la victoria del liberalismo.

2.2. La Segunda Guerra Carlista (1846-1849) y el Fin del Carlismo

La Segunda Guerra Carlista, también conocida como Guerra dels Matiners, tuvo lugar principalmente en Cataluña. Surgió tras el fracaso del intento de casar a Isabel II con el pretendiente carlista, lo que provocó un levantamiento popular. Esta guerra, de menor intensidad, demostró la debilidad del carlismo.

Tras la caída de Isabel II en 1868, el carlismo renovó sus esperanzas y Carlos VII inició una nueva guerra, pero fue derrotado y tuvo que exiliarse. Un último intento de tomar Estella fracasó, y con la proclamación de Alfonso XII, el carlismo perdió el apoyo de los sectores más conservadores, terminando así su último intento armado en 1876.

3. El Carlismo en Extremadura

En Extremadura, el apoyo social al carlismo fue menor. Los carlistas intentaron realizar incursiones y coordinar partidas, mientras que los liberales trataban de controlar las fronteras. Las correrías y ataques de partidas carlistas procedentes de La Mancha fueron frecuentes, afectando la vida social y económica de la región.

Los apoyos al carlismo en Extremadura se limitaron a figuras aisladas de la nobleza y sectores rurales. El temor a los saqueos, las exigencias de abastecimiento y la inseguridad en los caminos afectaron a la agricultura, la ganadería y el comercio. Las requisas, robos, extorsiones, secuestros, asesinatos e incendios fueron habituales, lo que llevó a un aumento de los impuestos para sufragar los gastos de la guerra.

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