El bienio derechista en la II República Española
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Orígenes de la CEDA
En noviembre de 1933 los partidos de centro derecha ganaron las elecciones. Las derechas habían conseguido unos 200 escaños, de los que más de la mitad correspondían a la CEDA. La Confederación Española de Derechas Autónomas, tenía sus orígenes en las primeras elecciones de la II República, cuando se fundó Acción Nacional, con un ideario basado en la defensa de la religión, el orden y la propiedad.
El bienio derechista
El bienio derechista (bienio rectificador para la derecha y bienio negro para la izquierda) puede dividirse en dos etapas, con la revolución de Asturias de 1934 marcando la separación entre ambas:
a) Gobierno de Alejandro Lerroux
El 16 de diciembre de 1934 Alejandro Lerroux, líder del Partido Radical, formó gobierno con un solo miembro de su partido y el apoyo parlamentario de la CEDA, con la condición de emprender un programa de rectificación del período anterior. La gestión de los radicales no fue fácil. Además de las crisis ministeriales y los desacuerdos, la presión de la CEDA era excesiva en cualquier decisión política. En general todas sus disposiciones tendieron a eliminar una parte considerable de la labor llevada a cabo por el gobierno de Azaña. Así, se paralizó la reforma agraria y los campesinos fueron expulsados de las tierras ocupadas. Igualmente, se frenaron la reforma militar y el proceso autonómico.
b) Gobierno de la CEDA y la Revolución de Asturias (1934-1935)
La posible entrada de la CEDA en el gobierno se identificaba desde la izquierda como el triunfo del fascismo. El temor se confirmó cuando el día 4 de octubre de 1934, tras una crisis de gobierno radical se formó un nuevo gobierno con algunos ministros cedistas.
Al día siguiente el paro fue general en todas las ciudades del país. Pero en Asturias la movilización fue más allá y se convirtió en una insurrección armada revolucionaria. Los obreros armados se hicieron con el control de toda la provincia en dos días, destituyendo a las autoridades y organizando los servicios sanitarios, de producción industrial, educación,.... Se trataba de una revolución socialista, en la que los revolucionarios tomaban el poder en sus manos.
En Madrid, Barcelona, Bilbao,... el gobierno reaccionó rápidamente y los principales dirigentes socialistas y comunistas fueron encarcelados. Para combatir la revolución asturiana el gobierno entregó plenos poderes al general Franco, que hizo traer tropas de la Legión, que el día 10 de octubre desembarcaba en Asturias y comenzó a reconquistar casa por casa la ciudad de Oviedo. El día 19 se acabó de conquistar toda la cuenca minera.
El balance de octubre fue durísimo: más de mil muertos entre los insurrectos y casi trescientos entre las fuerzas del orden y los militares. El número de heridos se elevaba a varios miles y los detenidos superaban los treinta mil (entre ellos el mismo Azaña, Companys y los principales dirigentes socialistas)
Consecuencias y crisis política
El resto del período de gobierno quedó marcado por los acontecimientos de Asturias: la radicalización de las fuerzas políticas y sociales del país era total e irreconciliable: por un lado, la derecha antirrepublicana se había unido en el Bloque Nacional, liderado por José Calvo Sotelo, que defendía un estado autoritario y antidemocrático. Por otro, las fuerzas de izquierdas se unieron en la petición de amnistía para los presos políticos, pidiendo además la disolución de las Cortes y la convocatoria de nuevas elecciones que permitieran salvar la República.
Las crisis de gobierno se sucedían y la actitud del Presidente de la República cada vez más crítica hacia lo que estaba pasando. Pero el golpe de gracia se dio con el escándalo del estraperlo. Se trataba de una autorización hecha por alguno de los más altos cargos oficiales del Gobierno, a cambio de sobornos, a un fabricante holandés, Strauss, para introducir en los casinos españoles una máquina de juego. Portela Valladares disolvió las Cortes y convocó elecciones para febrero de 1936.