Arte Paleocristiano y Bizantino: Arquitectura y Evolución Histórica
Enviado por Chuletator online y clasificado en Arte y Humanidades
Escrito el en español con un tamaño de 9,09 KB
El Arte de los Primeros Cristianos y la Edad de Oro del Arte Bizantino
El Arte de los Primeros Cristianos
Contexto Histórico
El cristianismo nació en Palestina con Jesucristo, inicialmente como una secta del judaísmo, pero con el tiempo se consolidó como una religión distinta. Su expansión se dio rápidamente, en parte debido a la crisis general del Imperio Romano, especialmente desde el siglo III. La antigua religión grecorromana no lograba responder a las nuevas necesidades espirituales de una sociedad en dificultades, por lo que otras religiones de origen oriental, como el culto a Mitra, Isis, el judaísmo y el cristianismo, crecieron en popularidad. Esta expansión no fue bien recibida por los emperadores romanos, ya que el cristianismo era monoteísta y rechazaba la divinidad del emperador, además de oponerse a la esclavitud. Las persecuciones fueron frecuentes, como las de los emperadores Decio y Diocleciano, lo que llevó a los primeros cristianos a practicar su fe en secreto. Debido a esto, su arte contenía símbolos que solo los cristianos podían interpretar, como el ancla, que representaba la salvación.
Todo cambió en el año 313, cuando el emperador Constantino firmó el Edicto de Milán, que otorgaba libertad de cultos. A partir de ahí, se comenzaron a construir las primeras iglesias y, en el arte cristiano, se dejaron de utilizar tantos símbolos secretos y se comenzaron a representar escenas del Antiguo y Nuevo Testamento. En 381, el Edicto de Tesalónica proclamó al cristianismo como la única religión oficial del Imperio Romano. El arte cristiano de este período actuó como un puente entre el arte clásico romano y el arte medieval que surgiría después.
La Arquitectura Paleocristiana
La arquitectura de los primeros cristianos se puede dividir en dos etapas: antes y después del Edicto de Milán.
A) La Arquitectura antes del 313
Durante la persecución, los cristianos no tenían templos oficiales y se reunían en lugares secretos, como casas particulares, campos o cerca de cementerios. Un ejemplo encontrado en Dura Europos (Siria) es una domus eclesiae, una casa organizada alrededor de un patio que servía de lugar de culto. Aunque se pensaba que las catacumbas servían como lugares de reunión, hoy se sabe que eran más bien cementerios subterráneos y refugios en tiempos de persecución. Las catacumbas de Roma, como las de San Calixto y Domitila, son las más conocidas y contenían nichos donde se enterraban a los muertos.
B) La Arquitectura después del 313
Con la libertad religiosa tras el Edicto de Milán, los cristianos comenzaron a construir sus primeras iglesias, inspirándose en edificios más grandes como las basílicas romanas, en lugar de los templos pequeños paganos. Otros sugieren que también influyeron las sinagogas judías. Estas iglesias adoptaron una planta basilical, con una estructura rectangular, y un ábside semicircular en la cabecera. En su interior, las naves laterales eran más bajas que la nave central, que era la más alta y se iluminaba con ventanas. En algunos casos, se añadía un segundo piso o tribuna para que las mujeres pudieran asistir a la misa.
Algunas de las basílicas más importantes fueron las de San Pedro en el Vaticano, San Pablo Extramuros, y Santa Sabina en Roma.
Edificios de Planta Central
Estos edificios daban especial importancia al centro y podían adoptar diversas formas, como circular, cuadrada u octogonal. Su función principal era como bautisterios o lugares de enterramiento de mártires. Los bautisterios eran edificios independientes donde se realizaba el bautismo por inmersión, como el de San Juan de Letrán en Roma. Los martiria, o mausoleos, se construían sobre el lugar de martirio de un santo, y su forma era frecuentemente circular, como el Mausoleo de Santa Constanza en Roma.
Edificios que Combinaban Planta Basilical y Central
A partir del siglo V, la arquitectura paleocristiana se hizo más compleja. En algunos edificios se combinaban las plantas basilical y central. Un ejemplo famoso es la iglesia construida en Belén, sobre el lugar de nacimiento de Jesucristo, que tenía una planta basilical para los fieles y un octógono sobre el lugar donde se encontraba la tumba. Otro ejemplo es la iglesia de San Simeón el Estilita en Siria, que combinaba un octágono con cuatro basílicas.
