Características del Arte Renacentista: Arquitectura, Pintura y Escultura

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Características de la Arquitectura Renacentista Italiana

  • Recuperación de los elementos constructivos de la época clásica grecorromana: Se retoman los órdenes clásicos en pilastras y columnas, el arco de medio punto, bóvedas de cañón, y elementos decorativos como casetones, almohadillados y medallones. Edificios como el Panteón de Agripa o el Coliseo fueron referentes para los artistas del Renacimiento.
  • Construcciones con rigurosos cálculos matemáticos: Basados en la proporción y la simetría, se utilizaron módulos geométricos sencillos, como el cuadrado y el círculo, que se repiten para obtener un conjunto armónico y bello, con proporciones similares a las que se encuentran en la naturaleza.
  • Búsqueda de orden, armonía y unidad espacial: Visión unitaria de las obras de arte, que pueden ser captadas de un solo vistazo, y construcción de edificios más pequeños y adaptados a la escala humana, con predominio de la línea horizontal.
  • Preocupación por el urbanismo: Se realizaron proyectos de ciudades ideales y se emprendió la renovación parcial de algunos espacios urbanos.
  • Inicios de la teoría arquitectónica: Se redactaron tratados de arquitectura. Muchos arquitectos recopilaron sus descubrimientos y reflexiones sobre arquitectura en tratados como De Re Aedificatoria de Alberti, L´ architettura de Serlio, Las antigüedades de Roma y Los cuatro libros de la arquitectura de Palladio, y Tratado de los cinco órdenes arquitectónicos de Vignola. Estas obras contribuyeron a la divulgación del estilo.

Tipologías Arquitectónicas en el Renacimiento

La arquitectura religiosa continuó siendo la principal actividad de los arquitectos. En ocasiones optaron más por la belleza y la armonía que por la funcionalidad litúrgica, como la preferencia por la planta centralizada, en forma de cruz griega o circular, tomando como modelo el Panteón y los templos bizantinos y tardorromanos. Se pensaba que el templo de Salomón había tenido planta circular y el círculo se consideraba como símbolo de la perfección y la mejor manera de representar la divinidad. También se mantuvieron las plantas de cruz latina, buscando rememorar las basílicas paleocristianas, con tres naves y cúpula sobre el crucero. En ocasiones se intentaron combinar ambas plantas, desarrollando un amplio crucero cubierto por una cúpula.

La arquitectura civil adquirió una importancia creciente. Se diversificaron los edificios: bibliotecas, universidades, hospitales, villas de recreo y palacios. Los palacios urbanos resaltaban la importancia de las grandes familias de la alta burguesía o la nobleza. Su planta es cuadrada o ligeramente rectangular, con un patio porticado central, que actúa como distribuidor o articulador de todas las estancias. El alzado presenta una estructura cúbica de tres pisos, cada uno con una función diferenciada. En el exterior los pisos aparecen individualizados con órdenes arquitectónicos superpuestos y ventanas de diversos tipos. Los hospitales se construyeron según la tipología establecida por Filarete en el Hospital Mayor de Milán, en forma de cruz: en cada uno de los brazos se situaban los enfermos.

Características de la Pintura Renacentista

La pintura renacentista contribuyó a expresar el papel del ser humano como protagonista de la sociedad. La nueva concepción del ser humano permitió el estudio de su anatomía y la representación de la realidad. Además, la pintura fue muy pronto reivindicada como una auténtica ciencia. Su práctica obligaba a un conocimiento de las proporciones, la luz, el movimiento y la profundidad, de acuerdo con las leyes de la perspectiva, el sistema de representación visual que se descubrió entonces.

