Barroco: Historia, Características y Artistas Clave
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El Barroco fue un periodo de la historia de la cultura occidental (1600-1750 aproximadamente) que produjo obras en la literatura, escultura, pintura, arquitectura, danza y música. Se sitúa entre el Renacimiento y el Neoclásico, en una época en la que la Iglesia católica europea reaccionó contra movimientos culturales revolucionarios como la Reforma Protestante, que impulsaron una nueva ciencia y una religión disidente.
Como estilo artístico, el barroco surgió a principios del siglo XVII en Italia y se irradió por Europa. Durante los siglos XVIII y XIX, el término barroco tuvo una connotación peyorativa (recargado, desmesurado, irracional), hasta su revalorización a finales del siglo XIX por Jacob Burckhardt, Benedetto Croce y Eugenio d'Ors.
La palabra barroco la inventaron críticos posteriores, no los artistas del siglo XVII y principios del XVIII. En ambos casos, el término expresa artificio confuso, engaño, capricho de la naturaleza y extravagancia del pensamiento.
Fue rehabilitado en 1888 por el historiador de arte alemán Heinrich Wölfflin (1864-1945), quien lo identificó como opuesto al Renacimiento y como una categoría artística diferente.
El Barroco como movimiento cultural
El arte barroco refleja la búsqueda de anclajes sólidos del hombre y su dolor psicológico. Los artistas de esta época investigaron el virtuosismo y el realismo, enfocándose en el individuo y la relación directa entre artista y cliente. El arte se volvió menos distante, llenando un vacío cultural.
El movimiento cultural barroco tuvo representantes en diversas Bellas Artes:
- Música: Antonio Vivaldi, Johann Sebastian Bach y Georg Friedrich Händel
- Literatura española: Luis de Góngora y Francisco de Quevedo y Villegas. En la literatura hispanoamericana destaca Sor Juana Inés de la Cruz.
- Escultura mexicana: Jerónimo de Balbás
La unificación de las repúblicas italianas bajo un poder más fuerte, y la influencia de Roma (Estados Vaticanos) en las que no cayeron bajo control extranjero (España y Francia), se asemeja a una teocracia que alcanzó su máximo esplendor a mediados del siglo XV.
La necesidad de reformar las estructuras del mundo católico condujo al Concilio de Trento y a la llamada Contrarreforma (Reforma católica), una adaptación a los nuevos tiempos.
Esto tuvo importantes consecuencias en el arte. La Iglesia, antes que las monarquías absolutistas, comprendió el poder del arte como vehículo de propaganda y control ideológico. Por ello, contrató a numerosos artistas, incluyendo a los mejores y a otros de menor renombre, para satisfacer la demanda de los fieles. Se les exigió un arte sencillo, directo y fácil de comprender. Los santos dejaron de vestir como cortesanos para parecer pordioseros, con rostros vulgares. Las composiciones se complicaron para ofrecer variedad y colorido. Además del patrocinio de la Iglesia, aumentaron los mecenas privados, impulsando la producción de obras de pequeño y mediano formato para gabinetes de curiosidades de comerciantes y la alta nobleza.
La secularización de la época revalorizó géneros profanos como el bodegón y el paisaje, que cobró autonomía (ej. Recepción del Embajador Imperial en el Palacio Ducal de Canaletto). El Barroco, como estilo general, es una intención básica con formas variadas. Dos polos predominan, en torno a Caravaggio (naturalismo tenebrista) y Annibale Carracci (clasicismo).
Arquitectura
La arquitectura barroca (principios del siglo XVII hasta dos tercios del siglo XVIII) utilizó materiales pobres, creando una sensación de monumentalidad y majestuosidad sinuosa. Si bien se siguieron los órdenes clásicos del Renacimiento, se contrapusieron elementos arquitectónicos con libertad e individualidad. La grandiosidad es una cualidad típica, reflejada en la Plaza de San Pedro. Se usaron arcos variados y las cúpulas fueron un elemento esencial.
Literatura
El Barroco renovó técnicas y estilos. En Europa, especialmente en España, la Contrarreforma influyó notablemente. Se asimilaron las expresiones italianas del Renacimiento, pero se españolizaron y adaptaron a la tradición española. Se intensificaron tópicos del Renacimiento, pero…