Características del teatro isabelino en hamlet

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TEMA 4. El contexto histórico inglés de la segunda mitad del Siglo XVI está marcado por un periodo de auge logrado bajo el reinado de Isabel I, que se refleja también en el campo de las letras y las artes: es la época isabelina (1559-1642).
 El teatro inglés sufríó un marcado cambio en 1576, cuando se pasó de los “ministrels” (compañías de teatro ambulantes) a concebir el teatro como una institución permanente, creándose edificios construidos expresamente para las representaciones (en Londres había ocho). El público que asistía era heterogéneo y exigía emoción y diversión, convirtiéndose el teatro en un hecho comercial. Las carácterísticas del teatro isabelino fueron: los dramaturgos se plegaron a las exigencias del público; son representaciones vivas y populares; es un arte al margen de las reglas clásicas, pues no respeta las tres unidades; no hay separación de géneros; se da importancia a la figura del “clown” (el gracioso); se produce una mezcla entre prosa y verso, utilizándose la polimetría y destacando el verso libre, se produce una mezcla de estilos y de lenguajes, atendiendo a la clase social de los personajes. Los géneros más empleados fueron: la comedia (destaca la influencia italiana y la comedia de enredo), la tragedia (busca provocar sentimientos en el público) y el teatro histórico (se apela al sentir patriótico de Inglaterra).
Con respecto a los autores, como principal predecesor de Shakespeare podemos señalar a Christopher Marlowe (1564-1593) y como principal autor contemporáneo a él a Benjamín Jonson (1572-1637). Marlowe, autor de tragedias, gozó de gran popularidad, fue el creador del teatro poético inglés y aportó el dominio del verso libre y de la figura del héroe trágico. Jonson, autor humanista y culto, escribíó obras en verso y prosa (destacando “Volpone”) que fueron presagio del posterior teatro inglés: correcto y superficial. Tras él, en 1642, el Parlamento inglés decretó el cierre de los teatros tras un proceso de decadencia de la tragedia inglesa.
El autor más destacado del teatro isabelino fue William Shakespeare (1564-1616), creador del teatro nacional en Inglaterra. Fue actor, autor y empresario, y supo elevar la calidad teatral de su tiempo en sus obras. Entre sus obras juveniles(1590-1600), que se mueven en la línea de la tragedia clásica y la comedia de enredo, destacan comedia, dramas históricos,etc. En sus obras medias (1600-1603), se ve ya su refinamiento y virtuosismo técnico, destacando comedias y tragedias. Durante la época de las grandes tragedias (1603-1608) se produce un periodo de madurez con una visión trágica y desengañada de la naturaleza humana, sobresaliendo “El rey Lear” y “Macbeth”. En sus obras finales (1608-1613) hay una aceptación serena de la vida, con realizaciones como “Cuento de invierno” o “La tempestad”. Así, existe una evolución en los tres géneros que principalmente toca: la comedia (parte de la fórmula de la comedia de enredo, con influencias de Terencio, enriqueciendo a los personajes), el drama histórico (se muestra más interesado por los personajes que por los acontecimientos) y la tragedia (en las tragedias de Shakespeare, al contrario que en las clásicas, es el hombre quien elige responsablemente su acción, presentando todas estas un esquema similar: una persona cuya virtud se ve puesta a prueba por diversas circunstancias y que encarna una prototípica pasión humana, como la duda, la venganza…).
 El estilo de Shakespeare se caracteriza por: el perfecto encadenamiento de las acciones; la utilización del destino en obras como “Hamlet”; la aparición del “clown”, contrapunto cómico con una visión filosófica y desengañada de la vida; la variedad de registros en los diálogos; y el distanciamiento escéptico de sus personajes. Las aportaciones de Shakespeare en sus obras son muy diversas: un estilo asombrosamente rico caracterizado por un dominio del inglés; su capacidad para provocar emociones en el espectador; la elevación de sus criaturas a la categoría de personajes universales, que encarnan diversas pasiones (amor, celos, envidia, ambición…); la presencia en sus tragedias de la ironía y la burla, y en sus comedias de la reflexión sobre la condición humana; la mezcla de estilos en el lenguaje de sus personajes; y su enorme influencia en el teatro posterior.

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