Camino hacia la Felicidad y la Santidad: Virtudes, Bien Común y Pobreza

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¿Qué es la Felicidad?

La felicidad consiste en hacer la voluntad de Dios, y su voluntad es que seamos santos. También consiste en entregarnos totalmente al amor de Dios, anular nuestra voluntad y así conoceremos la felicidad. Esto quiere decir que nuestro camino, es decir, el fin del hombre, es la felicidad, y solo la encontraremos en el camino de Dios, junto a Dios.

Virtudes: El Camino hacia el Bien

La virtud es una disposición habitual y firme a hacer el bien. Permite a la persona no solo realizar actos buenos, sino dar lo mejor de sí misma. Con todas sus fuerzas sensibles y espirituales, la persona virtuosa tiende hacia el bien, lo busca y lo elige a través de acciones concretas.

Virtudes Cardinales

  • Prudencia: Nos ayuda a discernir en toda circunstancia nuestro verdadero bien y a elegir los medios para realizarlo. Nos ayuda a comprender el bien que debemos hacer y el mal que debemos evitar. Ejemplo: Cuando mi madre me pide que ordene mi cuarto y mi inteligencia me pide que lo haga, debido a que si no lo hago discutiríamos.

  • Justicia: Dispone a respetar los derechos de cada uno y a establecer en las relaciones humanas la armonía que promueve la equidad respecto a las personas y al bien común. Ejemplo: Hago justicia cuando mi tía compra helado y justo no estaba mi primo, y yo le guardo una porción para que él coma su porción igual que todos.

  • Templanza: Es la virtud moral que modera la atracción de los placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los límites de la honestidad. Ejemplo: Evitar escaparme de casa.

  • Fortaleza: Es la virtud moral que asegura en las dificultades la firmeza y la constancia en la búsqueda del bien. Ejemplo: Levantarme temprano para ir al colegio.

El Bien Común

Es preciso entender el bien común como el conjunto de aquellas condiciones de la vida social que permiten a los grupos y a cada persona el bienestar y el desarrollo social, la paz. Los bienes de la creación están destinados a todo el género humano. Al servirse de los bienes de la tierra, cada hombre debe considerarlos no solo como suyos, sino también como comunes, en el sentido que han de aprovechar a todos.

Tres Mandatos

  • Cuidado
  • Dominarlo
  • Beneficiarse

Tipos de Pobreza

  • Material: Es la pobreza de quienes carecen de trabajo, dinero, casa, ropa, etc. Esta pobreza genera miseria, ya que pone en riesgo la vida misma de la persona y atenta contra su dignidad. Entre los bienes materiales también consideramos el empleo, la educación y la salud.

  • Espiritual: Es la pobreza de las personas que no pueden alimentar su espíritu, que no acceden a los valores necesarios para la vida y para el desarrollo integral: el amor, el bien, la verdad, la paz, la justicia y el orden.

¿Quiénes son los Pobres de Espíritu?

Los que se consideran pobres ante Dios, los que se reconocen pecadores y necesitados de perdón, los que reconocen que todo lo que son proviene de Dios, los que esperan y confían en Dios, los que no viven apegados a los bienes materiales y están dispuestos a compartir lo que poseen con los demás. La pobreza de espíritu no depende de la abundancia o escasez de bienes materiales, sino de nuestra adhesión a Cristo y su Evangelio.

¿En qué consiste la Santidad?

Consiste en cumplir con la voluntad de Dios, y hacerlo con alegría. Lo único que Jesús nos pide es entregarnos a Él por completo, en total pobreza, olvidándonos enteramente de nosotros mismos. El primer paso hacia la santidad es la voluntad de ser santos. A través de una voluntad férrea amaremos a Dios, elegiremos a Dios, lo alcanzaremos y llegaremos a poseerlo. La santidad no consiste en hacer cosas extraordinarias, sino en hacer siempre todo bien; eso no es imposible para los hombres.

Condiciones para ser Santo

Implica tomarnos muy en serio nuestro crecimiento como personas. Madurez humana y santidad van de la mano. Es responder con fidelidad a la ley que está grabada en nuestro corazón, desarrollar las virtudes humanas, hacer crecer las virtudes teologales con la ayuda de Dios y determinarnos a amar por sobre todas las cosas.

Crecer en las Virtudes Cardinales y Teologales

Las virtudes cardinales son la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza. Las virtudes teologales, que Dios mismo infunde en nuestra alma, son la fe, la esperanza y la caridad. Por estas se hace posible la participación humana en la naturaleza divina. Estas virtudes son teologales porque tienen a Dios como origen, motivo y objeto.

  • Creer en Dios y en su proyecto de amor: Para eso necesitamos la fe.

  • Aspirar a la vida eterna confiando en las promesas de Cristo y sabiendo que nosotros podemos ser santos, no por nuestras propias fuerzas sino con la ayuda del Espíritu Santo: Para eso necesitamos la esperanza.

  • Decidir amar a Dios sobre todas las cosas y a nuestros hermanos como a nosotros mismos por amor de Dios, renunciando a nuestro egoísmo: Necesitamos la caridad.

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