Las características de la pintura renacentista fueron:

  • Naturalismo y realismo, con gran interés por la anatomía.
  • Importancia del dibujo como delimitador de las formas.
  • Uso de las leyes de la perspectiva para representar la profundidad mediante diversas técnicas:
    • Los pintores del Quattrocento consiguieron representar la profundidad con la perspectiva lineal: a partir de un punto imaginario en el fondo del cuadro (punto de fuga) se dibujaban unas líneas que permitían ordenar las figuras y objetos en función de su distancia al primer plano.
    • En el Cinquecento algunos pintores intentaron dar más realismo a los cuadros intentando pintar el aire que rodea los objetos, desdibujando los contornos (sfumato). Esto se conoce como perspectiva aérea.
  • Empleo de la luz para definir distintos planos de profundidad.
  • La composición, es decir, la ordenación de todos los elementos que integran el cuadro se estructura según esquemas geométricos de simetría.
  • Respecto a las técnicas, la pintura al temple sobre tabla fue inicialmente la más utilizada, pero desde la segunda mitad del siglo XV se introdujo el óleo por influencia flamenca y en el siglo XVI se fue extendiendo el uso del lienzo como soporte. En las pinturas murales se siguió empleando el fresco.
  • En cuanto a los temas, la pintura religiosa continuó siendo la más abundante, pero desde una perspectiva diferente, con una humanización de las representaciones. En Italia fueron frecuentes las escenas de la Sagrada Familia o de la Virgen con el Niño (Madonna), concebidas como escenas dulces y amables. También cobraron protagonismo los temas de la mitología clásica con intención moralizante, que contribuyeron al desarrollo de la representación de los desnudos. El retrato se independizó definitivamente de los cuadros religiosos medievales, donde aparecía la figura del donante. La nueva consideración del ser humano fue decisiva para el nacimiento de este género artístico, además de la influencia de los retratos de época romana.

La Anunciación y la Visitación de Reims

La Anunciación y la Visitación de Reims son dos grandes conjuntos escultóricos situados adosados a las jambas derechas en la fachada occidental de la catedral de Reims. Realizados entre 1230 y 1260, de estilo gótico perteneciente a la época clásica, con función claramente religiosa. Se trata de un grupo escultórico de bulto redondo que abandona la rigidez y trascendencia románica. Se observa cómo van ganando movimiento y expresividad las esculturas con finalidad narrativa. El material empleado es piedra tallada, con una gran precisión en la elaboración del claroscuro, sobre todo en los ropajes de las figuras de la derecha, aportando más realismo. La técnica de acabado predominante es la policromía y es una obra donde se desarrolla el naturalismo y realismo. Es importante destacar que los rostros tienen expresividad.

Se separa en dos partes importantes:

  • El grupo de la Anunciación: Formado por la Virgen y el ángel sonriente, Gabriel, que sonríe e insinúa el movimiento a partir de la gesticulación de los brazos y tiene una descompensación, es decir su cabeza es mucho más pequeña en relación con el cuerpo. Además, se puede apreciar un ligero contrapposto en su pierna derecha, lo que aporta más naturalidad. En cambio, María carece de expresión. Sus ropajes superficiales y pliegues rectos señalan la verticalidad. Estas diferencias entre las dos esculturas se han atribuido a dos escultores diferentes: El primero, maestro de la sonrisa, habría esculpido al ángel, se observa influencia del arte griego arcaico por la sonrisa y el cabello rizado. El segundo, el de la Anunciación, habría esculpido a María.
  • En el grupo de la Visitación: Se da el encuentro de María e Isabel, embarazadas. Ambas comparten la postura de contrapposto, sus cabezas se inclinan y sus manos gesticulan, los rostros son expresivos y diferenciados, los ropajes de pliegues profundos envuelven los cuerpos, que se encuentran bajo la ropa. Las dos se relacionan entre sí. Este grupo habría sido esculpido por el tercer escultor, conocido como el maestro de la Antigüedad, por las características clásicas que imprimió a sus obras. Ambas mujeres tienen características propias del arte clásico griego: en María podemos apreciar una sutil curva praxiteliana en su cuerpo y en Isabel un contrapposto marcado por su rodilla derecha, que está flexionada. Además, en las dos se ha utilizado el canon de las siete cabezas de Policleto y la técnica de los paños mojados de Fidias, lo que aporta más elegancia, realismo y expresividad a la escultura.

