Bizancio en el siglo VII y VIII: Consolidación y Transformación

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Bizancio Helenizado

Gobierno de la dinastía Heracliana (610-717)

Los Heraclidas (610-717) consolidan el Imperio Bizantino y rompen con el Imperio de Occidente un poco más. Disminuyen los territorios debido a incursiones persas y musulmanes (en Palestina, Siria y Egipto). Heraclio tiene numerosas campañas con los sasánidas y deja el centro desprotegido. Constantinopla es defendida de los eslavos y ávaros en 626. Los eslavos se establecen de forma pacífica en Tesalónica. Hispania y Rávena se independizan o son abandonadas por el imperio. Heraclio vence a los Sasánidas de Cosroes II y retorna la cruz a Jerusalén. Los dos imperios quedan exhaustos y esto abre el camino a los musulmanes. Heraclio nombra a un co-emperador para evitar rupturas intermedias en la sucesión. Sus hijos luchan entre sí y ambos mueren. Le sucede su nieto Constante II (641-668). Constante lleva una política de acercamiento a occidente, vive en Rávena, viaja a Roma y es asesinado en Sicilia. Durante la Guerra Civil de los Musulmanes no hay peligro, pero cuando Muawiya se hace con el poder sitia Constantinopla en 674. La ciudad resiste gracias al fuego griego.

Se celebra el VI Concilio Ecuménico y el III Concilio de Constantinopla (680) por los cuales se ratifica el Credo de Calcedonia. Con Justiniano II (685-695, 705-711) llega un reinado violento. Hay una revuelta donde le cortan la nariz y es depuesto. Recupera el poder y es asesinado.

Asistimos a un proceso de helenización cultural en el siglo VII. El emperador se empieza a llamar basileus, se impone la lengua griega y la literatura se produce en griego.

Administración central

Se toman una serie de medidas en la administración central:

  • La prefectura del pretorio pasa a estar llevada por nuevas oficinas que asumen el control de éstas.
  • El patrimonio del emperador pasa al plano fiscal (sakellion o tesoro).
  • Nuevos despachos y oficinas (sekreta).
  • Logoletas – funcionarios: gastos generales, ejército, corte, correos…

Los Themas

En De thematibus (por Constantino Porfirogéneta) se cuenta todo lo relativo a la aparición de los themas. Este concepto administrativo consiste en soldados-tenentes campesinos, viviendo con la población autóctona, que hacen la función de estrategos (jefes) de dichos contingentes. Con Justiniano II hay cinco themas: el Anatólico, Armeniakon, Thrakesion, Opsikion, Karabisianon. Él crea el de la Hélade tras campañas victoriosas en los Balcanes.

Otros themas son fragmentados. Los soldados de los themas cumplen un servicio militar y agricultural. Viven del botín y de los sueldos elevados. Esto se re-invierte en los themas y se forma una aristocracia que llega a controlar ejércitos de entre 6000 y 12000 soldados. Por ello se produce una descentralización y se elimina la prefectura del pretorio por innecesaria (ya que la defensa está en los themas), aunque sí se mantiene a los soldados móviles o tágmatas, al servicio directo del emperador. Disminuye la población debido a la Peste y los búlgaros, chipriotas y armenios ocupan tierras centrales par su repoblación.

Economía

Por la pérdida de Siria, Palestina y Egipto se pierden los cereales de allí. Se buscan alternativas: leguminosas de Tracia, aceite local, cultivos intensivos, regadío avanzado, molinos, caballos y ganado lanar. A pesar de esto, prevalece el comercio: gusanos de seda, papel de Egipto, especias, pieles, armas, esclavos por las rutas de Quersón, Alejandría y los puertos sirios. En este sentido, los musulmanes van a traer problemas posteriores. Se realza el jorión: aldea de campesinos libres que constituye una unidad administrativa y económica mínima, basada en la autarquía. Por ello, bajan los impuestos en los themas, ya que además no hay grandes gastos de defensa estatales, estando la defensa en manos de los themas.

Dinastía Isáurica (717-820)

En 717 León III (717-741) da un golpe de estado y se convierte en emperador. Su energía y espíritu motiva a los bizantinos, que logran echar a los árabes que intentan tomar Constantinopla. León era natural de Siria y había vivido en territorios ocupados por musulmanes. Se ven las características orientales en el ámbito de la ideología imperial, la religión y el ámbito jurídico. León III envía un mensaje al Papa Gregorio II indicándole que sus poderes son políticos y religiosos. Hace una reforma territorial que arrebata Sicilia, Calabria y la Ilírica a Roma. De ahí que el Papa pida ayuda a Carlos Martel en 738.

