El Barroco en Murcia: Vida y Obra de Francisco Salzillo
Enviado por Chuletator online y clasificado en Arte y Humanidades
Escrito el en español con un tamaño de 8,58 KB
El Barroco en Murcia: Vida y Obra de Francisco Salzillo (1707-1783)
Hijo de un escultor napolitano establecido en Murcia, Francisco Salzillo trabajó en esta ciudad toda su vida. A diferencia de la estatuaria barroca andaluza del siglo XVII, que concebía las esculturas aisladas, aunque fueran para los pasos de Semana Santa, Salzillo creará grupos enteros que, a modo de secuencias, van narrando la Pasión ante los fieles. Estas tallas de imágenes constituyen la “imaginería”. Su arte no está tanto al servicio de la Iglesia como al del pueblo. Muy entroncado con el arte italiano de la época, crea en su obra ese ligero encanto rococó tan de moda en la Europa del siglo XVIII. Como buen hijo de napolitano, introduce en nuestro país el gusto por los Pesebres, realizando él mismo uno que puede citarse entre lo mejor de su obra. Otras obras importantes son: La Sagrada Familia, San Jerónimo, San Juan, La Santa Cena, La Verónica.
Salzillo cierra en España el gran ciclo del Barroco y abre con el equilibrio de su plástica el gusto por lo clásico: el Neoclasicismo. Rechaza el excesivo dramatismo del Barroco y busca en muchas de sus obras lo suave y lo delicado. Otra característica destacable es el profundo estudio anatómico y el análisis psicológico. Su estatuaria es en madera policromada, utilizando en varias la técnica del “estofado”, paño o tela ricamente decorados. Consiste la técnica en raspar el color aplicado sobre la superficie dorada, haciendo dibujos, de modo que aparezca el oro. Otra técnica empleada es la “encarnación”, que consiste en recubrir la imagen de madera con yeso sobre el que se aplica directamente el color.
Obras más importantes de Francisco Salzillo
- La Sagrada Familia de Salzillo: Desde el punto de vista estilístico, esta obra es de transición desde el Barroco al Neoclasicismo. Se trata de una escena familiar en la que los personajes presentan distintas actitudes, así San Joaquín y Santa Ana se arrodillan ante el Niño mientras San José, distraído, detiene su lectura participando vagamente en la escena. Todas las miradas se dirigen hacia Jesús que, junto con su madre, es el centro de la composición. Salzillo muestra el gusto por la complicación de las telas y el intenso colorido. Todo el conjunto está tratado con minucioso naturalismo. Las técnicas utilizadas son las del estofado y el encarnado, propias de la imaginería española.
- San Jerónimo de Salzillo: Está representado como es habitual en su iconografía, con un león, un libro, una calavera y un sombrero, emblema o símbolo de su dignidad. Apartado en el desierto de Belén, el santo está en estado de éxtasis espiritual frente al crucifijo. Como característica destaca el naturalismo que se aprecia en el cuerpo, en el torso desnudo que muestra su vejez, una anatomía también deteriorada por la vida ascética. La tela que cubre parte de su cuerpo presenta abundantes pliegues que crean efectos de claroscuro. La calavera es un símbolo propio del Barroco sobre la fugacidad de la vida y lo rápido que llega la muerte. Todo evoca un mensaje religioso: el creyente debe llevar una vida humilde, de sacrificio y de penitencia para llegar a Dios.
- La oración del huerto de Salzillo: El material de este grupo escultórico es la madera policromada y la técnica empleada es el encarnado y el estofado. Las figuras son San Juan, San Pedro y Santiago en una parte de la escena y, por otro lado, Jesús y el Ángel. Jesús aparece arrodillado a punto de caer desplomado, su rostro es angustiado y melancólico, es imagen de vestir. San Juan duerme profundamente, también Santiago, mientras que representa a San Pedro en un estado semidormido, de alerta, sujetando la espada con su mano. Destaca el profundo estudio anatómico, en el caso del ángel muy idealizado. También es importante el análisis psicológico: frente al sufrimiento de Cristo contrasta el rostro lleno de paz, de calma y de esperanza del Ángel que con su mano señala a Jesús y a todos los creyentes, el Cielo, la casa de Dios Padre. Este grupo escultórico marca la transición del Barroco hacia el Neoclasicismo.
