Arquitectura Románica: Características, Tipos de Edificios y Evolución
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Tipos de Edificios en la Arquitectura Románica
La arquitectura románica se caracteriza por la construcción de dos tipos principales de edificios:
Edificios Religiosos
- Monasterios: El clima de piedad de la época fomentó la búsqueda de una vida ascética y de retiro del mundo terrenal. Esto incentivó la creación de nuevas órdenes religiosas contemplativas y regularizó el modo de vida de los ermitaños. Los monasterios se ubicaban, no en las ciudades, sino en medio de las inmensas posesiones agrícolas que las órdenes monásticas disfrutaban. Los principales impulsores de este estilo fueron los monjes benedictinos de la abadía de Cluny (Borgoña).
- Iglesias Rurales: En el siglo XI, con el renacimiento de la vida urbana, la catedral se convirtió en el símbolo de la ciudad. Buena parte de las iglesias románicas conservadas son pequeñas parroquias rurales que surgieron en conexión con los procesos de repoblación del occidente cristiano. Ejemplos notables son San Isidoro de León y Santiago de Compostela.
Edificios Aristocráticos y Feudales
- Castillos: Los castillos eran construcciones macizas jalonadas de torres con carácter defensivo. Posteriormente, el castillo amplió sus dependencias y poco a poco se fueron convirtiendo en castillos palaciegos. Los nuevos edificios cumplían el cometido de exhibir la majestad del poder feudal. Ya en el siglo XI hubo construcciones de este tipo en el Loira.
Características de la Arquitectura Románica
Los precedentes de la arquitectura románica hay que buscarlos en la arquitectura carolingia y en la asturiana, con influencias del arte paleocristiano y, sobre todo, de la arquitectura romana.
- Planta: La planta solía ser basilical o de cruz latina, aunque excepcionalmente se utilizó la de cruz griega por influjo bizantino. La planta basilical tenía una, tres o cinco naves, siendo la central más ancha y alta que las laterales, lo que permitía abrir ventanas. En las grandes catedrales de peregrinación, las naves laterales se prolongaban por detrás del presbiterio y ese espacio recibía el nombre de deambulatorio o girola, con pequeñas capillas semicirculares. Sobre las naves laterales se alza la tribuna, que se abre a la nave central por triforios.
- Soportes: Se utilizaban grandes pilares con columnas adosadas.
- Muros: Se empleaba el muro de sillería que escondía un muro de mampostería (ripio), lo que producía un considerable grosor y obligaba a que los vanos fuesen abocinados en derrame, para aumentar la recepción de la luz por ser mayor la abertura de la parte exterior del muro. Existe un claro predominio del muro sobre el vano.
- Arcos: Los arcos utilizados en los vanos son preferentemente los de medio punto, aunque en ocasiones se utilizan los peraltados y los lobulados (influencia musulmana). Los vanos, al estar abocinados, están reforzados con sucesivos arcos de medio punto en disminución, dando origen así a las arquivoltas.
- Cubiertas: El sistema preferido de cubierta es la bóveda de cañón, de piedra, reforzado en tramos por los arcos fajones o perpiaños, cuyas descargas o empujes van a pilares adosados en el interior con contrafuertes en el exterior. En los tramos cuadrados se emplea la bóveda de arista y cúpula de cuarto de esfera o de horno en el ábside. La cúpula, para realzar el crucero del templo, descansa sobre pechinas o sobre trompas.
- Decoración: La decoración exterior se concentra en las portadas: arquivoltas con figuras radiales, tímpano, parteluz, jambas, canecillos y frisos de ajedrezado, billetes, clavos, besantes, arcos ciegos, dientes de sierra, puntas de diamante, entre otros. En el interior de los edificios, destacan los capiteles historiados.