El Camino de España hacia la Democracia: 1975-1982

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La Transición a la democracia (La instauración de un sistema liberal democrático en España 1975-1982)

1. Introducción

A partir de la muerte de Franco en 1975, comenzó una delicada operación política para llevar a España hacia una democracia parlamentaria. Los pasos para implantar la democracia fueron:

  1. En 1976, el rey Juan Carlos I confía el Gobierno a Adolfo Suárez, quien desmanteló el sistema franquista y pactó con los líderes de la oposición las bases para la celebración de elecciones en 1977.
  2. En 1977, se convocan elecciones a Cortes Constituyentes.
  3. En 1978, se aprueba la Constitución y se acepta el régimen de las Autonomías.
  4. El partido que lideró este proceso fue UCD (Unión de Centro Democrático) de Adolfo Suárez.

Juan Carlos de Borbón, para ser proclamado rey, debía jurar los Principios Fundamentales del Movimiento Nacional. El juramento y la sucesión tuvieron lugar el día 22 en un acto solemne en las Cortes.

Dentro del franquismo existían dos sectores:

  • Inmovilistas: Los viejos falangistas, la mayoría del ejército y el sindicalismo vertical, salvo algunas excepciones. Creían en la posibilidad de un "franquismo sin Franco" y solo aceptaban la represión policial o la acción de grupos paramilitares.
  • Aperturistas: Sectores liderados por Fraga y Silva Muñoz, que pretendían crear asociaciones políticas. Consideraban que el régimen franquista no podía perdurar tras la muerte de Franco y se esforzaron por apartar a los inmovilistas del gobierno.

Fuera del régimen, la oposición presentaba dos tendencias:

  • Moderada: Líderes sin contacto directo con el régimen de Franco, pero con una oposición firme. Incluía a monárquicos partidarios de Don Juan de Borbón, democristianos y liberales.
  • Radical: Representada por la izquierda tradicional con raíces obreras: PSOE, PCE, UGT, CNT, USO (Unión Sindical Obrera) y CCOO (Comisiones Obreras).

El desmantelamiento del régimen franquista se debió a varios factores: el agotamiento del autoritarismo, la incapacidad de resolver los cambios sociales, el papel del rey, la acción de las fuerzas políticas reformistas lideradas por Adolfo Suárez, la actitud de la oposición democrática que renunció a ciertos principios para facilitar el cambio, y la influencia internacional favorable a la democratización. La presión popular, exigiendo la libertad de los presos políticos, fue crucial. La Coordinación Democrática hizo de esta liberación una condición indispensable para la reforma democrática.

2. Desarrollo

La Transición

La transición fue un proceso complejo, con dos momentos críticos: la legalización del PCE y el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Ambos desafíos fueron superados, consolidando la transición que culminó con la victoria del PSOE en 1982.

El papel político del rey Juan Carlos I comenzó a definirse en noviembre de 1975. Su proyecto, similar al de su padre Don Juan de Borbón en 1946, era instaurar un sistema democrático en España. Este proyecto contó con el apoyo del sector capitalista, parte de la oposición y algunos sectores dentro del franquismo, así como de Estados Unidos y los países occidentales.

Un obstáculo para la transición fue el fantasma de la Guerra Civil, con la presencia de la extrema izquierda y la extrema derecha, esta última con apoyo en el ejército. La solución pasaba por el control de la oposición sobre sus seguidores para evitar la intervención militar.

Juan Carlos I inició su reinado dentro de la legalidad franquista, jurando los Principios del Movimiento y tomando posesión ante las Cortes. Sin embargo, en su discurso ante las Cortes, mostró su apoyo a los cambios.

El primer gobierno estuvo presidido por Arias Navarro, representando la continuidad del franquismo. No obstante, se incorporaron ministros aperturistas como José María de Areilza, Antonio Garrigues y Fraga. Adolfo Suárez y Fernández Miranda también ocuparon cargos relevantes.

La situación política era compleja debido a la creciente agitación de la oposición: manifestaciones por la amnistía, tensiones en el País Vasco con ETA, la huelga general de Vitoria en 1976 reprimida con dureza, y los sucesos de Montejurra. La oposición, agrupada en la Coordinación Democrática, rechazaba la continuidad del franquismo.

En 1976, el rey y Areilza viajaron a Estados Unidos buscando apoyo para la instauración de la democracia. Ante la lentitud de Arias Navarro, el rey le pidió la dimisión.

Adolfo Suárez fue nombrado presidente del gobierno. Proveniente de las filas falangistas, su nombramiento sorprendió. Suárez reunía las condiciones para convencer a los sectores franquistas de la necesidad de un cambio desde la legalidad, evitando así la intervención del ejército.

El proyecto reformista se basó en la Ley para la Reforma Política, elaborada por Fernández Miranda. Esta ley, aprobada por las Cortes y en referéndum, establecía la creación de unas Cortes bicamerales elegidas por sufragio universal y la legalización de los partidos políticos. La ley desmanteló el franquismo desde dentro, garantizando a los procuradores en Cortes una transición sin riesgos, la conservación de su estatus, el predominio de la derecha, la ausencia de represalias y el mantenimiento de la izquierda radical en la ilegalidad.

Suárez concedió una amnistía política, legalizó el derecho a la huelga y la libertad sindical, y promulgó la Ley Electoral. Se reunió con líderes de la oposición, incluyendo a Felipe González (PSOE) y Santiago Carrillo (PCE), para negociar la legalización de los partidos.

En cuanto a las relaciones con el ejército, Suárez buscó el apoyo de militares liberales como el general Díaz Alegría y Gutiérrez Mellado, promoviendo a oficiales partidarios de la reforma y renovando los mandos de la Policía y la Guardia Civil.

Durante este periodo, se produjo una reactivación del terrorismo por parte de ETA, GRAPO y la extrema derecha, como el asesinato de los abogados de Atocha. Suárez logró que la oposición condenara el terrorismo y apoyara su gestión.

En junio de 1977, se celebraron elecciones a Cortes Constituyentes. Las principales fuerzas políticas fueron UCD, PSOE, PCE, AP (Alianza Popular) y los nacionalistas (PNV y CDC). UCD ganó las elecciones, seguido del PSOE.

Las nuevas Cortes redactaron la Constitución de 1978 y crearon el Estado de las Autonomías.

La transición política coincidió con una crisis económica internacional. Los Pactos de la Moncloa, firmados en 1977, fueron un conjunto de medidas para afrontar la crisis, incluyendo la devaluación de la peseta, el control del gasto público y la reforma tributaria.

3. Conclusión

Las movilizaciones populares y la presión de la oposición fueron cruciales en la transición. En 1979, se celebraron nuevas elecciones, pero las dificultades persistieron. La moción de censura contra Suárez en 1980 y el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 evidenciaron la fragilidad del proceso.

Tras la dimisión de Suárez, Calvo Sotelo asumió la presidencia. En 1982, el PSOE ganó las elecciones, consolidando la democracia. La alternancia en el poder entre el PSOE y el PP a partir de 1996 confirmó la consolidación del sistema democrático en España.

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