León III y Constantino V (741-775) manejan un imperio más reducido pero más estable. Se establece una nueva administración de themas tras la victoria de Akroinon (740) frente a los árabes por parte de León. Constantino V empieza su imperio enfrentándose a su cuñado Ardabasto (iconódulo) del thema de Opsikion. Constantino V divide este tema en regimientos que conservan sus posesiones pero responden directamente ante el emperador. Se repueblan las zonas desocupadas de Asia Menor. Atacan para ello territorios califales y establecen a cristianos locales en la zona de Tracia para protegerla de los eslavos. En 747 hay un brote de peste, por lo que hay que repoblar la zona con griegos y colonos de las islas. Constantino V proclama la iconoclasia en un Concilio y trata de eliminar el monacato. También lleva a cabo una campaña contra los búlgaros. Cuando muere, su nombre todavía se invoca por las calles de Constantinopla, especialmente tras la derrota sufrida ante los búlgaros en 813.

Hasta el 802, asistimos a una serie de emperadores en minoría de edad que luchan por el poder. León IV muere pronto e Irene asume la regencia. Intenta eliminar la iconoclasia en el Concilio Ecuménico de Nicea (787). Se enfrenta a su hijo Constantino VI al que ciega. Tras el triunfo de la iconoclasia, Rávena está ya separada por los lombardos y la coronación de Carlomagno deja perplejos a los bizantinos. Estos intentan establecer lazos matrimoniales con el Imperio Carolingio. Irene muere en una revuelta palaciega en 802.

Nicéforo I es iconódulo. Desprecia la inmunidad fiscal de la Iglesia. Por ello recibe críticas de Teófanes. Pone el impuesto del fuego, establece la solidaridad fiscal (los más ricos colaboran con los impuestos de los pequeños propietarios), para mantener el ejército de las fronteras, divide la Hélade en los themas del Peloponeso y Tesalónica, donde mete más colonos. Muere ante los búlgaros en 811. Le sucede Miguel I Rangaré, que es derrotado por los búlgaros también en 813 y por ello destronado.

Vienen 3 candidatos: León del thema Anatólico, Miguel el Tartamudo y Tomás el Eslavo, del thema armeníaco. Triunfa León el Arménico (813-820) y esto se conoce como el segundo periodo iconoclasta. Miguel se convierte en su compadre en la corte. Las tropas búlgaras bajo Krum derrotan a los tágmatas. Se vuelve a la iconoclasia. Pero esta vez es menos dura debido al cansancio por tanta discusión y a la resistencia de algunos monjes como el abad Teodoro. Los eslavos y búlgaros siguen entrando en los Balcanes. Ya sólo queda Tracia, pero los eslavos de Grecia y Peloponeso reconocen la autoridad imperial. El triunfo de Bizancio en los Balcanes se ve con la consolidación de los themas de la Hélade, Macedonia, Tracia, Tesalónica y Peloponeso. El peligro búlgaro continua bajo Krum el líder. Éste sobrevive poco a Nicéforo I y el Rey Boris se bautiza. Manda a su hijo Simeón a educarse a la corte bizantina. Por ello, comienza un periodo de paz con Bulgaria. Aunque luego habrá más incursiones.

Querella iconoclasta

El culto a los iconos se había ido propagando más y más, ya que constituían un gran símbolo en la guerra (ej: defensa de Tesalónica con San Demetrio, iconos de Constantinopla en 626) Debido a las derrotas ante los árabes del siglo VII se tambalea la fe en los iconos. Se plantea que puede ser un castigo divino por la idolatría y por una falta de pureza primigenia en la religión, que debería abogar por símbolos más concretos como la cruz. Posiblemente haya influencia islámica en esto.

Con León III, dos obispos iconoclastas se pronuncian fuertemente. Convencen al pueblo, que toma esta nueva premisa en defensa contra el Islam. Esto coincide con una erupción volcánica en el Egeo en 726. El emperador da órdenes a Roma de quitar los iconos. León depone al patriarca Germán, que se había pronunciado contra la iconoclasia. Se promulga el Edicto Iconoclasta. La victoria de Akroinon (740) se toma como confirmación de que Dios está de su parte.

Constantino V se enfrenta a Ardobasto, que es iconódulo. Constantino V escribe acerca de la imposibilidad de representar a Cristo iconográficamente. Hay que concentrarse en símbolos como la Cruz y la Eucaristía. Los ídolos son una innovación tardía del cristianismo, por lo tanto se precisa volver a los primeros tiempos. Para ello intenta persuadir con la secularización de algunas instituciones eclesiásticas; luego recurre a las persecuciones. Caen algunos funcionarios civiles y el pueblo persigue a los monjes. Por ello, muchos eclesiásticos de la época le han calificado como Constantino Coprónimo. En el II Concilio de Nicea (787) con Irene y Constantino VI se vuelve a la iconodulia. Aunque Tarasio el patriarca e Irene evitan condenar formalmente la iconoclasia. Se produce una derrota ante los búlgaros en 813. Los bizantinos van a la tumba de Constantino V. León vuelve a la iconoclasia (815). No es tan represora esta vuelta.

Se produce un Renacimiento cultural en el círculo del patriarca, sobre todo en manos de Tarasio. En el Monasterio de Stoudion, muy importante, surge Teófanes que escribe Cronografía (815). Juan Damasceno escribe apologías a favor de los iconos y también plantea la Ortodoxia Bizantina.

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