La Edad de Oro del Arte Bizantino y sus Aportaciones
I. El Marco Histórico
En el año 395 d.C., el emperador Teodosio dividió el Imperio Romano en dos partes: el Imperio Romano de Occidente, con capital en Roma, y el Imperio Romano de Oriente, con capital en Constantinopla. A partir de este momento, la parte oriental del Imperio siguió un desarrollo distinto al occidental. Constantinopla, fundada por el emperador Constantino sobre la ciudad anterior de Bizancio, se convirtió en la nueva Roma de Oriente, siendo la capital del Imperio Bizantino. Este imperio, que nació tras la caída del Imperio Romano de Occidente en manos de los bárbaros, floreció hasta 1453, cuando los turcos otomanos conquistaron Constantinopla, renombrándola como Estambul.
La evolución del Imperio Bizantino se puede dividir en tres etapas:
- Primera etapa (395-850): Es la etapa de máxima expansión del Imperio Bizantino. En arte, esta etapa es conocida como la Edad de Oro del arte bizantino. El emperador Justiniano (527-565) fue el principal impulsor de la reconstrucción del Imperio Romano. Aunque las leyes de la época tenían raíces romanas, la cultura y la lengua predominante eran griegas. Este período es el foco principal de nuestro estudio.
- Segunda etapa (850-1050): Durante esta etapa, el Imperio Bizantino expande sus dominios por el Este de Europa, pero pierde territorios en Asia y África a causa del ascenso del Islam.
- Tercera etapa (1050-1453): En el ámbito religioso, esta etapa estuvo marcada por el cisma de la Iglesia, cuando la Iglesia Ortodoxa se separó de la Iglesia Católica Romana y no reconoció la autoridad del papa. En lo político, el Imperio sufrió una decadencia, perdiendo territorios a manos de los turcos. El fin del Imperio Bizantino llegó con la caída de Constantinopla en 1453.
II. La Arquitectura Bizantina
La arquitectura bizantina fue una evolución de la arquitectura romana, pero con importantes innovaciones que la llevaron a superar a la romana en ciertos aspectos. Muchas de estas innovaciones influirían profundamente en el arte posterior. Un ejemplo de esto es el uso de cúpulas para cubrir espacios cuadrados, como se observa en la famosa Santa Sofía de Constantinopla. Para lograr esto, los arquitectos bizantinos emplearon las pechinas o triángulos esféricos, que distribuyen el peso de la cúpula circular hacia cuatro pilares. Esta técnica fue una de las grandes innovaciones, ya que los arquitectos romanos no habían logrado una solución semejante.
En la arquitectura bizantina de esta primera etapa, las cúpulas no se levantaban sobre un tambor, lo que hacía que, en el exterior, las cúpulas no fueran demasiado altas ni delgadas. La arquitectura bizantina se caracteriza por ser abovedada, es decir, el uso extensivo de cúpulas y bóvedas para cubrir los espacios.
En cuanto a la concepción del espacio, los arquitectos bizantinos comenzaron a diseñar edificaciones con una sensación de amplitud y expansión mayor que en la arquitectura paleocristiana. Esta nueva concepción del espacio se logra mediante la fusión de la planta basilical y la planta central. A diferencia de algunos ejemplos paleocristianos, donde ambas plantas se yuxtaponían, en la arquitectura bizantina se combinaban de forma más fluida.
En la parte trasera de las iglesias bizantinas se añadían nuevas dependencias a la cabecera, como las prótesis y diakonikon, que se usaban como sacristías. En cuanto a la estructura exterior, las iglesias bizantinas presentaban un escalonamiento de volúmenes desde los laterales hacia el centro.
El interior de las iglesias bizantinas también presentaba innovaciones. Un elemento importante era el matroneum, o tribuna, situada en el segundo piso de las naves laterales, que estaba reservada para las mujeres. Esto refleja la organización social de la época, diferenciando los espacios según el género y la función.
En cuanto a los materiales, los arquitectos bizantinos utilizaban materiales relativamente sencillos, como la piedra irregular (mampostería) y ladrillo. Sin embargo, siguiendo la tradición romana, las superficies interiores eran revestidas con materiales más lujosos, como el mármol y los mosaicos, que daban un esplendor y un efecto visual impresionante, especialmente en el interior de las iglesias.