Avances del Pensamiento Preoperacional en la Niñez Temprana
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Avances del Pensamiento Preoperacional
Los avances hacia el pensamiento simbólico son acompañados por la comprensión cada vez mayor del espacio, la causalidad, las identidades, la categorización y el número. Algunas de estas comprensiones tienen sus raíces en la infancia y la niñez temprana, mientras que otras comienzan a desarrollarse al inicio de la niñez temprana, pero no se alcanzan del todo sino hasta la niñez media.
La Función Simbólica
“¡Quiero helado!”, anuncia Juanita, de 4 años, cuando entra sofocada del patio caliente y polvoriento. No ha visto nada que desencadene este deseo, ni la puerta abierta del congelador ni un comercial en la televisión. Ya no necesita este tipo de señal sensorial para pensar en algo. Recuerda el helado, su frialdad y su sabor, y lo busca de manera deliberada. Esta ausencia de señales sensoriales o motoras caracteriza a la función simbólica, que es la capacidad para usar símbolos o representaciones mentales: palabras, números o imágenes a las que la persona ha atribuido significado. El uso de símbolos es una característica universal de la cultura humana. Sin símbolos, la gente no podría comunicarse de manera verbal, hacer cambios, leer mapas o atesorar fotografías de seres queridos distantes. Los símbolos ayudan a los niños a recordar y pensar en cosas que no están físicamente presentes.
Comprensión con los Objetos
En el espacio, a los 3 años de edad, la mayoría de los niños captan de manera confiable las relaciones entre dibujos, mapas o modelos a escala con los objetos o espacios que representan. Los preescolares mayores pueden hacer uso de mapas sencillos y transferir la comprensión espacial que obtuvieron al trabajar con modelos a los mapas y viceversa.
Comprensión de la Causalidad
Piaget afirmaba que los niños preoperacionales aún no son capaces de razonar lógicamente acerca de la causalidad. Más bien, decía, razonan por transducción, relacionando mentalmente dos sucesos, en especial sucesos cercanos en el tiempo, exista o no una relación causal lógica.
Comprensión de las Identidades y Categorización
El concepto de que la gente y muchas cosas son en esencia las mismas, incluso si cambian de forma, tamaño o apariencia. La categorización, o clasificación, requiere que el niño identifique las semejanzas y las diferencias. A los 4 años, muchos niños pueden clasificar mediante dos criterios, como color y forma. Usan esta capacidad para ordenar muchos aspectos de su vida, a partir de la cual clasifican a las personas como “buenas”, “malas”, “simpáticas”, “tacañas”, etc.
Un tipo de categorización es la capacidad para distinguir las cosas vivas de las inanimadas. Cuando Piaget preguntó a niños pequeños si el viento y las nubes estaban vivos, sus respuestas lo llevaron a pensar que estaban confundidos acerca de lo que tiene vida y lo que no. La tendencia a atribuir vida a objetos inanimados se denomina animismo.
Aspectos Inmaduros del Pensamiento Preoperacional
Una de las características principales del pensamiento preoperacional es la centración, es decir, la tendencia a concentrarse en un aspecto de la situación e ignorar el resto. De acuerdo con Piaget, los preescolares llegan a conclusiones ilógicas porque no pueden descentrarse, es decir, pensar en varios aspectos de la situación a la vez. La centración puede limitar el pensamiento de los niños pequeños en relación a relaciones sociales y físicas.
Egocentrismo
Es una forma de centración. De acuerdo con Piaget, los niños pequeños se concentran tanto en su propio punto de vista que no pueden considerar el de otra persona. Los de 3 años no son solo egocéntricos como los bebés recién nacidos, sino que, como decía Piaget, todavía creen que el universo gira a su alrededor. El egocentrismo puede ayudar a explicar por qué a los pequeños a veces les resulta difícil separar la realidad de lo que sucede dentro de su cabeza y por qué muestran confusión respecto a qué causa qué.
Conservación
Otro ejemplo clásico de centración es la imposibilidad de entender la conservación, el hecho de que dos cosas permanecen iguales si se altera su apariencia, siempre que nada se agregue o se retire. Piaget observó que los niños no comprenden este principio a cabalidad sino hasta la etapa de las operaciones concretas y que desarrollan diferentes tipos de conservación a edades distintas.
La capacidad para conservar también está limitada por la irreversibilidad, la incapacidad de entender que una operación o acción puede realizarse de dos o más formas.
Comúnmente, los niños con pensamiento preoperacional piensan como si estuvieran viendo una exhibición de diapositivas con una serie de marcos estáticos, pues, según Piaget, se enfocan en etapas sucesivas y no reconocen las transformaciones de un estado a otro.