El escultor que hizo el ángel de la sonrisa tiene un estilo parecido al maestro Mateo, pues la sonrisa recuerda a la del profeta Daniel en el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela, obra tardorrománica, de transición al gótico. A partir del siglo XIII se producen cambios en occidente, por una parte, se recupera poco el poder de la monarquía y surgen nuevas órdenes para predicar y atraer a los fieles. Por otra parte, cambia la mentalidad y la naturaleza es digna de representación (influencia de los franciscanos) y humanización de personajes divinos.

El Moisés de Miguel Ángel

El Moisés fue encargado por el Papa Julio II en 1505 para su propia tumba en la Basílica de San Pedro del Vaticano y realizado por Miguel Ángel Buonarroti, entre los años 1513 y 1515. Se encuentra en la iglesia mayor de San Pietro in Vincoli, en un mausoleo compuesto por ocho estatuas, tratándose de una escultura exenta de estilo renacentista del Cinquecento. Se realizó con mármol blanco de Carrara con la técnica de la talla y mide unos 2,35 metros de altura. La escultura fue concebida para ser vista desde abajo. Moisés se encuentra sentado. En su brazo derecho sostiene las Tablas de la Ley, mientras que con las manos acaricia su barba. El momento de la vida de Moisés que refleja la escultura es tras haber recibido estas Tablas de la Ley por parte de Dios en el Monte Sinaí. Mientras tanto, el pueblo, cerca de la montaña, adora al becerro de oro. Tal vez por eso podemos observar, en la expresión de Moisés, la ira o la tensión. La tensión del momento podemos observarla en sus desarrollados músculos, el detalle de sus venas o en los pliegues de los ropajes. La tensión se debe a la reacción de Moisés a la idolatría del pueblo de Israel al becerro de oro. También podríamos verlo en su rostro, contraído y ceñudo, sobre todo en sus ojos, un magnífico ejemplo de la terribilità o reflejo de la fuerza interior del personaje, y en las piernas y pies, ya que está a punto de levantarse. Además, parece que va a estallar, tanto física como psicológicamente.

Además, podemos observar los cuatro elementos en la escultura: la tierra en los pliegues de su ropa a modo de cueva, el aire que respira y abre sus orificios nasales, el agua en su barba con forma de cascada, que se decía que “era más una obra de un pincel que de un cincel” y el fuego en sus cuernos. La figura de Moisés está en contrapposto, soportando el peso del cuerpo en una pierna, necesitando por tanto que el cuerpo permanezca en forma de “S”, lo cual le da un mayor realismo y mayor naturalidad. Esta escultura estuvo influida por el neoplatonismo, doctrina filosófica que intentó conciliar las ideas de Platón con el cristianismo, ya que posee una parte divina, que es el lado derecho, por donde le viene la inspiración y está más estable; y la parte mala y peligrosa, que es su izquierda. Al igual que en el David, Miguel Ángel representó a Moisés con la cabeza hacia la izquierda, con la peculiaridad de que en este caso lo dota de expresión a través de un iris remarcado, unas pupilas hundidas y las cejas alzadas, con lo que consigue una especie de claroscuro en la escultura. Ambas obras son consideradas el punto culminante de la terribilitá en el artista.

En la obra influyó, al igual que en las demás esculturas del Renacimiento, el Laocoonte, que había sido descubierto en 1506, así como el San Juan Evangelista de Donatello y el Torso Belvedere.

El Sacrificio de Isaac de Alonso Berruguete

El Sacrificio de Isaac es obra del escultor Alonso Berruguete. Es una obra del siglo XVI y pertenece al arte manierista español. Es la parte inferior del retablo de San Benito el Real, en Valladolid, que le fue encargado en 1526. Es una escultura exenta de bulto redondo realizada con la técnica de la talla de madera policromada con las técnicas del estofado y el encarado. Hoy se conserva en el Museo Nacional de Escultura en Valladolid. El tema de la obra es religioso, ya que en la obra se representa el sacrificio de Isaac, al cual está a punto de asesinar Abraham por orden de Dios para ponerle a prueba.

