Arte y Humanidades en la España del Siglo de Oro: Crisis y Esplendor
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Arquitectura (XVII-XVIII)
El Siglo de Oro español, marcado por la crisis y el esplendor, tuvo un impacto significativo en la arquitectura. No se proyectaron obras urbanas de gran importancia, centrándose principalmente en ampliaciones. El objetivo principal era emocionar, buscando el decoro tanto en las fachadas como en los interiores, mezclando ornamentación y sobriedad. A diferencia de Italia, no se modificaron los muros. Se utilizaron materiales pobres, priorizando la apariencia sobre la calidad.
Tipologías arquitectónicas:
- Iglesias: El Gesú, con su boca de cañón y cúpulas encamonadas, y San Isidro son ejemplos representativos.
- Palacios: El Escorial, con su tendencia horizontal, el Retiro y la Plaza Mayor de Valladolid (un espacio cerrado) destacan en este periodo.
En Madrid, la arquitectura se dividió en cuatro estilos principales:
- Austero: Continuación del estilo herreriano, simple y con poca decoración. Juan Gómez de Mora, con obras como la Clerecía, el Jesús y el Convento de la Encarnación, son ejemplos de este estilo.
- Decorativo: La Capilla de San Isidro y la fachada del Hospital de la Caridad de Granada ilustran esta tendencia.
- Churrigueresco: Con la Plaza Mayor y su sala de medio punto, el Hospicio de Madrid y el Transparente de la Catedral de Toledo como ejemplos destacados. El Obradoiro de la Catedral de Santiago de Compostela y los palacios con marquesinas de dos aguas también pertenecen a este estilo.
- Cortesano: El Palacio Real de Madrid, con sus pilastras jónicas gigantes, y el Palacio Real de La Granja de San Ildefonso, con sus jardines y torres en los ángulos, representan este estilo.
Escultura
En un contexto de crisis, la Iglesia se convirtió en la principal mecenas del arte. La Contrarreforma, como manifestación española, impulsó la temática religiosa con el objetivo de conmover a través del realismo y la expresividad. Se empleó la madera policromada y el estofado en pasos de procesión y retablos gigantescos.
Gregorio Fernández, con su realismo violento y gran tratamiento anatómico, destaca por sus obras llenas de sangre y expresividad, como el Cristo Yacente, la Piedad y el Cristo atado a la columna. También es notable su Cristo de la Luz.
Juan Martínez Montañés, con su realismo clásico, es famoso por su buen modelado de tallas y estofado. Su Cristo de la Clemencia, sin drama ni sangre, y el Retablo de San Isidoro (con escenas de pastores y San Jerónimo), así como la Cieguita, son ejemplos de su obra.
Pintura
El Siglo de Oro, sometido a la Contrarreforma, vio el auge de la pintura naturalista, con composiciones y formas sencillas. La influencia del tenebrismo de Caravaggio se incorporó tempranamente, utilizando la luz para crear profundidad. La temática religiosa predominó, aunque artistas como Rubens también exploraron el desnudo y la mitología. Además, se popularizaron los bodegones y las escenas de género.
Distintas escuelas pictóricas florecieron en Valencia, Sevilla y Madrid.
- José de Ribera (1591-1652): Influenciado por Caravaggio, trabajó en Italia, principalmente en Nápoles. Su estilo se caracteriza por el tenebrismo y la luminosidad. Obras como el Martirio de San Felipe, con sus diagonales, y el Patizambo, muestran su naturalismo. También pintó la Mujer barbuda y la Inmaculada Concepción.
- Francisco de Zurbarán (1598-1664): Famoso por sus series monacales, su obra en Madrid no tuvo el mismo éxito. Su pintura, marcada por la Contrarreforma, se centra en la temática monástica. Obras como San Hugo en el refectorio de los Cartujos, Santa Casilda y Margarita, así como bodegones e Inmaculadas, son representativas de su estilo.
- Bartolomé Esteban Murillo (1617-1682): Pintó escenas cotidianas de la Sevilla en crisis. Sus obras, con tonos terrosos, representan niños comiendo fruta, jugando a los dados, o escenas como Santa Isabel curando tiñosos y la Sagrada Familia del pajarito. También pintó Inmaculadas y la figura del Buen Pastor.
- Diego Velázquez (1599-1660): Su estilo realista, caracterizado por el equilibrio y los arrepentimientos, evolucionó a lo largo de varias etapas:
- Sevilla: Bodegones, influencia de Caravaggio. Obras como Vieja friendo huevos, el Aguador de Sevilla y Cristo en casa de María y Marta.
- Corte: Influencia de Rubens, con una paleta más clara y pincelada suelta. Obras como Los borrachos o el retrato de Felipe IV.
- Italia: Mayor madurez, mayor dominio de la perspectiva y abandono del tenebrismo. Obras como la Fragua de Vulcano, el Jardín de la Villa Médici y La túnica de José.
- Madrid (segunda etapa): Retratos de Felipe IV, el Conde-Duque de Olivares, el príncipe Baltasar Carlos y bufones. La Rendición de Breda.
- Italia (segunda etapa): Retrato del Papa Inocencio X y la Venus del espejo.
- Última etapa: Las Meninas y Las hilanderas.