Arquitectura paleocristiana y bizantina: Basílica, Santa Sofía y San Vital
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La Arquitectura Paleocristiana: La Basílica
En los inicios del cristianismo, al ser una religión prohibida, no existía una arquitectura cristiana propiamente dicha. Los cultos se realizaban en casas particulares (domus ecclesiae/tituli), con una sala para reuniones y otra para el baptisterio. Un ejemplo destacado es Dura Europos (mediados del siglo III), cuyo baptisterio presenta pinturas, como la del Buen Pastor. El Edicto de Milán legalizó el cristianismo, impulsando la búsqueda de edificios adecuados a las exigencias de la nueva fe: grandes espacios para una gran cantidad de fieles. Se cristianizó la basílica romana, adaptándola a las nuevas necesidades. Sus partes principales son:
Partes de la Basílica Paleocristiana
- Entrada: Un vestíbulo porticado que conduce a un atrio (patio cuadrado cerrado por cuatro pórticos, con una fuente en el centro). A veces, se adosaban una o dos torres-campanario al atrio.
- Nartex: Espacio transversal a los pies de la basílica, destinado a los catecúmenos (aquellos que aún no habían sido bautizados y necesitaban entrar).
- Nave principal: Una gran sala longitudinal, formada por tres o cinco naves separadas por arcadas o arquitrabes sobre columnas. La nave central era el doble de ancha que las laterales y más alta, permitiendo la apertura de ventanas al exterior.
- Matronium/Triforio: En el siglo V, algunas basílicas incorporaron un segundo piso abierto a la nave central, destinado a las mujeres.
- Transepto: Nave transversal que se cruza con las naves de la basílica formando un ángulo de 90º, dando origen a la planta de cruz latina (simbolizando la cruz de Cristo), de gran importancia en la Edad Media. El cruce entre la nave central y el transepto se llama crucero.
- Ábside: Situado tras el transepto, es una planta semicircular cubierta con una bóveda de cuarto de esfera. En su centro se ubicaba el altar.
- Prótesis y Diaconium: A los lados del ábside, en las basílicas orientales, se encontraban dos habitaciones: la prótesis (para la preparación de las especies eucarísticas) y el diaconicum (una especie de sacristía).
- Cubierta: Similar a las basílicas romanas, con una cubierta plana o adintelada, un tejado a dos vertientes construido con madera y un techo decorado con casetones de madera.
Entre las basílicas más importantes construidas por Constantino destacan: San Juan de Letrán, San Pedro del Vaticano, Santa María Mayor, San Pablo Extramuros y Santa Sabina (la mejor conservada), todas en Roma. En Tierra Santa, las basílicas tenían una estructura especial, sin ábside, a veces con una rotonda abovedada (martyrium) sobre lugares sagrados para los cristianos, como la Iglesia de la Natividad en Belén (siglo IV), que presenta una rotonda sobre la tumba de Cristo.
Los martyria son construcciones de planta central (cruz griega, poligonal o circular), a veces con cúpula, destinadas a conservar las reliquias de santos. Su forma deriva de los mausoleos paganos. El espacio central está rodeado por una nave circular o poligonal (deambulatorio) que rodea la tumba, origen de la girola románica. Un ejemplo es el Mausoleo de Santa Constanza (Roma, 330 aprox.), de planta circular, con un interesante ciclo de mosaicos de tradición romana. Los baptisterios, por su parte, derivan su forma de algunas salas de termas. Presentan una planta central con una gran pila central para bautizar a los neófitos por inmersión. Un ejemplo es el adosado a la basílica de San Juan de Letrán (Roma, 430 aprox.).
La Arquitectura Bizantina: Santa Sofía y San Vital
Santa Sofía y San Vital corresponden a la primera edad de oro del arte bizantino, bajo el reinado de Justiniano, y representan algunas de las construcciones más grandiosas de este periodo. Sus características principales son:
- Alternancia de materiales: Empleo alternativo de hiladas de ladrillo y piedra para los muros y agramasas.
- Contraste entre exterior e interior: Fuertes contrastes entre exteriores austeros y lujosos interiores, revestidos con placas de mármol, pinturas y, sobre todo, mosaicos.
- Columnas: Columnas con fustes lisos (a veces de mármoles de colores) y capiteles cúbicos (casi corintios), lisos o decorados con muchos agujeros hechos con trépano, creando un efecto de capitel nido de avispa.
- Arcos: Empleo del arco de medio punto, peraltado o no.
- Cúpulas: Empleo de cubiertas con cúpulas, casi siempre colocadas sobre pechinas (triángulos esféricos que permiten pasar de un espacio cuadrangular a otro circular). El uso de cuatro pechinas tuvo mucha importancia entonces y en la arquitectura occidental posterior.
- Compartimentación del espacio: Espacio muy compartimentado al multiplicarse los pilares y muros que sirven de apoyo a las cúpulas.
- Planta central: Uso preferente de la planta central (derivada del uso de la cúpula), aunque también se utiliza la basilical. La zona del altar se cierra con una estructura llamada iconostasio (estructura de madera o piedra en la que se colocan iconos o telas para que los fieles no vean los rituales que realiza el sacerdote).