En la obra se distinguen dos figuras humanas, la de Abraham, que aparece con una pierna adelantada, reposando su peso sobre una sola pierna. Existe en Abraham un estudio importante de la anatomía, los músculos están en tensión, a punto de realizar una acción. Esto se ve en los brazos, los cuales están sujetando y reteniendo a su hijo, lo que crea un dinamismo en la obra y aporta gran movilidad al conjunto. Abraham va vestido con una túnica al hombro de colores dorados, lo que indica una policromía irreal y aquí también vemos ya leves relieves con formas geométricas. Lo más importante es el rostro, con una expresión de dolor, de sufrimiento, vemos a Abraham con la boca entreabierta, como implorando al cielo, al cual dirige su mirada y su cabeza, dado que mira hacia arriba. En sus ojos se ve ese sufrimiento, unos ojos llorosos, que inspiran lástima y rabia. La barba es detallada, y realista también.

La otra figura es Isaac, hijo de Abraham, que está arrodillado y maniatado. Está sujetado por su padre por el pelo. Aquí también está realizado un estudio importante de la anatomía, expresando una tensión similar a la de su padre. Su rostro es fiel reflejo del sufrimiento, no se explica por qué hace su padre eso y está desesperado. Parece estar llorando, su cara es realmente expresiva con la boca abierta y el ceño fruncido. Isaac aparece semidesnudo, al contrario que su padre.

Los rasgos generales que se observan son su gran realismo y el predominio de los dorados. Se presenta de manera muy expresiva. El dolor es la pieza fundamental de los sentimientos de la obra. El principal reflejo de esto son los rostros. El canon es alargado, propio del manierismo, y los rostros se tuercen en muecas de terror en Isaac y dolor en Abraham. Las figuras aparecen enlazadas en una contorsión en forma serpentinata vertical, también conectada con el manierismo.

Las túnicas generan más movimiento al conjunto y tiene unos pliegues detallados creando curvas y ondas de tamaño importante. Los colores de la obra ofrecen un realismo, un juego de sombras que remarcan la musculatura y las expresiones del rostro. Sin embargo, la profusión de dorados da sensación de irrealidad a la escena.

Berruguete se inspiró con toda probabilidad en el Laocoonte para el rostro de Abraham y para la posición de Isaac.

El David de Miguel Ángel

El David fue realizada en el Renacimiento por encargo de la Ópera del Duomo para la catedral de Santa María del Fiore en Florencia, por Miguel Ángel. Es una escultura de bulto redondo construida a partir de un trozo de mármol abandonado y anteriormente trabajado por otros artistas, mármol blanco de Carrara con la técnica de la talla y mide 5,17 metros de altura. David representa un tema bíblico, importante para la Catedral, la lucha o victoria de David contra Goliat. David era un pastor hebreo que se atrevió a luchar contra un gigante filisteo llamado Goliat, al cual venció con su astucia. David lanzó una piedra con su honda, lo cual lo aturdió, cayéndose al suelo y una vez derribado le cortó la cabeza con la espada del propio gigante. Es un ejemplo de vencer mediante la inteligencia a la fuerza. Tras esta batalla, se convirtió en el rey David.

Al contrario que otros escultores, esta escultura representa a un adolescente con un cuerpo desnudo y musculatura perfecta, plasmando el ideal de belleza renacentista. Su cuerpo se encuentra en posición de contrapposto, que ayuda al equilibrio de la pieza, es decir, con la pierna derecha que sostiene casi todo el peso del cuerpo y la otra, la izquierda, relajada. Cada mano se encuentra en una posición diferente, la mano izquierda, estando flexionada, sostiene la honda sobre el hombro, mientras que la mano derecha pende verticalmente sosteniendo una piedra. La cabeza aparece ladeada hacia la derecha. Su pierna derecha se apoya en el tronco de un árbol para dotarla de mayor estabilidad.

Presenta una aparente relajación de la figura, aparente porque se puede apreciar también que se muestran partes del cuerpo en tensión, como las manos, donde se observan claramente los tendones y músculos en tensión. El rostro observado de perfil representa a un David temeroso, pero al fijarnos en la expresión, especialmente en la mirada, se observa a un David más fiero, característica denominada terribilitá, trabajada mucho por Miguel Ángel.

