Arte Hispanomusulmán: Evolución y Obras Emblemáticas en la Península Ibérica

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A partir del siglo VIII, tras la invasión musulmana de la Península en el año 711, se inicia una etapa de dominio político, religioso y cultural islámicos que perdurará durante unos 800 años, hasta la toma definitiva del reino granadino. Esta presencia de la cultura islámica en la Península dejará numerosas huellas en el arte nacional.

Etapas artísticas de la presencia del Islam

No será hasta el año 716 cuando se comience a consolidar el territorio dominado, hasta el año 1492.

Manifestaciones artísticas del Emirato Independiente

Será a partir de la llegada de Abderramán I cuando comience el arte hispanomusulmán.

Arquitectura

Es esta disciplina artística la que más desarrollo alcanzará durante este período, debido a la prohibición de representar imágenes, que redujo la existencia de esculturas o pinturas.

Los inicios de la Mezquita Mayor de Córdoba

Abderramán I, a la vista de la necesidad de un recinto religioso mayor para cobijar al creciente número de conversos, compró el solar de la antigua catedral de San Vicente y, tras derribarla, inició la edificación de la Mezquita, junto al antiguo alcázar emiral. La primitiva Mezquita adoptó una planta cuadrangular e integraba dos áreas:

  • La primera, el llamado patio de abluciones de los Naranjos, era una superficie abierta destinada a la ablución ritual y a la enseñanza coránica.
  • La segunda era el oratorio, cubierto por once naves perpendiculares al muro de la Qibla, donde se encuentra el Mihrab, y separadas por columnas que sustentan un sistema de arcadas superpuestas, integradas por arcos de herradura de tradición visigoda y arcos de medio punto. Esta original solución permitía, ante todo, elevar la altura de la cubierta y aumentar la iluminación.

En cuanto a los materiales, el exterior se realizó con piedra caliza, formando un muro de sillares, y en el interior destaca el empleo de materiales reutilizados de otros monumentos romanos o visigodos. En las arcadas, destaca la alternancia de piedra y ladrillo, con una dualidad cromática (rojo y blanco) en las dovelas de los arcos. Finalmente, la techumbre o cubierta exterior se dispuso a dos aguas, con teja de barro árabe, permitiendo así el drenaje del tejado.

A la muerte de Abderramán I en el 788, la obra sería retomada por su hijo Hixem I. A él se debe la construcción del perímetro mural del patio de abluciones antiguo, el primitivo alminar y la creación de unos baños.

La segunda ampliación de la Mezquita, realizada por Abderramán II, mantiene el esquema constructivo y ornamental. Se añaden ocho tramos a las once naves originales y la qibla se desplaza hacia el río Guadalquivir, realizando un nuevo mihrab. A esta época pertenece la puerta de San Esteban o San Sebastián.

Manifestaciones artísticas del Califato

En el año 912 llega al poder Abderramán III, quien gobernará durante varios años. Con las bases artísticas de la etapa anterior, el califato, llevado de mayores ansias de lujo y monumentalidad, abordará la realización de unas obras mucho más refinadas, utilizando materiales nobles y diseños decorativos más abundantes.

Mejoras y ampliaciones de la Mezquita

Abderramán III no abordó una ampliación. Sin embargo, construyó un nuevo muro entre el oratorio y el patio de abluciones para reforzar las naves e impedir que la estructura se desplazara hacia el patio; amplió el sahn hacia el norte; construyó parte de las galerías del patio destinadas a dar cobijo a las mujeres; y, finalmente, edificó un nuevo alminar.

Su hijo, Alhakem II, prolongó las naves de Abderramán II hacia el sur, modificó el emplazamiento de la quibla, construyó una nueva maxura, un nuevo mihrab y seis lucernarios (a la altura de la Capilla de Villaviciosa y en el área de la maxura) que permitían la iluminación del interior de la sala hipóstila, y en los que colocó una serie de arcos polilobulados de gran originalidad, así como una bóveda estrellada con el empleo de nervios que no se cruzan en el centro. Podemos afirmar que se trata de la ampliación más lujosa y monumental. Utiliza materiales expresamente realizados para la obra, destacando el empleo de mármoles grises y rosados, así como el empleo de capiteles corintios y compuestos de pencas.

Almanzor llevó a cabo su ampliación hacia el este del oratorio, sumando a las once naves primitivas ocho naves más, ampliando las dimensiones del patio.

Arte de las Taifas

El declive del poder califal de finales del siglo X no tardaría en generar un mosaico de diversos reinos independientes entre sí. Las principales taifas fueron las ciudades de Granada, Málaga, Almería, Sevilla, Zaragoza y Toledo. El arte de estos reinos se basó en el desarrollo de manifestaciones con bases califales, aunque se denota una marcada pérdida de lujo y monumentalidad.

Arquitectura

El hecho más significativo de este estilo arquitectónico es el empleo de materiales menos nobles que en la etapa precedente, que se debió a una merma en el poder político de los reinos. Los yesos llegan a cubrir por completo arcos, pilares, muros y bóvedas, generando edificios estéticos que intentan enmascarar la pobreza.

Etapa Almohade

En 1153, una nueva dinastía norteafricana llega a la Península, eclipsa al poder almorávide y se asienta en Sevilla hasta la definitiva expansión cristiana del siglo XIII.

Arquitectura

Se caracteriza por el rechazo de la abundancia decorativa. Los materiales de construcción son el ladrillo y la mampostería; el elemento soportante es el pilar; y el arco más común es el arco de herradura apuntado, el lobulado y el arco de cortina de tradición almorávide. La construcción más importante de la etapa fue la Mezquita Mayor de Sevilla.

La Dinastía Nazarí o el Reino de Granada

El reino Nazarí se constituyó tras el hundimiento del Imperio almohade, y, aparte de la capital, sus enclaves más importantes fueron Málaga y Almería.

Arquitectura

La arquitectura de este período se caracteriza por el predominio de los programas decorativos. Continúa el empleo de materiales pobres, como el ladrillo o la mampostería.

La Alhambra

En la actualidad acoge numerosos edificios, entre los que destacan el palacio y la alcazaba original, así como el posterior palacio renacentista de Carlos V. La casa real vieja es un conjunto de construcciones agrupadas de forma irregular, pero al mismo tiempo con rigor espacial. Las distintas estancias se articulan por medio de patios. Se abre el patio de los Arrayanes, una de las piezas fundamentales de la Alhambra gracias a sus prodigiosas proporciones. En uno de los extremos del patio se alza la torre de Comares. Junto al patio de los Arrayanes se encuentra el patio de crucero de los Leones, considerado uno de los monumentos cumbre del arte islámico y construido a semejanza del paraíso soñado por los fieles musulmanes. Entre las estancias que rodean al patio de los Leones destacan la sala de las Dos Hermanas, la sala de los Abencerrajes, cubierta por una cúpula similar a la anterior, y la Sala de los Reyes.

Al noroeste de la Alhambra se levanta el palacio del Generalife, una villa de recreo que se asoma al Patrimonio de la Humanidad del barrio granadino del Albaicín.

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