Arqueología Medieval: Descubriendo la Edad Media a través de sus Restos
Enviado por Chuletator online y clasificado en Español
Escrito el en español con un tamaño de 6,72 KB
Historia de las Investigaciones en Arqueología Medieval
La arqueología medieval comenzó a desarrollarse en desventaja con respecto a la arqueología tradicional (dirigida sobre todo al estudio de las civilizaciones del Próximo Oriente asiático o del Mediterráneo). No sería hasta después de la Segunda Guerra Mundial cuando se despertase un interés por esta, sobre todo como consecuencia de las políticas de reconstrucción de edificios destruidos (catedrales, iglesias, castillos) asociadas a la creación de identidades nacionales. En este contexto, la masiva destrucción de Varsovia y otras ciudades de la región del Báltico fue seguida de políticas de reconstrucción que, en algunos casos, se acompañaron de excavaciones arqueológicas. Asimismo, en Europa occidental fue el Reino Unido quien mostró un interés pionero por la arqueología de la Edad Media, especialmente a partir de las excavaciones de Winchester por Martin Biddle. A mediados del siglo XX, Hoskins y Beresford, medievalistas, llevaron a cabo varios sondeos arqueológicos en despoblados medievales ingleses con el objetivo de estudiar el impacto de las epidemias de peste sobre los asentamientos, emprendiendo más adelante la excavación sistemática del despoblado de Wharram Percy. De esta iniciativa surgió el Medieval Villages Research Group, el cual puede considerarse como uno de los catalizadores en el surgimiento de la arqueología medieval. Además, con el tiempo han ido surgiendo revistas de arqueología medieval en distintos países europeos cuyo listado permite hacerse una idea del desarrollo de esta corriente de estudios, destacando Alemania, Francia, Italia, España o Portugal.
Evolución y Tensiones en la Disciplina
En los años setenta del siglo XX (fecha fundacional de las revistas especializadas que lo ilustra), la arqueología medieval dio el paso desde un espacio minoritario a una audiencia más amplia. Sin embargo, fue justo en esta época cuando comenzó una tensión entre los medievalistas y arqueólogos que afectó al mismo concepto de la disciplina. No obstante, el debate fue más conceptual y de disputa de espacios de influencia que teórico, y sólo recientemente la arqueología medieval pudo empezar a desembarazarse de este asunto. Por un lado, los historiadores de la Edad Media se dirigieron al método científico en búsqueda de una información que los documentos no les proporcionaban, además de reprochar a los arqueólogos su pasión por un método lento y tedioso, y por su excesiva atención a la cerámica en detrimento de la sociedad medieval (más importante desde su punto de vista). Por otro lado, los arqueólogos estaban tomando en consideración los anteriormente minusvalorados niveles del periodo medieval a raíz del refinamiento del método y del propio sistema de excavación, además de criticar el desinterés de los medievalistas por el rigor metodológico y su tendencia a dirigir las discusiones a cuestiones que estaban fuera del registro de la cultura material. En definitiva, la arqueología medieval progresó más rápidamente en aquellos países y ámbitos académicos en los que surgió desligada de los estudios históricos que en aquellos en los que se inició desde el campo del medievalismo.
Arqueología Funeraria: Un Campo de Estudio Preferente
La arqueología funeraria fue uno de los campos de estudio preferentes de la arqueología medieval. La arqueología de la Antigüedad Tardía se había volcado en la excavación de necrópolis, pues los ajuares funerarios del periodo de las Grandes Migraciones justificaban por sí solos el estudio. Sin embargo, la plena Edad Media resultaba mucho menos atractiva, ya que en ese periodo se acabó con la costumbre de incluir ajuares junto al cadáver. En cambio, a finales del siglo XX los estudios etnoantropológicos aplicados a las necrópolis prehistóricas se extendieron al estudio de los contextos de la Edad Media, influyendo en el análisis de las prácticas funerarias postclásicas. Así, los estudios se reenfocaron a partir de este momento, comenzándose a prestar atención a las opciones de realce social por las que se podía optar en el enterramiento (el vestuario o ajuar, el monumento funerario o el tratamiento del cuerpo). El ritual funerario es difícil de reconstruir, pero los modernos estudios orientados al reconocimiento del tratamiento del cadáver y de ofrendas no tan evidentes en la tumba han permitido detectar detalles que no estaban registrados en las fuentes y tradiciones de la cultura medieval.
Evolución de las Prácticas Funerarias y la Influencia de la Iglesia
A partir de finales del siglo VII, la Iglesia trató de someter a normativa las prácticas que regulaban los enterramientos, por lo que desde ese momento la tumba se asocia a la Iglesia. La disposición jerárquica de los cadáveres en las necrópolis también ha sido objeto de atención en los estudios recientes, valorándose como espacios cotizados el lugar más cercano al altar o las franjas de los muros perimetrales por las que corre el agua empapada del carácter sagrado del edificio. La humildad, aparente, puede servir de realce social. Por ejemplo, Pipino el Breve dejó instrucciones precisas para ser enterrado en el acceso a la basílica de Saint Denis con el rostro dirigido hacia abajo, pero al realzar esta voluntad de penitencia eleva su imagen de rey cristiano y propaga su linaje en sus deudos, los cuales no desaprovecharon la oportunidad que les brindaba el entierro del rey para hacer una gran ostentación de sus virtudes cristianas. Los epígrafes funerarios escasean hasta las fases más avanzadas, al igual que las esculturas monumentales, que solo se normalizan a partir del siglo XIII. En esta época, los espacios sagrados de las órdenes mendicantes se convierten en centros de atracción para los enterramientos.
Estudios Antropológicos y Paleopatológicos
Los estudios antropológicos y paleopatológicos son una fuente de información muy valiosa para restituir la vida de las poblaciones de la Edad Media, especialmente los paleopatológicos, ya que proporcionan información sobre lesiones y estrés, alimentación y exposición a patógenos. Asimismo, los estudios de los cadáveres momificados por el azar de la conservación han permitido obtener información sobre detalles como vestido y calzado. Sin embargo, el periodo postmedieval apenas ha sido investigado, sobre todo porque los restos humanos recientes se perciben como demasiado conectados emocionalmente como para ser investigados.
Conjuntos Arqueológicos Destacados
Los conjuntos arqueológicos más destacados de la arqueología medieval son Medina Azahara y la catedral de Vitoria.