Desarrollo de la Memoria
Durante la niñez temprana, los niños incrementan sus niveles de atención, así como la rapidez y la eficiencia con que procesan la información, y empiezan a formar recuerdos de larga duración. Sin embargo, el recuerdo de los niños pequeños no es tan bueno como el de los mayores. En primer lugar, tienden a concentrarse en los detalles exactos de un suceso, los cuales se olvidan con facilidad, mientras que los mayores y los adultos, por lo general, se concentran en lo esencial de los sucesos. Además, debido a su menor conocimiento del mundo, los niños pequeños pueden no advertir aspectos importantes de una situación, tales como cuándo y dónde ocurrió, lo cual podría ayudar a refrescar la memoria.
Procesos y Capacidades Básicas
Los teóricos del procesamiento de la información consideran a la memoria como un sistema de archivo que contiene tres pasos o procesos: codificación, almacenamiento y recuperación. La codificación implica un procedimiento similar al de colocar información en una carpeta para archivarla en la memoria; asigna un código o etiqueta a la información de modo que resulte más sencillo encontrarla cuando sea necesario. Los sucesos se codifican junto con la información acerca del contexto en que fueron encontrados. El almacenamiento consiste en guardar la carpeta dentro del archivador, mientras que la recuperación ocurre cuando se necesita la información: en esta fase, el niño busca la carpeta y la retira. Las dificultades en cualquiera de estos pasos pueden interferir con la eficiencia total del proceso.
Se cree que la manera en que el cerebro almacena la información es universal, aunque la eficiencia del sistema varía. Según la descripción de los modelos del procesamiento de la información, el cerebro contiene tres “almacenes”: la memoria sensorial, la memoria de trabajo y la memoria de largo plazo.
La Memoria Sensorial
Es un recipiente que retiene de manera temporal la información sensorial que ingresa; esta memoria muestra poco cambio desde la infancia, pero sin el procedimiento (codificación), los recuerdos sensoriales se desvanecen con rapidez.
La información que se codifica o recupera se mantiene en la memoria de trabajo, llamada memoria a corto plazo, un almacén de corto plazo para la información sobre la que una persona trabaja activamente, es decir, la información que trata de entender, recordar o pensar. La eficiencia de la memoria de trabajo está limitada por su capacidad.
El crecimiento de la memoria de trabajo permite el desarrollo de la función ejecutiva, que controla de manera constante los pensamientos, emociones y acciones para alcanzar metas o resolver problemas. La función ejecutiva permite a los niños hacer planes y realizar actividad mental dirigida a metas. Se cree que surge cerca del final del primer año de vida y que se desarrolla por etapas a medida que la edad aumenta. Los cambios en la función ejecutiva entre las edades de 2 y 5 años permiten a los niños inventar y usar reglas complejas para resolver problemas.
De acuerdo con un modelo muy conocido, las operaciones de procesamiento de la memoria de trabajo son controladas por un ejecutivo central, que ordena la información codificada para transferirla a la memoria de largo plazo, un almacén de capacidad prácticamente ilimitada que la conserva por largos períodos.
Formación y Retención de la Niñez
La memoria de las experiencias de la niñez temprana rara vez es deliberada: los niños pequeños recuerdan solo los sucesos que les causaron una fuerte impresión. La mayoría de esos recuerdos consistentes tempranos parecen ser efímeros. Un investigador distinguió tres tipos de memoria de la niñez que cumplen funciones diferentes: genérica, episódica y autobiográfica.
La Memoria Genérica
Que empieza a funcionar alrededor de los 2 años, produce un guion o esbozo general de un suceso familiar que se repite, como un viaje en autobús al jardín de niños o un almuerzo en la casa de la abuela. Ayuda al niño a saber qué esperar y cómo actuar.
La Memoria Episódica
Se refiere a la conciencia de haber experimentado un hecho o episodio particular en un momento y lugar específicos. Los niños pequeños recuerdan con mayor claridad los sucesos que son nuevos para ellos. Dada la limitada capacidad de su memoria, los recuerdos episódicos son temporales; a menos que ocurran varias veces (en cuyo caso se transfieren a la memoria genérica), duran unas cuantas semanas o meses y luego se desvanecen.
La Memoria Autobiográfica
Un tipo de memoria episódica, se refiere a los recuerdos de experiencias distintivas que conforman la historia de la vida de una persona. No todos los componentes de la memoria episódica se convierten en parte de la memoria autobiográfica, sino solo aquellos que tienen un significado personal especial para el niño. Por lo general, la memoria autobiográfica aparece entre los 3 y 4 años.