Arte Paleocristiano: Arquitectura y Artes Plásticas

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1. Características Generales de la Arquitectura Paleocristiana

  1. Materiales de construcción: Ladrillo, mampuesto y madera. Mármol en columnas.

  2. Principales soportes: Muros y columnas.

  3. Arcos: De medio punto y medio punto peraltado.

  4. Cubiertas: Suele ser de armadura de madera, pero el ábside es de bóveda de cuarto de esfera.

  5. Decoración: Pinturas murales, mosaicos o incrustaciones de mármoles.

  6. Función arquitectónica: Religiosa.

  7. Tipos de arquitectura: Catacumbas, basílicas, baptisterios y mausoleos.

2. Características de las Artes Plásticas Paleocristianas

  1. Decoración de recintos arquitectónicos y de sarcófagos.

  2. Función didáctica.

  3. Contenido religioso.

1ª Etapa: Nueva Iconografía: Pinturas de las Catacumbas (antes del 313, Edicto de Milán)

Las catacumbas eran galerías subterráneas donde los primeros cristianos enterraban a los muertos.

Durante el siglo I, los cristianos no poseían cementerios (por eso San Pedro y San Pablo fueron enterrados en la necrópolis romana). El origen de las catacumbas se encuentra en las canteras que habían perforado los zapadores romanos para extraer material de construcción. Cuando estas canteras eran abandonadas, los cristianos las transformaban en cementerios y añadían nuevos túneles.

Había galerías de distintos niveles llamadas criptas con nichos rectangulares llamados loculi excavados en las paredes. Las criptas se ensanchaban formando cámaras cuadradas o poligonales llamadas cubículos, en los que había nichos semicirculares llamados arcosolis que cobijaban enterramientos de mártires o personas importantes.

Catacumbas a destacar: San Calixto, Santa Constanza o Priscila (todas en Roma).

En las catacumbas se desarrolla una decoración pictórica que cubría criptas y cubículos y constituye la primera manifestación del arte cristiano, pinturas al fresco.

El lenguaje es simbólico y trata temas vegetales y animales: la paloma (símbolo del alma), el pavo real (símbolo de la eternidad), la vid y la espiga (símbolo eucarístico). El tema protagonista es el pez, que en griego significa Jesús Cristo, Hijo de Dios, Salvador, y simboliza a los neófitos (recién bautizados) que se convertían en peces al recibir el bautismo.

Aparece una nueva iconografía, la del Buen Pastor, inspirada en el Moscóforo griego, aunque sustituyeron al carnero por la oveja. Simboliza a Cristo (representado por un joven) como el pastor que protege y salva a sus fieles. También Cristo aparece representado como Maestro, el guía que enseña la palabra de Dios, caracterizado como un filósofo romano enseñando a sus apóstoles y discípulos.

Respecto a la Virgen, oficialmente no fue conocida hasta el siglo V, pero ya aparecen imágenes suyas en las catacumbas representada como Madre de Dios, madre sentada con el Niño en el regazo.

La decoración pictórica nunca ocupa la catacumba completa.

2ª Etapa: La Cristianización de la Basílica (después del 313, Edicto de Milán)

Con el Edicto de Milán se declara la libertad de culto, lo que permitió a los cristianos abandonar la clandestinidad de las catacumbas y practicar públicamente su religión. El triunfo de la nueva religión se produjo en el 380, cuando el emperador Teodosio promulgó el Edicto de Tesalónica y el cristianismo se convirtió en la religión oficial del Estado. Iglesia y Estado quedan desde entonces asociados.

En el campo arquitectónico, el primer problema para los cristianos fue que no podían aprovechar los templos paganos, ya que habían sido concebidos como la casa de dios, realizándose los cultos fuera, y no tenían el suficiente tamaño para albergar a los fieles cristianos.

La solución fue cristianizar la basílica romana, utilizada como tribunal de justicia y lugar de operaciones comerciales. Se abandonaron estas basílicas y se empezaron a construir otras nuevas, adecuadas a sus necesidades.

A la basílica paleocristiana se accede por un vestíbulo que da paso a un atrio (patio abierto), en cuyo centro se sitúa una fuente. Tras el atrio está el claustro y, antes de entrar en el templo, el nártex (vestíbulo) desde donde los catecúmenos seguían la misa. Solo los bautizados podían entrar en la basílica. El nártex comunicaba con el templo a través de tres o cinco puertas (según el número de naves).

La basílica tiene una planta rectangular formada por tres o cinco naves separadas por hileras de columnas. La nave central es la más ancha y elevada, lo que permitía abrir ventanas para que entrara la luz. La nave central termina con un arco de triunfo que comunicaba con el transepto (nave transversal), con el que se formaba una cruz. En medio del transepto está el ábside semicircular. En el centro del ábside está el altar y, adosado a la pared, el presbiterio reservado para obispos con asientos. A comienzos del siglo V se construyeron dos dependencias: el diaconicum (sacristía) y la prótesis (donde se presentaba la eucaristía).

El tejado era a dos aguas en la nave central y a una vertiente en las laterales.

Entre las basílicas que se construyeron en Roma en el siglo IV bajo el mandato de Constantino destacan: San Juan de Letrán, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros.

La Basílica de Santa Sabina (432) destaca por sus proporciones, formada por tres naves separadas por dos filas de columnas corintias sobre las que descansan arcos de medio punto. La techumbre es plana y al fondo de la nave central se encuentra el ábside semicircular, donde se abren tres ventanas, característica de la arquitectura paleocristiana a partir del siglo V. La bóveda de cuarto de esfera que cubre el ábside se encuentra decorada con pinturas.

Otras construcciones paleocristianas:

Los Baptisterios, adosados a la basílica o también como construcción externa, de planta octogonal. En su interior había una pila para el bautismo, también de forma octogonal para simbolizar la eternidad del número ocho. Destaca el Baptisterio de San Juan de Letrán (Roma, construido en época de Constantino).

Los Mausoleos, de carácter funerario. Son tumbas monumentales de varios modelos. De planta circular destaca el Mausoleo de Santa Constanza (Roma) o de cruz griega, como el Mausoleo de Gala Placidia (Roma).

En la decoración pictórica hay un mayor desarrollo. El ábside es el lugar preferente de la basílica para representar el triunfo del cristianismo. Nuevos temas centrados en la figura de Cristo. Destacan: el crismón (representa el anagrama de Cristo), el tema de la majestad de Cristo (inspirado en la glorificación del emperador), el tema de la Traditio Legis (representa a Cristo entregando la ley a San Pedro), el tema de Cristo entre los apóstoles (hombre joven y más tarde hombre mayor y barbudo), temas de ciclos narrativos (la Pasión de Cristo y los martirios de San Pedro y San Pablo).

La escultura de bulto redondo se reduce a figuras del Buen Pastor y de Cristo Sedente con apariencia de filósofo o maestro.

También se desarrollan bajorrelieves que decoran los sarcófagos a partir del siglo IV.

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