La cabeza, manos y torso son más grandes de lo marcado por las proporciones clásicas. Estas desproporciones se deben a dos posibles razones: la primera, por el efecto visual desde abajo, pues desde esta perspectiva abajo-arriba no se aprecian las diferentes dimensiones. Por lo tanto, es una obra que se realizó para ser vista desde abajo; en la segunda, se habla del simbolismo, pues el artista tenía una filosofía neoplatónica que defiende que las actividades principales del ser humano son el pensamiento, identificado con la cabeza, y la acción, identificada con las manos. De ahí que el tamaño de estas partes de su anatomía fuese más grande.

Miguel Ángel trabajó directamente sobre el mármol, sin modelos previos en yeso. Se cree que Miguel Ángel no hizo posar a nadie para su obra. La forma del bloque de mármol condicionó la obra. Esta obra pertenece al periodo del Renacimiento, Cinquecento, etapa caracterizada por la realización de esculturas de bulto redondo.

Evolución de la Arquitectura Renacentista

Quattrocento (Siglo XV)

En el Quattrocento (siglo XV) el principal centro artístico fue Florencia, donde fue decisivo el mecenazgo de importantes familias que competían entre sí por lograr reconocimiento social, como los Médicis, los Pazzi, los Pitti, los Strozzi. Los arquitectos más destacados del Quattrocento fueron Filippo Brunelleschi y León Battista Alberti:

  • Filippo Brunelleschi: Se le considera, junto con el pintor Masaccio, el descubridor de las leyes de la perspectiva, que aplicó con precisión en los edificios que construyó.
  • León Battista Alberti: Fue el prototipo del artista humanista: arqueólogo, científico, filósofo… y escribió tratados teóricos como De Pintura, De Statua y De Re Aedificatoria, donde resaltó la importancia del proceso de creación sobre el proceso de ejecución.

Cinquecento (Siglo XVI)

En el Cinquecento (siglo XVI) el principal centro artístico fue Roma, bajo el mecenazgo de los Papas, que intentaron dejar su impronta en la ciudad. La arquitectura adquirió mayor monumentalidad y sentido de la volumetría. Se pueden distinguir dos etapas: clasicismo (1500-1530) y manierismo (1530-1600). En arquitectura civil, la obra más destacada fue el Palacio Farnesio, obra de Antonio Sangallo el Joven, para el Papa Pablo III cuando todavía era cardenal. Fue comenzado en 1514 y continuado por Vignola, Della Porta y Miguel Ángel. Es un bloque rectangular exento organizado en tres pisos, con un patio o cortile cuadrado, rodeado de arquerías renacentistas y salas abovedadas. Se construyó con sillares de travertino expoliados del Coliseo. Las ventanas de los pisos superiores están coronadas por frontones clásicos, apoyados sobre las columnas adosadas que enmarcan los vanos. El edificio alcanza una altura de 29 metros y está rematado por una pronunciada cornisa. Los únicos elementos decorativos son los propios elementos arquitectónicos. Se considera una de las obras cumbres del Cinquecento. En arquitectura religiosa se mantuvo la preferencia por la planta centralizada. Los arquitectos más destacados fueron Bramante y Miguel Ángel:

  • Donato Bramante: Comenzó como pintor, en Milán coincidió con Leonardo Da Vinci y trabajó en las obras de Santa María delle Grazie. Después se instaló en Roma, donde entró en contacto directo con la Antigüedad clásica y fue eliminando la abundancia decorativa para resaltar los valores estructurales y volumétricos.
  • Miguel Ángel Buonarroti: Fue un artista total, pues trabajó como arquitecto, escultor y pintor. Miguel Ángel es considerado como el principal representante del Manierismo, es decir, de la libre utilización del vocabulario clásico para conseguir mayor dinamismo en los edificios.

Manierismo

En el Manierismo se introdujeron algunos cambios: en arquitectura religiosa, a partir de la Contrarreforma, se volvió a la planta longitudinal, considerada más adecuada para las exigencias del culto católico. Se desarrolló el urbanismo como arte y se dedicó mucha atención a las fachadas, jardines y fuentes. En la decoración se recurre muchas veces a lo extravagante.

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