Análisis de la poesía de Antonio Machado y la narrativa de Miguel de Unamuno

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Pío Baroja

Comienza la constante en su poesía: el uso de símbolos como: el camino, para referirse al paso del tiempo, la noria, la tarde, el agua…

En 1907, realiza la segunda edición de esta obra con el título: Soledades, galerías y otros poemas. Suprime los poemas más herméticos y añade algunos nuevos en un proceso de depuración poética.

Antonio Machado

En 1912, fruto de su estancia en Castilla y de sus vivencias, publica Campos de Castilla. Apenas quedan influencias del modernismo anterior, y su voz es más auténtica, más sincera. La obra está formada por un conjunto de poemas en los que sigue hablando de los problemas existenciales: el tiempo, la muerte, Dios, el sueño… pero la gran novedad la encontramos en la introducción del paisaje castellano y sus gentes que Machado va a plasmar con aparente objetividad, ya que vuelca en él sus sentimientos. Incorpora también el tema de España, con una fuerte crítica, pero también con un tono esperanzador y regeneracionista. Habla sobre el presente, el pasado y el futuro de España.

Dentro de la obra se encuentra una sección bajo el título de “Proverbios y cantares”, un conjunto de poemas breves e intensos, de reflexión filosófica.

En 1917, lejos de Soria, se publica la segunda edición de Campos de Castilla, en la que incluye:

  • Poemas a Leonor (ya fallecida)
  • Poemas más críticos sobre el presente, pasado y futuro de España
  • Poemas sobre Andalucía, sobre los problemas del campo andaluz.

En 1924 ve la luz un nuevo libro: Nuevas canciones, obra que apenas aporta nada nuevo a su poesía. Es un libro breve y heterogéneo. Sigue escribiendo poemas desde el recuerdo a sus amigos, y sobre el paisaje castellano. Encontraremos en el libro nuevas composiciones intimistas de valor muy desigual, poesías de circunstancias. Aparece la nueva edición de Proverbios y Cantares, en la que pesa más lo conceptual que lo lírico.

Durante los años 20, escribirá obras de teatro junto a su hermano Manuel, como La Lola se va a los puertos.

Juan de Mairena

De su producción en prosa, hay que destacar su obra Juan de Mairena que se publicó en el 1936, antes del estallido de la Guerra Civil española. Y en este conjunto de textos nos encontramos con diferentes tipos como, por ejemplo, apuntes, recuerdos, sentencias, etcétera.

Debemos saber que Juan de Mairena es uno de los heterónimos que empleaba Antonio Machado. El propio autor reconoció públicamente que Juan de Mairena era su "yo" filosófico, por tanto, se desmarca de la poesía para ahondar en un plano más reflexivo. Sin embargo, es un filósofo "popular", es decir, que se basa en hacer reflexiones comprensibles para la gente y empleando palabras fáciles de entender y al alcance de todo el mundo.

Nos encontramos con diferentes textos producidos por Machado: desde ensayos, a apuntes de un profesor, a textos humorísticos, reflexivos, sarcásticos, etcétera.

Miguel de Unamuno: Las "nivolas"

Las “nivolas” se caracterizan por los siguientes rasgos:

  • Dan prioridad al contenido sobre la forma.
  • Escaso desarrollo psicológico de los personajes: suelen estar caracterizados por un único rasgo de su personalidad, lo que los convierte en "personajes planos", encarnaciones de una idea o una pasión que les impedirá relacionarse con el mundo con normalidad.
  • Predominan los monólogos y los diálogos, abundantísimos, en detrimento de la descripción, los cuales se caracterizan por la exactitud y la precisión.
  • La atención del lector se centra en el relato de la acción y de los sentimientos.

San Manuel Bueno, mártir

San Manuel Bueno, mártir ha sido considerada desde su aparición como la obra maestra. Es un ejemplo perfecto de nivola. Escrita en los últimos años del autor (1931), sintetiza una de las principales preocupaciones que ocuparon su vida: el miedo a la desaparición absoluta después de la muerte. Apenas hay acción en esta novela y todo el interés recae en los personajes, especialmente en el protagonista, y en las ideas que estos encarnan. Don Manuel Bueno, sacerdote muy querido por sus feligreses, vive una gran tragedia: ha perdido la fe y no cree en la inmortalidad del alma. Sin embargo, no quiere desvelarlo a sus fieles para que sigan viviendo en la paz que les da el creer en la otra vida. El primero al que confía su secreto es Lázaro, hermano de Ángela, incrédulo y anticlerical, que colaborará con la obra del sacerdote fingiendo también convertirse y abrazar la fe.

Niebla

La otra gran novela de Unamuno es Niebla (1914), que refleja el concepto de que los seres humanos somos juguetes en manos de un ser superior que, cuando se cansa de nosotros, nos mata, deja de «soñarnos». Así le ocurrirá al protagonista de Niebla, Augusto Pérez, quien, hastiado, decide suicidarse y, para ello, pide su opinión al propio Unamuno, quien le dice que no puede suicidarse porque no existe nada más que en su mente de autor, de creador. Así es el ser humano, un ente de ficción creado por Dios y expuesto a sus caprichos. En Niebla, la realidad y la ficción se entremezclan y es difícil distinguir los límites que las separan.

Otras novelas de Unamuno

El resto de las novelas de Unamuno se centran también en problemas humanos, como sucede con Amor y pedagogía (1902), donde el protagonista, don Avito Carrascal, se propone hacer de su hijo Apolodoro un genio a partir de una educación de base racionalista y científica, y fracasa estrepitosamente. Abel Sánchez (1917), por su parte, se centra en el tema de la envidia y del odio, del cainismo (se llama cainismo a la envidia entre hermanos, a causa de la historia bíblica de Caín y Abel, en la que el primero mató al segundo porque lo envidiaba) tan propio de los españoles. La tía Tula (1921), por último, nos plantea el sentimiento de la maternidad frustrada.

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