Arquitectura Barroca: Exponentes y Obras en Italia, Francia y España
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El Barroco en Italia
Domenico Fontana
- Obeliscos como símbolo de la centralidad longitudinal de la plaza:
- Plaza de San Pedro del Vaticano
- Plaza de Santa María del Popolo
- Plaza de Santa María la Mayor
Carlo Maderno
- Iglesia de Santa Susana
- Fachada de la Basílica de San Pedro del Vaticano
Pietro da Cortona
- Iglesia de San Lucas y Santa Martina
- Plaza y Fachada de la Iglesia de Santa María della Pace
Francesco Borromini
- San Carlo alle Quattro Fontane
- Oratorio de San Felipe Neri
- San Ivo della Sapienza
- San Giovanni in Laterano
- Iglesia de Santa Agnese
Gian Lorenzo Bernini
- Baldaquino de San Pedro
- Capilla Cornaro
- Plaza de San Pedro del Vaticano
- Escala Regia
- Iglesia de San Tomaso di Villanova
- Iglesia de San Andrea al Quirinale
Girolamo Rainaldi
- Iglesia de Santa María di Montesanto
- Iglesia de Santa María dei Miracoli
El Clasicismo Francés
Salomon de Brosse
- Château de Bléancourt
- Château de Luxemburgo
- Iglesia de Saint-Gervais
Jacques Lemercier
- Palacio de Richelieu
- Iglesia de la Sorbona
Louis le Vau
- Hôtel Lambert
- Versalles
Jules Hardouin-Mansart
- Iglesia de los Inválidos
Charles le Brun
- Versalles: escalera de los embajadores y galería de los espejos
André le Nôtre
- Versalles: jardines
Claude Perrault
- El Louvre
El Barroco en España
Juan Gómez de Mora (1586-1648)
- Plaza Mayor de Madrid
- Cárcel de la Corte
- Iglesia de la Clerecía (1617)
- Iglesia del Convento de las Bernardas
Protobarroco en Andalucía
Juan de Oviedo
- Convento de la Merced
- Convento de Santa Clara
Miguel de Zumárraga
- Sagrario de Sevilla
Alonso de Mena
- Portada del Hospital Real de Granada
Arquitectura del Barroco Pleno en Andalucía
A partir del primer tercio del siglo XVII empieza el auge del Barroco andaluz, reflejado en elementos de índole eclesiástica y vinculados a los templos, aunque no se trate de construcciones enteras de iglesias, como retablos, portadas, sacristías o fachadas. Los mayores focos de desarrollo del Barroco en esta época fueron Granada y Sevilla, y posteriormente, avanzado y consolidado ya el estilo, se extendió a ciudades como Málaga o Jaén.
La primera figura reseñable fue Francisco Díaz de Ribero, que destacó a través de obras como el Retablo y la Sacristía de la Iglesia de la Compañía de Jesús (actual Iglesia de San Justo y Pastor), cuyo retablo (que se entiende como una portada en el interior) se concibe como una obra arquitectónica (plantas y calles) que se deriva a manos de un pintor y un escultor y, luego, un dorador; la sacristía, siguiendo el esquema típico de éstas, destaca por su profusión escultórica cada vez más presente en el Barroco, sobre todo el andaluz. También de Díaz de Ribero es la Iglesia del Monasterio de la Cartuja de Granada (1662), donde se puede observar una curiosa cúpula extensamente decorada con elementos escultóricos.
Pero, sin duda, la gran figura del Barroco andaluz de la época es el granadino Alonso Cano (1601-1667), que cultivó con tremendo éxito todas las bellas artes, lo que fue decisivo en su trayectoria como arquitecto, ya que su enorme creatividad derivada del dominio del dibujo, la pintura y la escultura le llevó a proyectar una arquitectura genuinamente plástica, dinámica y creativa. Comenzó su andadura artística en Sevilla, curiosamente trabajando en un taller donde coincidió con Velázquez, cuando en 1628 realizó el Retablo de la Iglesia de Lebrija, al que dotó de un rigor arquitectónico, y en 1635 el Retablo de la Iglesia de Santa Paula, donde aparecen por vez primera los característicos elementos vegetales propios de Cano.
No obstante, su obra maestra fue la Fachada de la Catedral de Granada (1664), donde al templo renacentista se le añade un toque barroco que marca una época de la arquitectura española. Desde el principio, Cano tuvo la intención de reflejar la disposición interior de las naves del templo en la fachada, como si de un gran retablo se tratara, al que dotó de una enorme sensación de profundidad para potenciar la visión en escorzo del templo. El gran arco de triunfo de la fachada está compuesto por unas pilastras de orden gigante con basamento que son interrumpidas en la mitad por un entablamento corrido y en su coronación otro que define los propios arcos. Además, dado su dominio de la escultura, proveyó a la fachada de elementos vegetales y decorativos como tondos, conchas, ménsulas, pero siempre respetando la notable sobriedad de la catedral granadina. Cuando en 1946 se construyó la Plaza de las Pasiegas, se imitó una escenografía barroca acorde con la presencia del templo y dejar de lado la antigua utilización de la plaza como un zoco de artesanía.
La otra gran obra de Alonso Cano fue el Convento del Corpus Christi (1677-1694), actual Iglesia de la Magdalena. Aunque suya solo es la traza, su sucesor José Granados de la Barrera, respetó la idea de proyecto de Cano de una iglesia con un pequeño nártex, una sola nave con capillas laterales y un pequeño crucero coronado con una gran cúpula con linterna, que se alza en el perfil del céntrico barrio granadino. Además, en la Magdalena aparecen los también canescos capiteles de placas, una pieza de marquetería que se sobrepone en las pilastras desprovistas de un capitel de piedra típico.
En los años finales de este período, en 1664 Juan de Orea construyó en la ribera del río Darro la Basílica de la Virgen de las Angustias, compuesta de una sola nave con capillas laterales, un crucero coronado por una cúpula y, tras el altar, el camarín de la imagen de la patrona. Tanto en el interior como en la portada se puede observar una inmensa profusión decorativa (horror vacui), y también desde el exterior son llamativas las esbeltas torres coronadas por chapiteles.
El Barroco Tardío en Andalucía (Sevilla)
Tras este período del Barroco pleno en Andalucía, se evolucionó hacia una arquitectura aún más condensada, decorada y abrumadora, casi asfixiante, que desembocará en el estilo Churrigueresco (equivalente del Rococó francés), predominante en Sevilla.
La primera figura notable en esta época fue el valenciano Leonardo de Figueroa (1650-1730), descendiente de una familia de arquitectos y que desarrolló toda su obra profesional en Sevilla. Con obras como el Hospital de los Venerables (1687), con su patio centralizador del espacio; o el más conocido Colegio de San Telmo (1720) y actual sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía, con su monumental portada de piedra que se convirtió en símbolo de la escuela de Sevilla y un referente arquitectónico de la capital andaluza.