Barroco: Arte al servicio de la Contrarreforma y las monarquías absolutas

Ficha Técnica: Francisco Borromini, 1634-1667, Iglesia, Ladrillo y Estuco, Barroco, Roma

El estilo barroco se desarrolló en Europa e Iberoamérica (por influencia española y portuguesa) a lo largo del siglo XVII hasta bien entrado el siglo XVIII.

La palabra barroco viene de: 'perla irregular y ram' en portugués y razonamiento retorcido y de escaso valor' en italiano. El Barroco nace en una Europa regida por dos grandes entidades:

• Un papado que quiere retomar las riendas del poder tras la ruptura provocada por la reforma luterana (protestantismo) y el catolicismo que con la Contrarreforma pretende reaccionar al avance y consolidación del protestantismo en el norte de Europa.
• La consolidación de las monarquías absolutas, de las cuales la francesa con Luis XIV 'el rey sol' es su mayor exponente. Así, el estilo barroco nace como un instrumento artístico de una Iglesia Católica que para combatir el protestantismo, esgrime la doctrina de la Contrarreforma surgida del Concilio de Trento en 1563. Por otra parte, las monarquías absolutas se sirven del estilo barroco para presentar y representar un gigantesco espectáculo de gloria y poder. La autoescenificación del soberano, ya sea papa o rey (complicado ceremonial de la corte y solemnes y majestuosas ceremonias religiosas) es en sí mismo un programa político. El arte pues, desempeña la doble función de impresionar y de transmitir contenidos ideológicos, ya sean religiosos o políticos. El siglo XVII fue en Europa una época de crisis que se manifestó en múltiples aspectos: malas cosechas (crisis de subsistencia), numerosos conflictos bélicos como las guerras de religión, la Guerra de los Treinta Años, etc. y frecuentes estallidos de descontento social.

A esta situación escapan Gran Bretaña y Holanda que tienen una economía basada en el comercio internacional. En política internacional la Francia de Luis XIV es la primera potencia europea desplazando a la España de los Austrias que entra en decadencia a partir de 1648 en el reinado de Felipe IV. En este siglo Gran Bretaña comienza su ascenso que culminará en el siglo XVIII. En el siglo XVIII la situación en general mejoró a nivel demográfico, económico y social. Se estableció un cierto equilibrio entre las grandes potencias y todo ello dio lugar a un clima más optimista. Es también el siglo en que surge la Ilustración, cuyo análisis crítico acabará contribuyendo a la Revolución Francesa y a la crisis del Antiguo Régimen. El estilo barroco nació en Italia, especialmente en Roma hacia 1600, al servicio de las ideas católicas de la Contrarreforma anti-protestante. Pero se extendió rápidamente, incluso en los territorios protestantes, aunque adoptando variantes en cada país.

Descripción:

El templo es de planta romboidal, acorde con la atracción que el arquitecto tenía por las formas geométricas de raíz medieval. En su interior, las gigantescas columnas se disponen en intervalos de cuatro en cuatro y entre ellas se sitúan vanos, nichos y molduras que buscan un efecto escultórico. Asimismo, un sólido entablamento de gran plasticidad sirve como barrera horizontal y, a la vez, unifica el espacio. Sobre el entablamento se elevan pechinas y arcos de medio punto que son los encargados de sostener la cúpula ovalada. Esta se decora con anillos hexagonales, octogonales y en forma de cruz que, a medida que adquieren altura, disminuyen de tamaño. Esta decoración de la cúpula produce un poderoso juego de luces y sombras. La fachada no puede desligarse del interior del templo. En ella combinó el orden gigante con el menor, de la misma manera que lo hicieron antes Miguel Ángel y Maderno. Las columnas unifican los distintos pisos. Verticalmente la fachada se compone de tres vanos, los laterales cóncavos y el central convexo. Horizontalmente, estos vanos quedan divididos en dos cuerpos. El inferior se remata con un entablamento ondulante, y el superior, por otro entablamento que esta vez aparece fragmentado en tres panes debido a un enorme medallón sostenido por Ángeles. El resto de la fachada conjuga ventanas ovales, enmarcadas gracias a columnas menudas, con nichos escultóricos. Esta extraña fusión estaba alejada del concepto berniniano, para el que la escultura tenía un valor narrativo independiente del soporte arquitectónico.

Comentario:

En esta iglesia, Borromini consiguió integrar la ondulación inferior con las pechinas características de una planta de cruz griega y con una cúpula oval. De esta manera consiguió un efecto que le reportó el reconocimiento unánime de sus coetáneos y que sus planos fueran requeridos por sus colegas europeos.