Análisis Trascendental de la Estética, la Analítica y la Dialéctica Kantianas

Estética Trascendental

Kant analiza las condiciones trascendentales que posibilitan el conocimiento sensible, y las condiciones de posibilidad de los juicios sintéticos a priori (científicos) en las matemáticas. La facultad estudiada por la estética trascendental es la sensibilidad o receptividad. Esta facultad es pasiva y se limita a recibir impresiones externas. El acto de la sensibilidad es la intuición, el modo de relacionarnos inmediatamente con los objetos.

Kant distingue dos tipos de intuiciones:

• Intuiciones empíricas: se refieren al modo de relacionarnos con los objetos mediante la sensación.
• Intuiciones puras: son representaciones vacías de contenido empírico.

Las condiciones trascendentales que posibilitan el conocimiento sensible son el espacio y el tiempo, denominados por Kant como formas a priori de la sensibilidad o intuiciones puras. El objeto de la sensibilidad es el fenómeno, lo que aparece o se muestra al sujeto. El fenómeno resulta de aplicar las formas a priori del espacio y el tiempo a los datos de la sensibilidad o sensación. Según Kant, el fenómeno consta de materia (sensaciones) y forma (formas a priori de espacio y tiempo). Las condiciones trascendentes que hacen posible los juicios sintéticos a priori en las matemáticas son las intuiciones puras del espacio y tiempo.

Analítica Trascendental

En la analítica trascendental, Kant estudia el entendimiento y las condiciones trascendentales que posibilitan el conocimiento intelectual. También muestra las condiciones que hacen posible los juicios sintéticos a priori en la física. Según Kant, nuestro conocimiento proviene de dos fuentes indispensables: sensibilidad y entendimiento. Por la sensibilidad nos son dados los objetos y por el entendimiento son pensados. La sensibilidad es pasiva, mientras que el entendimiento es activo, produciendo espontáneamente conceptos sin derivarlos de la experiencia, aunque estos conceptos sólo tienen aplicación válida dentro de la experiencia. El entendimiento es la facultad de pensar mediante conceptos los objetos de la intuición sensible.

Kant distingue dos tipos de conceptos:

• Conceptos empíricos: proceden de la experiencia (a posteriori).
• Conceptos puros o categorías: no proceden de la experiencia (a priori).

El entendimiento produce espontáneamente las categorías sin derivarlas de la experiencia. Sin embargo, estas son vacías y, al igual que el espacio y el tiempo, deben llenarse con impresiones sensibles. Las categorías sólo tienen aplicación válida al referirse a los fenómenos, a la experiencia. Kant propone 12 categorías, derivadas de la clasificación lógica de los juicios (totalidad, pluralidad, realidad, negación, etc.). Las condiciones trascendentes que posibilitan el conocimiento intelectual son las categorías, que también posibilitan los juicios sintéticos a priori en la física.

En la analítica trascendental, Kant distingue entre fenómeno y noúmeno. El fenómeno es lo que aparece, lo dado o intuido en el espacio y el tiempo. El noúmeno es la "cosa en sí", incognoscible, la realidad externa de la que provienen las impresiones sensibles, previa a la ordenación de la sensibilidad y el entendimiento. Sabemos que existe, pero no sabemos qué es. Está más allá del espacio, del tiempo y de las categorías. Kant utiliza esta distinción para llamar a su doctrina idealismo trascendental: idealismo porque el sujeto construye, en parte, al objeto; y trascendental porque el conocimiento es independiente de la experiencia, y porque el espacio, el tiempo y las categorías son condiciones de posibilidad de la experiencia, no propiedades de las cosas.

Dialéctica Trascendental

La dialéctica trascendental estudia la razón y su funcionamiento, respondiendo a la posibilidad de la metafísica como ciencia. La razón se remonta de lo condicionado a lo incondicionado (mundo, alma, Dios). La metafísica, como conjunto de proposiciones sobre realidades más allá de la experiencia, es imposible como ciencia, ya que las categorías sólo se aplican a los fenómenos. Aunque la metafísica no sea ciencia, la razón tiende inevitablemente a ir más allá de la experiencia, formulando preguntas sobre Dios, el alma y el mundo. A estas ideas a priori no les corresponde ningún objeto en la intuición, por lo que la metafísica no cumple las condiciones de los juicios sintéticos a priori de la ciencia.

Crítica de la Razón Práctica

En la Crítica de la razón práctica, Kant distingue dos funciones de la razón:

• Razón teórica: se ocupa del conocimiento.
• Razón práctica: se ocupa de la conducta humana y la moral.

La ética kantiana es formal, a diferencia de las éticas materiales anteriores, que basaban la bondad o maldad de la conducta en el bien supremo. Kant establece el imperativo categórico, una norma de conducta incondicionada (a diferencia del imperativo hipotético de la ética material): "Obra de tal modo que uses a la humanidad como un fin en sí misma y nunca como un medio", "Obra de tal modo que la máxima de tu conducta pueda servir como ley universal".

En la Crítica de la razón pura, Kant concluyó que el conocimiento científico sobre el mundo, el alma y Dios era imposible. En la Crítica de la razón práctica busca una justificación no científica para estudiar su existencia. La inmortalidad del alma, el mundo, la libertad y la existencia de Dios son postulados (proposiciones no evidentes ni demostrables, pero necesarias para la moral).