La Pintura Barroca: Diego Velázquez (1599-1660)
Diego Velázquez nació en Sevilla, donde recibió formación en el taller de Francisco Pacheco y se convirtió pronto en el pintor del rey Felipe IV. Tuvo la oportunidad de estudiar las colecciones reales y, a partir de sus viajes a Italia, a los grandes artistas. Velázquez se convirtió también en uno de los pintores más influyentes de la historia de la pintura, pues Goya, el Realismo y el Impresionismo beben de las fuentes de su maestría.
Características de la obra de Velázquez
- Temática: Es abundantísima, pintando mitología, pintura de Historia, de género, paisaje, retratos y religiosa.
- Técnica: Utilizando el óleo (colores disueltos en aceite, que le dan un brillo especial a la obra), experimenta una prodigiosa evolución desde la pincelada fina hacia otra con grandes manchas, impresionista. En sus últimas obras puede observarse el tratamiento de la atmósfera con el uso magistral de la perspectiva aérea (la profundidad intenta representar la atmósfera que rodea los objetos).
- Estilo: Varía rotundamente desde sus primeras obras sevillanas, inmersas todavía en el tenebrismo, hasta la aclaración total de su paleta. Realiza una pintura que reflexiona sobre la realidad y la interpreta, poniéndola al servicio de una idea espiritual.
Etapas de la obra de Velázquez
- Etapa sevillana (hasta 1623): La técnica es tenebrista de pincelada fina y en la que destaca la obra “Vieja friendo huevos”. En esta etapa se observa ya un interés por la apariencia psicológica de los personajes, tratados con una gran dignidad.
- Primera etapa madrileña (1623-1629): Es llamado por el Conde-Duque de Olivares, impresionando de inmediato al rey Felipe IV, quien lo nombra pintor real. Su obra más importante es esta época es “El triunfo de Baco” en el que funde el tema mitológico con la pintura de género.
- Primer viaje a Italia (1629-1631): Abandona los restos de tenebrismo, estudiando particularmente el desnudo y la perspectiva aérea. La obra más importante de esta época es “La fragua de Vulcano”, donde nos narra la llegada de Apolo a la fragua de Vulcano para comunicarle el adulterio de Venus con Marte. El autor abandona aquí la mera representación iconográfica, para detenerse en el análisis psicológico de las expresiones, captando la indignación de Vulcano.
- Segunda etapa madrileña (1631-1649): Destaca el “Crucificado”, retratos reales y el “Bufón Pablos de Valladolid”. Destaca aquí la influencia de Tiziano, Tintoretto y de Rubens. También se inspira en las figuras de la Capilla Sixtina. Es ahora cuando inicia la decoración del Salón de los Reinos del Palacio del Buen Retiro, para el que ideó ”Las Lanzas”. Velázquez sobrepasa la mera anécdota histórica para hacer una exaltación moral del tratamiento del vencido, utilizando la alegoría con la Concordia, que se materializa en el abrazo de Ambrosio y Justino. El autor persigue honrar al vencido, pues la elevación de su dignidad dará más fama al vencedor. Y así es que no existe diferencia entre los personajes de uno y otro bando, y el grupo vencedor tan solo difiere por su colocación a la derecha y por la mayor altura de sus lanzas.
- Segundo viaje a Italia: Pinta el retrato del Papa Inocencio X y “La Villa de Médicis” con una técnica impresionista que capta la luz, la atmósfera y que influyó de forma decisiva en los impresionistas franceses del siglo XIX.
- Período final: Abundan los tonos rosados y de marfil. Su obra cumbre es “Las Meninas” en la que supera el propio tema del retrato de los personajes representados, para darnos una nueva interpretación de la pintura al representar lo acontecido «al otro lado del cuadro», haciendo al espectador partícipe de la escena desarrollada. Su última gran obra, “Las Hilanderas”, fue en la que consiguió fundir perfectamente el tema mitológico con la escena de género. En esta obra Velázquez alcanza el máximo desarrollo de su pincelada impresionista, utilizando también la perspectiva aérea.